Bob Anderson, esgrimidor
Hoy he sabido de casualidad que el pasado 1 de enero falleció Bob Anderson, esgrimidor. Hago hincapié en la casualidad por el poco bombo informativo que se le ha dado a esta noticia. Lo más probable es que la mayor parte de vosotros desconozca quien fue este maestro de la espada. Y sin embargo, todos reconoceríais y habéis admirado su trabajo.
Casi importa menos el hecho de que fuera un extraordinario esgrimista olímpico, como los derroteros a los que le llevó posteriormente su trabajo. El cine le abrió las puertas. Fue doble de grandes estrellas, pero aún más importante, se convirtió en el gran coreógrafo de las luchas a Espada. Suyos son los duelos que pudimos presenciar en cintas como Barry Lyndon, de Stanley Kubrick... las luchas salvajes en Los inmortales, de Michael Apted... el creativo e irónico duelo entre dos espadachines diestros que se hacen pasar por zurdos en La princesa prometida, de Rob Reiner... otras tantas películas (no todas buenas) se beneficiaron de su arte: Los tres mosqueteros, El primer caballero, La leyenda del Zorro, La máscara del Zorro, la primera entrega de Piratas del Caribe, Alatriste.... y, por supuesto, Bob Anderson coreografió todos los estilos de lucha que nos asombraron en dos de las trilogías más exitosas de la historia del cine: El Señor de los Anillos y Star Wars.
Es decir: que (mitológicamente hablando), este maestro del acero se ha enfrentado a D'artagnan, al Zorro, a Aragorn, a Conner MacLoud, a Jack Sparrow, al Capitán Alatriste, a Sir Lancelot... Sus rivales son los mayores héroes de la espada de nuestra cultura.
Bob Anderson fue también Darth Vader, un personaje tan perfecto que necesitó de tres actores para ser interpretado: David Prowse iba dentro de la armadura, James Earl Jones le cedió su voz, pero en los famosos duelos a sable de luz, era Bob anderson quien vestía el traje de este caballero oscuro. Él le cortó la mano a Luke Skywalker.
El mundo del cine tiene una inmensa deuda con la destreza de este esgrimista, oculto para el gran público en un inmerecido segundo plano.
Murió trabajando. Y no en un film cualquiera, sino involucrado en el nuevo proyecto de Peter Jackson, El hobbit, precuela de la celebrada El Señor de los Anillos.
Pero no he visto que su vida y su muerte hayan sido debidamente informadas por los medios de comunicación. Estamos tan acostumbrados a asociar el cine a los actores-maniquí, que nos hemos vuelto superficiales.
Os cuelgo un par de enlaces que homenajean algunas de sus mejores secuencias de lucha...