Es 30 de junio y hordas y hordas de esforzados trabajadores están haciendo las maletas deseando coger vacaciones.
¿Y qué mejor forma de disfrutar de tus días libres que dando envidia a tus amigos? Es por ello que la mayoría de estos suertudos volverá de sus fantásticos destinos paradisiacos con un 'souvenir' en formato de foto o vídeo. Pero antes de nada: flashback. Es septiembre y tus tíos vienen de visita. Traen con ellos su proyector de diapositivas y, lo que aseguran que son, "las mejores 835 diapositivas de La Manga". Sudores fríos y tu mente empieza a maquinar alguna forma de salir de este entuerto, pero al final acabas pasando una terrorífica hora y media de ver a tus tíos a remojo. Vale, volvemos a 2014, después de este ejercicio de regresión a tu infancia, ¿estás seguro de que quieres seguir grabando ese vídeo sobre tus vacaciones? Ya sabes, ese vídeo que colgarás en Youtube y con el que darás el coñazo una y otra vez en Facebook ¿Por qué no darle una vuelta? Darle algo de innovación, hacer una cosa que sea creativa, bonita, divertida, y que se aleje lo máximo posible de las diapositivas aburridas de tus tíos (o de las fotos de piernas y pies en la playa ¡Vale ya por favor!).
Lo primero: cuenta una historia. Quizá no es una historia con principio, nudo y desenlace. Quizá no es siquiera una historia, quizá es algo más sensitivo, más sensorial, pero cuenta algo. Editar todo lo que has ido grabando en tu viaje por Vietnam y el sudeste asiático con musiquita de fondo será muy divertido para ti, porque las imágenes las asocias con momentos geniales que pasaste allí, pero al resto de los mortales no nos dice nada. Tiene que haber un concepto, una idea detrás. Por poner un ejemplo, este vídeo de dos chicos en Hawaii a mí solo me dice que tienen una GoPro y que han estado en Hawaii. Vale, muchas gracias por participar.
Pero este otro sobre una pareja en Brasil es otra cosa. Desprende el buen rollo de un viaje, uno de estos vídeos que si ves en la oficina es probable que te alegre el día... o te lo hunda más. El primero es un vídeo de tantos otros, el segundo es una historia personal, y eso siempre gusta mucho más.
Me encantan los tres vídeos de este usuario de Vimeo, Rick Mereki. Me encantan por dos cosas: porque cuentan una historia, cuentan un viaje de 3 chicos, 44 días, 11 países y 2 cámarás en 3 vídeos: move, learn y eat. Cada uno con sus códigos y sus propias reglas, cada uno un formato diferente, rápido y distinto. Fantástico. La segunda razón es que solo hayan hecho 3 vídeos de unos pocos minutos, más cuando ellos mismos dicen que volvieron con casi un tera de material en bruto. Saber qué historia contar y qué otras se pueden quedar en tu disco duro es un punto clave que separa un vídeo interesante con una tortura china.
Pero a lo mejor podemos ir más allá. Dejarlo solo en una cosa de piel: ¿Qué mejor forma de hacer que la gente sienta que está viajando contigo que dejar que el viaje hable por sí solo? Planos rápido editados, sonido en directo y poco más. Dos vídeos para mostrároslo: el primero es de un viaje a Singapur. De hecho hasta el usuario creó una lista de vídeos que se llama /1minutetravel.
El segundo es del usuario Carlota Bird. 33 días en Tailandia. Es espectacular, con un estilo y una foto que dan envidia malsana.
Según escribo esto me doy cuenta de que todo lo que estoy diciendo se puede resumir en una sola frase: haz algo que sea tuyo. Cuando es una cosa que nadie más ha hecho, cuando es una cosa que te define y te muestra, es mucho más fácil empatizar con tu viaje y con lo que has sentido grabando y editando el vídeo.
Eso o pon un gato en el vídeo. Un gato viajero siempre te asegura un montón de likes.
No veo diferencia alguna entre los dos primeros. Los dos cuentas una historia a su manera. Vamos, cada video tiene su historia... esté más guionizada o no.
http://www.youtube.com/watch?v=fgxTareoWAY
Publicado por: JL | 03/07/2014 en 08:47