A qué saben las nubes?
lunes 29.feb.2016 por Julia Varela 1 Comentarios
Puedo afirmar sin complejos que nunca he quemado una nube.
De hecho, entonces era la única chuche que no me gustaba. Me parecía la más de mentira de todas, como tragar poliespan. Hasta que me la sirvieron de postre, hace unos meses, en un restaurante moderno. Tostadita y en brocheta. Gourmet.
Las nubes de azúcar nacieron en los años 60, en Illinois, en la fábrica de la familia Doumak. Ellos tienen la patente del proceso de elaboración de este dulce que popularizaron de manera masiva en USA. Boy scouts de acampada horneando espetos de marshmallows en la hoguera.
Hoy, los chefs más vip las reinterpretan en su carta. Son las golosinas de moda para foodies, cocinillas, comidistas y otros paladares inquietos. Y entre ellas, estas son las más artesanas:
Las hace Carmina Núñez, la ingeniera informática y loca por la gastronomía que sonríe en la siguiente foto. Hace tres años, dejó la dirección de sistemas de información en un banco importante para subirse, literalmente, a la nubes.
Las suyas no tienen nada que ver con las industriales, repletas de conservantes, espesantes y colorantes artificiales. Defiende que sus Lemon Jelly Marshmallows están hechas con agua, azúcar y gelatina. Y no son anodinas, "no tienen todas el mismo sabor y olor", algo que sí ocurre con las tradicionales y envasadas.
Carmen tampoco plantaba fuego a las nubes: "Creía que era como quemar plástico y que me iba a llenar la boca de petróleo! Claro que antes solo tenía opción de comer nubes industriales. Ahora puedo quemar con tranquilidad las mías. Eso sí, tardan más en arder porque no son plástico!!".
De niña, estas chucherías fueron su devoción y de adulta se obsesionó con encontrar la receta perfecta: "He visitado muchos países buscando inspiración, he viajado a Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda, Francia, Italia, Portugal...quería contactar con empresas que hicieran una nube de azúcar natural, original y divertida, pero ha sido francamente difícil dar con una fórmula auténtica y fresca".
En la actualidad, sus nubes son las más saludables que puedes ingerir y las más sabrosas para el paladar. Es capaz de convertirlas en volcanes de cacao que recuerdan a un coulant o rebozarlas en menta y chocolate negro, en plan homenaje al británico After Eight.
A golpe de recuento, la verdad es que tienen las papeletas necesarias para ser tendencia: saben bien, son de colores y súper estéticas, enganchan sin aditivos y tienen una textura blanda única. No hay ningún alimento así de esponjoso, ni siquiera un bizcocho.
Pero, más allá de las papilas gustativas, las nubes nos transportan. Son retro. Se enmarcan en el mercado de la añoranza. Saben a infancia. Recuerdos de cientos de visitas al quiosco de las chuches.
(Fotografías de Lemon Jelly MarshMallows)
(8) AUM, Aloha Laniakea ! dijo
¿a qué sabes tü?...mmm...saben duuuülce...frescura...mm...saben a limpida frescura ...mmm...aaaa....mmmm :D no sé...mmmm...gracias