Alquila tu barba
miércoles 12.feb.2014 por Julia Varela 0 Comentarios
Como que ya aburre hablar de hipsters, oiga. Suena manido, pero es que la tendencia sigue ahí, mesando su barba por librerías-vinoteca y otros rincones bohemios.
Miembros del hipsterismo universal, pasen y vean lo que pueden hacer con su pelambre más allá de la estética: si no os importa que las migas se os enreden en ese cultivado pelo facial, podríais plantearos este otro tipo de garrapatismo.
Se trata de una especie de product placement humano. Barbas anuncio. Su creador lo llama Beardvertising.
Alquila tu frondosidad a una marca. Coloca en ella un cartelito. Sal a lucirla a cambio de 5 dólares por día. No es mucho, pero al menos es más provechoso que esas zarzas de chivo inútiles para la economía.
Circulan varios ejemplos por la Red, como este (el oficial) en el que, con ironía, el anunciante se dedica a la venta on line de cuchillas de afeitar:
Una agencia de Kentucky ha lanzado esta campaña. Fue creada para uno de sus clientes, la cervecera A&W Root Beer. Pero han decidido extender la idea. Una avalancha de candidatos sin afeitar ha inundado el mail de estos publicistas.
También se han mostrado interesadas variedad de empresas, según comenta el creativo jefe, Whit Hiler, al Business Insider. "Allá donde exista una barba épica, puede colocarse un anuncio", añade.
El asunto es colocar, insertar. Meter, en definitiva. Por los ojos, la nariz, el oído. Entre la barba o en los calzones, como hace Mischa Badasyan. Este ruso recorre el subsuelo de Europa con el iPad agarrado al paquete. En la pantalla se lee: 'Ponga aquí su anuncio'.
Es un crítico de la omnipresencia publicitaria. De los miles de impactos que las marcas nos lanzan a diario. Cualquier medio vale para colarnos la oferta. Badasyan se queja como un Adán que sustituye la hoja de parra por la tableta. Y escribe ahí el reclamo que le dá la gana.
Phil Jones también se cabrea por algo similar. La ha tomado con las inmobiliarias que asaltan el mobiliario urbano. Los caretos agresivos de los agentes plagan los bancos y marquesinas de Mineápolis, donde Phil reside. Pensó que sería divertido sustituir esos rostros de vendedor fulminante por el suyo propio. Usurpando al usurpador. De eso va Faces of Real State:
Hay otro tipo de carteles que cualquier viandante internacional se ha visto obligado a esquivar. Esos que están apoyados en mitad de la acera y que anuncian desde bocaterías hasta museos. Tres artistas de Toronto, hartos de este obstáculo comercial, han transformado su finalidad:
Tachan sin sutileza los mensajes originales y superponen fotografías de escenas cotidianas. Adam Krawesky, Sean Martindale y Martin Reis convierten estos anuncios-sandwich en una exposición desperdigada por la ciudad. Sin pretensión mercantil. El nombre del proyecto es Overboard Additions.
Hackers del soporte publicitario versus los que ya han sucumbido que, en general, somos la mayoría. Lifevertising.
Qué novedad hay en que Coca Cola te pague por promocionarse en tu barba. Si ya paseamos gratis el perro de Bimba y Lola cuando sacamos el bolso. O El Ganso en las zapatillas. Por eso, alquilo mi melena a Mercadona si me pagan en yogures y guacamole. Hay trato?
@VarelaJulia