La llegada de nuevo al asfalto se torna diferente. Atrás quedaron 18 días increíbles en Beijing. Las grandes historias que recordar y compartir, dan paso a un nuevo sueño con rumbo a Londres 2012.
En China, con el fin de los Juegos Olímpicos, llegaría el momento de realizar un gang bei. El brindis chino consiste en que el anfitrión, normalmente el más anciano o importante de la mesa, se levanta y dice unas palabras. Los invitados alzan el vaso, siempre por debajo del anfitrión como símbolo de agradecimiento, a pesar de que éste intente bajarlo por cortesía, y brindan con él.
En este caso, ni soy el más importante, ni el de mayor edad, pero me gustaría hacer un gang bei por Beijing 2008. Como si hubiéramos asistido a un gran banquete, hemos ido disfrutando de cada uno de los platos que generosamente nos han ido sirviendo dentro de la armonía de la comida china.
Una de las fotos más populares de La Villa. "Hamburguesa China"
Toda esta armonía gastroómica, en la que se debe mezclar lo dulce con lo amargo, lo frito con lo crudo, y lo frío con lo caliente, no ha parado de sorprendernos. Sin embargo, todo este gran banquete no hubiera sido lo mismo sin unos grandes comensales.
PD: Gracias a mis dos compañeros: Maikel y Paloma, por compartir esta experiencia juntos, como se dice en estos casos tenemos mil historias que contar a nuestros nietos. A toda la gente de RTVE e Inspiring Move que han hecho realidad este proyecto y han confiado en nosotros. A nuestras familias, amigos y compañeros que nos han seguido, aguantado, y ofrecido tanto apoyo y ánimo cuando estábamos tan lejos de casa. Y a todos los olímpicos de La Villa que han hecho que todo esto funcione, y en más de una ocasión nos han ayudado, comentado, o apoyado de forma personal.
Madrid, 25 de Agosto, mi casa. Deshago la maleta y la ropa sucia y arrugada se mezcla con los recuerdos de unos Juegos Olímpicos inolvidables. Del haber visto a Oriente celebrar el mayor espectáculo del mundo occidental. Los metales han brillado tanto que han deslumbrado al orbe. He tenido la suerte de vivirlo en directo, me considero un auténtico privilegiado.
Pero la vida, y la Villa , siguen. Por encima de los Juegos sigue el deporte. Contador en La Vuelta, el mundial de motociclismo, la liga ACB (con el grandísimo Navarro de nuevo en Can BarÁ§a), los grandes torneos de tenis... vamos a tener oportunidad de seugir comentando, como hasta ahora, el día a día de nuestro deporte favorito.
Dentro de cuatro años, Londres acogerá los Juegos. Los más de 2500 olímpicos de la Villa están preparados. De hecho, están organizando el viaje . Chicos, reservadme una plaza.
Ojo, que el título engaña. Como ya me enseñó un lector de este blog, lo que me ha llevado a Pekín son los Juegos Olímpicos, y lo que me ha traido de vuelta a Madrid, las Olimpiadas, es decir, el período de 4 años que transcurre entre cada edición de los JJ.OO.
Pues bien, aunque asistir en vivo a mis primeros Juegos ha sido una experiencia dura (China es muy difícil sin hablar chino y sin un traductor), ya, sólo dos días después de la clausura, la recuerdo con una nostalgia tan grande como el propio país. Es la primera vez que pongo un pie fuera del Primer Mundo y ahora, de vuelta en casa, se me ha quedado instalada una pena rara.
El pueblo chino es absolutamente encantador y no tiene lo que se merece. O sí. No sé. Cada pueblo busca su destino, supongo, y a lo mejor ellos quieren y necesitan la dictadura. Pero no creo que necesiten tanta pobreza ni tanta ignorancia, la que deriva de no tener acceso a ninguna información salvo la oficial. Al no hablar inglés, ni siquiera Internet -y menos si está capada- se convierte en una fuente "peligrosa" para el gobierno.
