Repartimos el rodaje por distintos lugares del país. Buscando la memoria de todas nuestras protagonistas y descubriendo por el camino un sinfín de nombres que merecerían igualmente protagonizar un documental, que merecerían escapar del olvido.
Uno de esos viajes nos lleva a Barcelona, donde la narradora, crítica y profesora Ana Rodríguez Fischer nos abre la puerta de su casa y nos deja que le movamos todos los muebles de la salita hasta componer un precioso plano. Y aun así, nos invita a una estupenda taza de café previa a compartir con nosotros su experiencia personal con Rosa Chacel.
Rosa Chacel, la escritora, la poeta, la que da nombre a institutos de secundaria. Una de las menos olvidadas de nuestras mujeres, aunque siempre con una distancia, esa distancia marcada por el género.
Rosa era ella misma, siempre fue ella misma. Y eso tampoco ayudó demasiado…
“Nunca supo ser diplomática, ni cultivar una imagen, ni posar, con lo importante que es saber posar”: nos cuenta Ana con una media sonrisa.
Una vez acabada la entrevista, cuando cada mueble de la salita vuelve a estar en su lugar habitual, y ya ha guardado la pequeña sirena de bronce que Rosa le regaló, Ana nos deje esta reflexión:
“¿Cómo se juzga la nómina de una generación? ¿O cómo se valora? ¿A partir de lo que un historiador dijo, escribió o sentó? ¿O a partir de lo que produjeron esas personas?
Para saber más...
http://www.lassinsombrero.com/
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