Tal vez dentro de unos pocos años todo lo que hemos hecho en el Lab será imposible de volver a ver. Así de sincero y de terrible. No solo es cosa del Lab, también le pasará a los grandes creadores interactivos de la actualidad y a vosotros, a vuestros documentos de texto, a vuestras fotos y videos digitales, en definitiva a toda vuestra vida digital.... Esto es, porque conservar un documento electrónico, del tipo que sea, es uno de los grandes retos tecnológicos del futuro. Mientras que el papel se ha mantenido como soporte a lo largo de miles de años, lo digital no tiene sorprendentemente un futuro tan esperanzador. La obsolescencia del hardware (alguien recuerda las disqueteras del ordenador o mejor aún ha tratado de verlo), del software y el deterioro de los soportes de almacenamiento pueden poner difícil que se pueda volver a usar una simple foto digital.
La UNESCO afirma que: "La mayor amenaza para la continuidad digital es la desaparición de los medios de acceso. No puede decirse que se han conservado los objetos digitales si, al haber dejado de existir los medios de acceso a ellos, resulta imposible utilizarlos."
La raíz del problema está en la cantidad de archivos protegidos por autoría que surgieron al comienzo de la revolución digital.
La empresas tecnológicas, tales como Microsoft o Apple, utilizaban formatos que no solo eran incompatibles con los de compañías rivales, sino con las versiones posteriores del mismo programa.
La preocupación que sustenta lo que se ha venido a llamar como preservación digital, va en aumento. Así por ejemplo, la propia NASA, diseñó un sistema denominado OAIS para almacenar las cientos de fotografías y vídeos del espacio, tras alguna perdida de información importante. (Tanto que forma para de la ISO como norma)
Algunas iniciativas como SCAPE, auspiciada por la UE, tratan de investigar en la mejor manera de preservar el legado digital mediante, por ejemplo, la creación de herramientas de conversión que permitan un escalado de los formatos.
Aún quedan muchas preguntas por resolver, y quizá incluso necesiten de una legislación propia a través de leyes que obliguen a la preservación. Yo por si acaso, me vuelvo al papel.
(Para saber más puedes acudir en Lleida al XV Congreso de Archivistica, donde se debatirán con expertos mundiales todas estas cuestiones)
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