Keep calm...y paga!
Nos gusta tocar. Palpar la materia. Con eso siempre se ha hecho negocio. Hoy, frente al auge del comercio virtual -España es ya el quinto país que más compra a través de apps- las tiendas físicas se ponen las pilas.
Lo llaman slow shopping, pero esa etiqueta puede confundir. Porque esto no va de curiosear en establecimientos imbuidos por la filosofía del movimiento lento. No se venden productos elaborados sin prisas, artesanalmente, o comida para rumiar y rumiar. Tampoco hay vendedores con parsimonia zen en sus explicaciones del producto.
No consiste en comprar despacio como un remedio para calmar el espíritu urbanita, para frenar este nu...