Norbert Baksa y el falso 'glamour' de una alambrada
martes 6.oct.2015 por Estefanía de Antonio 0 Comentarios
Una alambrada, una modelo y la cámara empieza a disparar.
“La sesión de fotos no tiene la intención de hacer sofisticada esta situación claramente mala, sino, más bien, llamar la atención sobre el problema y hacer que la gente piense sobre ello. Artistas de todo el mundo han atraído la atención del público a problemas actuales a través de instalaciones y cuadros chocantes. Este es otro ejemplo de ese arte”.
Así justifica el fotógrafo húngaro Norbert Baksa su polémico reportaje de moda La Migrante, una colección de imágenes en las que una modelo imita a una refugiada siria. Interpreta los gestos de dolor, las miradas perdidas, la resistencia ante la represión policial. Eso que hemos visto tantas veces en las últimas semanas en las fronteras de Grecia, Serbia, Hungría, Croacia… Sólo que aquí esa desesperación es fingida y adornada con accesorios de lujo y ropa de marca.
Moda a costa de los refugiados. Una valla, una modelo y el mal gusto. http://t.co/lcWa1mKlV5 Via @Marodriguez1971 pic.twitter.com/abFhVzCbJL
— Xavier Aldekoa (@xavieraldekoa) octubre 6, 2015
Inoportuno, humillante, escandaloso... Las redes sociales se han hecho eco del mal gusto del reportaje. La mayoría de los usuarios han entendido como una falta de sensibilidad utilizar la crisis de refugiados más grave desde la Segunda Guerra Mundial como escenario de una sesión de moda.
Inmigrantes y estilo. #musthave #outfit #trendy http://t.co/EGiHnV99Lx pic.twitter.com/IcI05e1TZp
— Óscar Urbano Gómez (@mollirunner) octubre 6, 2015
Que las alambradas en Hungría no son mera decoración lo saben bien los miles de refugiados que, después de recorrer miles de kilómetros, se ven obligados a esquivar sus concertinas. Hasta cuatro vallas ha levantado el gobierno de Víktor Orbán para frenar la entrada de migrantes a través de sus fronteras. Hungría es hoy el país con leyes migratorias más represivas de toda la Unión Europea.
Una migrante sobre una valla metálica en el pueblo de Horgos en la frontera entre Hungría y Serbia. Foto: Armend Nimeni / AFP.
Hay quien puede pensar que Baksa pretendía hacer un trabajo reivindicativo que no ha salido bien, pero el fotógrafo despeja toda duda:
"No entiendo cómo la gente puede posicionarse a favor o en contra. Es un tema muy complejo (...) A quienes dicen que soy estúpido, sólo puedo decirles que examinen el problema desde distintos puntos de vista, más aún a aquellos que no viven en Hungría, porque no lo experimentan de primera mano. Es muy difícil entender en las noticias si estas personas son realmente refugiados o algo más", señala.
Recojo la crítica a los medios y por eso, para que lo entendáis, os dejo esas otras fotografías que, efectivamente, demuestran que son algo más: personas.
Una pareja de refugiados se besa dentro de una tienda de campaña, en las inmediaciones de una estación de trenes de Hungría. Foto: Zsíros István.
Un padre juega con su hijo durante su periplo para llegar al norte de Europa. Foto: Sakis Mitrolidis / AFP.
Un padre sujeta con fuerza a su bebé mientras intenta ponerse a salvo frente a la costa griega de Lesbos. Foto: REUTERS/Yannis Behrakis.