Magritte, o la pipa incierta
Esto no es una pipa, rezaba uno de los cuadros del surrealista René Magritte. Yo tenía 12 años cuando asistí a una exposición del pintor belga en Madrid. El cuadro parecía, literalmente, un agujero en la pared en el que estaba apoyado una pipa real. Daba la impresión de que podías cogerla con la mano. Pero no era una pipa. Era un cuadro. Y al rededor se desplegaba un mundo de imágenes oníricas, extrañas, desasogantes, que me marcaron profundamente. Fue mi primer tropiezo con el surrealismo. Y esas visiones de la realidad dada la vuelta como un sombrero me han acompañado hasta el día de hoy.
Una pequeña selección de sus obras maestras.
La sirena
La violación
Los amantes
La condición humana
Autoretrato
JessJim dijo
Jumm, siempre has tenido una interesante perspectiva.
11 ene 2012