Y lo más sorprendente, lo que más admiración me provoca hacia ellos, es que lejos de albergar odio hacia lo diferente, hacia "el explotador" capitalista, adoran a los occidentales, y nos piden que nos hagamos fotos con ellos todo el rato... Lo cual es muy positivo para la autoestima menguante del turista exhausto, además de muy divertido. "¿Qué Rafa Nadal tiene fans? Yo más", piensas.
Y los niños... Son todos para comérselos.
La nostalgia deriva también de que se hayan acabado los Juegos en sí. Sin duda me apunto a Londres 2012, como tanta otra gente está haciendo ya en La Villa, y rezo por Madrid 2016. Pocas veces se conjugan los astros de manera tal en la que está completamente justificado que hables sin reparo con gente de todas las nacionalidades. De verdad, que durante dos semanas, todos hemos sido amigos en Pekín. Para ejemplo, una imagen en la que fans islandeses y españoles celebran juntos la victoria de los primeros en la semifinal de balonmano y los chinos, por supuesto, se apuntan a las fotos :-)
Los tres integrantes del blog vemos juntos el penúltimo partido de Barrufet con la selección española. Al frente, un conjunto islandés con un Steffanson acertadísimo en el ataque y un Gustavsson bajo los palos que lo saca casi todo. El resultado obliga a la machada ante Croacia para que Barru se marche con una presea más sobre su cuello.
A la salida del encuentro me encuentro con un viejo amigo, antiguo compañero de fatigas y un experto mecánico de bicis: Carlos Arrebola. A la sorpresa inicial le sigue el abrazo sincero y la foto de rigor. "¿Qué haces aquí?" me pregunta. Le explico. Yo no necesito ver su acreditación para saber que forma parte del equipo técnico de la selección española de mountain bike . Tras Atenas, los segundos Juegos para un tipo sensacional, que vivió la plata del pistolero Hermida en un lejano día de Agosto de 2004. "Mañana nos vemos en el circuito, maestro".
El sábado amanece caluroso y el mercurio asoma a los 32º en un Beijing que, dos jornadas antes, nos trajo una de las jornadas más lluviosas de nuestra estancia olímpica. Me dirijo a Laoshan, sede, además, del circuito de BMX y del velódromo en el que el equipo de ciclismo en pista se colgó tres metales (Llaneras , Tauler y Olaberría). Buenas vibraciones, pues. Al llegar al recinto, la carpa de información nos arroja un podio femenino escrito a mano en un trozo de papel en el que la mallorquina Fullana no aparece. Ya nos enteraremos de qué ha ocurrido para que Marga no se haya colgado su segunda medalla.
Buscamos un sitio y comienza el espectáculo. El mountain bike es una de las pruebas que más recompensas arroja al espectador, que se encuentra en contacto pleno con la naturaleza en una de las disciplinas cuyo compromiso medioambiental es máximo. Por si fuera poco, a uno le pasan tan cerca los ciclistas que puede acertar a contarle los lunares de la cara. O, como a nuestro amigo chino, a que Hermida lance el bidón en una vuelta y te caiga justo al lado.
En la tercera vuelta bajamos a la zona de asistencia técnica, donde Carlos Arrebola tiene su "chiringuito" preparado: cubiertas, herramienta y los bidones preparados para que "sus chicos" tengan lo que necesitan en cada vuelta: algunos prefieren el Red Bull, otros, Coca-Cola, otros, agua y barrita. Carlos apunta metódicamente y entrega los bidones. Toma referencias, les canta el puesto y se desgañita animándolos en cada vuelta. Una gozada, vamos.
