No hacer nada
En pleno agosto, cuando muchos de los seres que habitan al otro lado de La Transversal están de vacaciones y algún que otro ser de La Transversal también, me ha asaltado una duda. Las dudas son como los bandoleros: sospechas que andan por ahí pero cuando te asaltan, siempre te pillan desprevenido. He pensado que nos pasamos el año trabajando, compitiendo, esclavos del despertador y del móvil, con unos horarios ingratos y rezando a san Seguridad Social para que no nos bajen las defensas. Y cuando por fin llegan las ansiadas vacaciones, empezamos a hacer planes, a organizar viajes con toda la familia a playas masificadas o con amigos a lugares complejos, de difícil acceso, pero muy exóticos; a hacernos el camino de Santiago, a llenarnos la agenda de cosas que visitar y otras que hacer, alguna nada ociosas, como aprovechar para empezar las reformas en el hogar. Dar cabida a esos planes que no puedes hacer el resto del año. O sea, cosas que hacer. Ha llegado el momento de reivindicar el placer de ‘No hacer nada’. Absolutamente nada. Está muy mal visto eso de no hacer nada, de pasarse el día tocándose los…, bueno, ya me entienden; que me han dicho que no diga tacos en antena, que a ustedes les incomodan y eso nos podría restar audiencia. Intentaré controlarme. Vuelvo a lo de no hacer nada. Está mal visto porque hay personas, especialmente tras aprobar una oposición, que han convertido el ‘no hacer nada’ en su modus vivendi. Tanto hemos criticado eso que sospecho que la sociedad se niega a reconocer que le gusta, que disfruta, sin hacer nada. Lo primero que te pregunta la gente cuando llegas de vacaciones es: ¿Qué tal? ¿qué has hecho? Y entonces tienes que demostrar que te lo has pasado de maravilla porque has hecho muchas cosas. Tantas que llegas a trabajar igual de cansado que cuando te fuiste. ¿Se imaginan lo maravilloso que sería llegar a trabajar y cuando te preguntasen ¿qué has hecho? contestar: nada. No he hecho nada?” Solo de verbalizarlo siento una paz digna de un buen masaje. Descansar. Esa es la clave. Lo malo es que casi todos preferimos divertirnos a descansar y claro, divertirse es más agotador. Creo que aún me queda una semana para intentar no hacer nada. Voy a probar.
Pepe porras dijo
Amo a Laura Peláez.
23 ago 2009
ign314 dijo
Amo a Xisca Tangina Martorel
¡quiero que me haga un hijo!
24 ago 2009