Nos encanta engañarnos. A menudo asimilamos una creencia, una ilusión, nuestras esperanzas nos hacen convertirnos en adoradores de ciertas ideas que otros consideran locuras. Pero no estamos locos... la verdad está ahí. ¿Cómo pueden ser tan ciegos de no ver lo que nosotros percibimos clarísimamente?
Veréis... el otro día, buscando misterios de la historia, me encontré en internet con una serie de páginas dedicadas a demostrar la evidencia de que los ovnis han visitado nuestro planeta desde la más lejana antiguedad. Y tengo que reconocer que las imágenes me sorprendieron, porque resulta que los ufólogos nos ofrecen una serie de cuadros y representaciones artísticas diferentes a lo largo de la historia, algunos con mas de mil años. Por supuesto me quedé boquiabierto... (en un primer momento). No perdáis detalle
¡Dios mio! Pero si es un documento medieval del Analess Laurissenses, del siglo XII. ¿Le cabe a alguien alguna duda de que es un caballero señalando un ovni? Sigamos con lo increible...
Siglo XVII, el bautismo de Cristo. ¿Qué verían los contemporáneos de Quevedo que pintaron algo como esto? Un disco en el cielo emitiendo su luz como si fuera la nave de la película de Steven Spielberg "Encuentros en la tercera fase". ¿Puede caber duda de la "evidencia" de que los platillos volantes nos han visitado? No queda la cosa ahí, no...
Un cuadro de Carlo Crivelli: "La anunciación", pintado hacia 1486. Colón no había descubierto América, pero los artistas representaban... esto... ¿ovnis? en sus pinturas. ¿Cómo negarlo? Los ufólogos ya deben de estar temblando ante pruebas tan contundentes, pero las hay incluso mayores, y vamos a poner una serie de imágenes que lo ¡ejem! demuestran...
Esto es el apoteosis... ¡Ovnis por todas partes! En documentos medievales tibetanos! ¡En cuadros renacentistas! ¡En miniaturas medievales! Es obvio y evidente. ¿Puede a alguien caberle alguna duda de que hay ovnis en todos estos cuadros? Pero es que hay mas. ¡Si, mas! ¡lo habéis oido bien! ¡Aleluya! En el antiguo egipto hay pruebas múltiples de los ovnis y de objetos tecnológicos extraordinarios. Baste mirar este jeroglífico en el que ¡incluso vemos un helicóptero!
¿Puede alguien dudar de los misterios que nos rodean' ¿De que los ovnis nos han visitado?
Si. Yo, entre otros.
Como habéis adivinado, este artículo no es una defensa de la ufología. Es una demostración de como proyectamos nuestras propias fantasías sobre las cosas. Si necesitamos confirmar una creencia, buscamos desesperadamente respuestas que nos la certifiquen. Pero lo que hacemos es quedarnos con lo que nos interesa, y rechazar aquello que no beneficia nuestra hipótesis. De esta manera, cogemos una serie de imágenes como las que he seleccionado y decimos...¡prueba irrevocable de avistamientos ovnis! Pero no estamos comparando estas imágenes con el resto del arte de las respectivas épocas. Al hacerlo, las ilusiones se disipan.
Un ejemplo: ese jeroglífico egipcio que hemos puesto y en el que se ve detalladamente un helicóptero, es fruto de la casualidad. en realidad es un palimpsesto del templo de Abydos. Es decir: en el mismo espacio se escribió un texto. tiempo después, se cubrió de argamasa para escribir otro diferente. Parte de la argamasa cayó, y los dibujos se superpusieron causando esta coincidencia. No hubo helicopteros en el antiguo egipcio.
De la misma manera, el resto de las imágenes son visualizaciones de las épocas que nada tienen que ver con los ovnis. Los supuestos platillos de las anunciaciones son nubes de luz como las que describen los evangelios apócrifos, tan en boga por aquel entonces. Se representaban una y otra vez: unas con angeles. Otras sin ellos. Siempre con un pastor que las miraba en una colina.
En las miniadas medievales se ve una especie de ovni, que no es tal, sino el sombrero cardenalicio, que se ponía sobre las tierras que pertenecían a determinados miembros de la iglesia. La imagen de Cristo y dios con lo que parece un Sputnik tampoco es tal: es la esfera del mundo y ellos llevan sus respectivos bastones de mando. En otros cuadros los sujetan en otras posiciones que para nada recuerdan a un satélite. Pero los ufólogos seleccionan este, porque es lo que les vale para su tesis, y rechazan todos los demás. en cuanto al mural medieval... se ve claramente dos naves tripuladas. ¿No es verdad? Pues tampoco: era habitual representar al sol y a la luna con aspecto humano... unas veces solo la cara... otras como personas metidas en las esferas de sus astros, que parecen naves a quien quiera ver naves en ellos. Y el caballero medieval del principio lo que está señalando es, sencillamente, el cometa Halley. Eso es todo.
Mas importante que estas explicaciones, es el hecho de que las personas seleccionamos pruebas en función de nuestros intereses. Parcelamos la realidad. Nos quedamos con lo que confirma nuestros sueños, y nos negamos a seguir investigando, no vaya a ser que quedemos como tontos supersticiosos. Es mejor no saber lo que no queremos saber, y sentir que somos los poseedores de una verdad única. Pero en cuanto investigamos, muchos sueños se derrumban, y nos queda la realidad empírica: es decir, lo que sabemos de verdad.
Todas las imágenes que conoceis como relacionadas con Ovnis en mayas, aztecas, romanos, egipcios, chinos... todas tienen una explicacion. Pero quienes necesitan desesperadamente sostener sus fantasias, no quieren oirlas. No les valen, porque no apoyan sus sueños.
A quien le interese este tema, hay un excelente artículo al respecto (en inglés, pero se lee muy bien y hay muchas imágenes) .
http://www.bibliotecapleyades.net/ufoart/esp_ovnis_arte_9.htm
Y otro en italiano, aun mejor y mas claro. Solo hay que ir pinchando en cada imagen y te explica mediante varios ejemplos como se ha llegado a ese tipo de representaciones.
http://www.sprezzatura.it/Arte/Arte_UFO.htm
Nuestras ilusiones y creencias, no son suficientes para explicar la realidad. El científico es el que duda de sí mismo, investiga más allá, y aunque encuentre algo que desestime su tesis, es honesto y no lo rechaza. Ese es el fundamento de la ciencia, y también el de la búsqueda de la verdad.