El resto es historia conocida, con un Lejarreta que consiguió un meritorio diploma y un Hermida relegado a la décima plaza en una carrera dominada por el francés Absalon, que revalidó su título olímpico. ¿La historia de Carlos? La misma que la de otros muchos que, entre bambalinas, se encargan de conseguir que los atletas, que salen en la foto, no tengan ninguna otra preocupación en los Juegos que los de conseguir medalla. Hombres como Félix Brocate, delegado de la selección española de balonmano, que ayer fue el encargado de que el balón con el que Barrufet ganó la medalla de bronce pueda descansar, tranquilamente, en la Barcelona natal del portero catalán.
Comienza la cuenta atrás, quedan apenas 24 horas para que el equipo de La Villa; Maikel, Paloma, y un servidor, disfrutemos de nuestros últimos momentos aquí. Os aseguro, que nuestra estancia nos ha convertido en un poco más atletas, sintiendo que cada segundo cuenta más que nunca. Así que, como diría Maikel vamos cerrando la muralla...
Una de nuestras últimas carreras en Pekín comenzó en el famoso Mercado de la Seda, una auténtica contrareloj para apurar las últimas compras. Cuando entras allí, andas como un verdadero zombie, no sabes donde mirar y a quién escuchar. Los vendedores, como en la mayor torre de babel que he conocido nunca, reclaman tu atención en todos los idiomas posibles; Ni hao, Hello, Hallo, Hola, Hei...
Entre tanto entusiasta de la venta, nos detenemos un instante en observar a un grupo de niños que seguían a lo que parecía ser un deportista. Nos fijamos un poco más, y descubrimos que es; ¡Tyson Gay!, uno de los mejores velocistas estadounidenses. Con tanto revuelo alrededor, aprovechamos para hacernos una foto con él, e intercambiar algunas palabras. El deportista americano parecía ser un tipo encantador, nos agradeció nuestro interés, y continuó haciendose fotos con el resto de personas que se lo pedían. Para que luego hablen de que los grandes no son humildes.
Salimos corriendo del Mercado de la Seda camino hacia el metro. Una vez más nos mezclamos con la multitud de gente. Algo nerviosos pensamos que no llegamos a la semifinal de Balonmano: España - Islandia. La verdad que en Pekín, es mejor no tener prisa, porque los chinos son personas que se toman la vida de una forma más relajada que en España. Andan pausados y tranquilos, y evitan la rapidez a toda costa.
Finalmente conseguimos llegar para disfrutar a tiempo del partido. Islandia se mostró a pesar de nuestra ilusión, superior en la mayoría del encuentro, lo que hizo que acabaramos perdiendo en semifinales. Nuestra afición, demostró una vez más ser una de las más divertidas, y a pesar de todo seguimos animando en todo momento al equipo español. Yo asistí a un intercambio de banderas con un niño, que me ofreció la de Islandia a cambio de la de España. Una bonita sensación la que me hizo sentir, al entender un poco mejor el eslógan de los JJOO: Un mundo, un sueño. Deseamos que Barrufet consiga su sueño, y cierre con un broche olímpico su carrera profesional.
PD: El otro lado del ángulo del que no hablé el otro día, es el que deja paso a la claridad, aunque muy a mi pesar se ha vuelto oscurecer de nuevo con la decisión del COI, de no permitir ningún tipo de expresión de luto. Desde La Villa digital, hemos colgado un crespón negro y abierto un foro de mensajes de apoyo, en señal de duelo a las víctimas. Doy mi pésame a todas las víctimas de la tragedia.
Día 21 de Agosto, quedan cuatro para que finalicen los Juegos de la 29ª Olimpiada en Beijing, y el hormiguero que se apelotona en estación de Metro más próxima al Anillo Olímpico adquiere hoy dimensiones épicas. ¿La razón? Más de 3 millones de visitantes de las provincias chinas a las instalaciones olímpicas. Cifra que atemoriza y que hace largo cualquier trámite, incluso el de comer en uno de los Mc Donald's más grandes del mundo, el del Anillo Olímpico.
