Ciencia en Redes ha reunido un año más a los profesionales de la divulgación en información de ciencia. Aquí os dejamos algunas de las lecciones que nos llevamos aprendidas:
Para usar Snapchat no solo necesitas una cara bonita
Casa Batlló, el edificio modernista de Antoni Gaudí en Barcelona, ha conseguido sacarle el máximo rendimiento a la app de los Millennials. "Tenemos fotos bonitas aseguradas" afirma Pilar, la responsable de redes de Casa Batlló, pero además han sabido enganchar con sus visitantes para que interaccionen y no se cortan a la hora de asaltarles por el museo para grabar sus impresiones y subirlos a la red.
@eldadodelarte ha sabido cómo comunicarse con su público a través de @Snapchat en @CasaBatlloGaudi #CnR16 pic.twitter.com/dE7ADwCRNO
— Ciencia Zaragoza (@CienciaZaragoza) 28 de abril de 2016
Participa de los éxitos de los demás
La Biblioteca Nacional ha iniciado por su cuenta y riesgo una acción que les está dando muy buenos resultados. Aprovechando la emisión de 'El Ministerio del Tiempo', publican en Twitter información adicional sobre los personajes y momentos históricos que aparecen en la serie, que esté relacionada con su colección.
Según expuso Ana Carrillo, esta estrategia le ha proporcionado a la Biblioteca Nacional un aumento del 84% de seguidores en Twitter, y un aumento del 59% del tráfico a su web.
Narrativa Transmedia, objetivos y curación de contenidos en @BNE_biblioteca en #CnR16 por @anacarrillop pic.twitter.com/kjmNoxlbZE
— Araceli Corbo (@aracorbo) 28 de abril de 2016
En lo que a museos se refiere, las redes sociales no son para los departamentos de comunicación, sino para los de divulgación o educación. Soledad Gómez nos contó la pobre realidad de los museos españoles de ciencia en la red (con dignas excepciones), mientras que Jenni Fuchs presentó varias de las acciones que ha llevado a cabo entorno a los museos de Berlín y de todo el mundo.
Nuestros museos de ciencia (111 según la investigación de Soledad) todavía se enfrentan con aparente pereza a las redes sociales. Una forma entenderlo son las cuentas de Instagram de muchos de ellos, que parecen el trastero de casa de mis padres, pero más vacío. La mayoría de ellas cuentan con menos de una docena de imágenes de hace un par de años, cuando alguien dijo "ey, hay que estar en la red social esa de las fotos", y luego todos se olvidaron.
Clave lo que comenta @mediamusea en el #CnR16 a la hora de comunicar ciencia: difundir vs divulgar pic.twitter.com/pkFnFGCnWP
— Daniel Robles (@drobles) 28 de abril de 2016
#MusMem fue la primera iniciativa de Fuchs para que la gente compartiese sus recuerdos relacionados con museos. Lo suyo es pura pasión por los museos. Despúes vinieron iniciativas como 'Adopta un Museo' o 'Museum Souvenirs', siempre con éxito de participación (y a veces con problemas para gestionar ese éxito).
Las lecciones aprendidas del uso d redes por @jennifuchs creo q son aplicables a cualqier campaña. Muy bueno #CnR16 pic.twitter.com/yECSkqizlY
— monica lalanda (@mlalanda) 28 de abril de 2016
Divulgar no tiene porqué ser altruista, también puede dar dinero
José M López Nicolás ha conseguido que "una frikada" le reporte 800.000 euros para su investigación. "Eso, en Murcia es un millón" dice. Y todo surge de un blog en el que se le ocurrió mezclar su investigación sobre polifenoles, vitaminas, ácidos grasos o glucosa con El Señor de los Anillos.
Con títulos como "La noche en la que Sauron sedujo a Arwen usando flores anti-inflamatorias", "La leche de Gandalf y la inmovilización química del colesterol" o "
La noche que Gollum atrapó al más capullo de los antioxidantes" no solo llevó la ciencia a muchas más personas, sino que además le sacó un rendimiento económico.
Ciencia + El señor de los anillos. Método infalible para llevar la divulgación científica más allá de sus límites pic.twitter.com/dKbVMgjnHO
— Laboratorio rtve.es (@lab_rtvees) 28 de abril de 2016
Malas noticias para los informadores de ciencia
La AECC, organizadora del evento, presentó su informe 'Selfi de la comunicación científica española', realizado a partir de una encuesta de la Asociación a sus socios. Desgraciadamente para el sector, el 34% de los participantes afirma cobrar menos de 18.000 euros brutos anuales. Una remuneración que no está a la altura de la labor de divulgación tan necesaria que hacen estos profesionales.
¿Cómo es el #comunicador de la #ciencia actual? #CnR16 @CienciaenRedes @aecomcientifica pic.twitter.com/BPwnaDwrCl
— Agrocode Bioscience (@agrocode) 28 de abril de 2016
Por último, pese a conocer estas grandes propuestas y excelentes trabajos como los representados por Pampa García (agencia Sinc), Antonio Villarreal (El Español) o Michele Catanzaro (periodista freelance y doctor en física), da la sensación de que la información sobre ciencia en España no termina de explotar (a lo mejor por aquello de la explotación, precisamente).
Se echan de menos proyectos transmedia, una mayor interactividad o apuestas como la que hace Good con sus vídeos en Facebook. Veremos qué nos depara el futuro.
Genial post. Gracias, César.
Sólo una cosa: comentas lo que echas de menos y estoy completamente de acuerdo contigo. Espero que, antes de CnR17, cuando lancemos la petición de ideas, nos avances ideas como esa, a ver si en la próxima edición podemos incluir esas nuevas aproximaciones ;)
Publicado por: Óscar Menéndez | 01/05/2016 en 11:07
Por supuesto Óscar, si puedo aportar lo haré.
No era tanto una crítica al Ciencia en Redes como una sensación sobre la situación del periodismo científico, que no parece subirse al carro de innovación que tanto buscamos en el Lab.
Publicado por: César Peña | 09/05/2016 en 12:08
excellent presentation my friends. love the video.
Publicado por: Victor | 23/07/2018 en 14:12