Al salir de comer nos encontramos a una marabunta de chinos rodeando el pabellón de China Mobile. Gritan, ríen, corren en busca de una foto de, imaginamos, uno de los ídolos locales, quizá un gimnasta, un lanzador o un esgrimista. Preguntamos a una de ellas que, con acento oriental, nos explica a quién debemos todo el revuelo: "Samalanch". El presidente honorífico del COI, que goza de gran éxito en la Villa , con un club de fans que no tiene nada que envidiarle al de otros deportistas.
Una vez pasa el coche oficial nos dirigimos de nuevo al Estadio Nacional, preparado para las citas atléticas del día 21. Una jornada que figuraba en letras de oro en el calendario chino, la elegida para que la guinda del pastel coronara la tarta de los Juegos: Liu Xiang revalidando el título olímpico ante el mundo entero en la final de los 110 metros vallas. El resto es historia conocida: el príncipe lesionado no toma la salida y brotan las lágrimas en el Estadio, será uno de los momentos históricos de Beijing 2008, con su consiguiente polémica alrededor, que también está reflejada en la Villa .
Pese a ello, las entradas son imposibles de conseguir, llegaron a pedirnos 600 euros en la reventa . Tengo dos entradas válidas, pero somos 4 personas. Esta mañana me sobraron dos de balonmano. Decidimos probar suerte en el control de seguridad del Nido de Pájaro . La táctica es clara: "enmascarar" las dos entradas falsas entre las buenas, e intentar que cuelen e intentar atravesar la maraña de seguridad que constituye el Estadio.
Elegimos la fila de vallas más concurrida, para que se esmeren lo menos posible. Uno de nosotros se queda rezagado mientras el resto avanza firme y, cuando la voluntaria de turno lo pide, señalamos al último hombre, que blande las entradas firmemente. Cruzamos la línea, estamos dentro, y seguimos andando tranquilamente, sin mirar atrás. Nadie viene a por nosotros, nadie nos grita, ni nos agarra por el pescuezo. Giramos una curva y llamamos al cuarto hombre. "Estoy en la puerta M3". Nos lo encontramos. ¿Qué pasó? Obviamente, la chinita de turno comprobó que las entradas no eran las buenas, pero quedó tan sorprendida de que siguiéramos andando que no reaccionó a tiempo. El último hombre, con las entradas en la mano, accedió por otra de las puertas.
El Estadio Nacional, aún así, vivió un lleno histórico, aunque la jornada de ayer no lo fuera tanto, en parte por la eliminación de Reina , por el pésimo papel de Wariner y por la batalla que no se vivió entre China y el resto del mundo en los 110 metros vallas. Después de la anécdota, me queda pensar en que, si es tan fácil acceder sin entrada a una instalación, por qué siguen estando tan vacías .
Como explicó Álex hace un par de posts , Pekín se ha hecho un lavado de cara y, lo peor es que se hace evidente para los que hemos venido hasta aquí. No sólo se ha corrido un tupido velo sobre el tema de la pobreza, sino también sobre el de las imitaciones. Y no hablo de copias de plástico barato, sino de las que son clones calcados de un bolso original de Louis Vuitton, por ejemplo, con piel buena y certificado de autenticidad incluido. Si bien normalmente es fácil encontrarlas en conocidos mercados como el de la Seda, se han prohibido durante los JJ.OO. Así me lo confirmó una vendedora con la que logré cierta complicidad por regalarle un pin (en China se vuelven locos por los pins).
Efectivamente, en el Mercado de la Seda hay casi tantos vigilantes durante los Juegos como artículos en venta. Aun así, los comerciantes chinos se las ingenian para trapichear, que el ingenio se aguza cuando hay dinero de por medio... Y hasta el inglés (¡los vendedores hablan bastante más inglés que el personal olímpico y hostelero!) . Nada más entrar, la vendedora del primer puesto se me acerca y me susurra en inglés: "¿Qué quieres? ¿Prada? ¿Gucci?" Yo le respondo que todo es de muy mala calidad. "Los buenos los tengo escondidos. Mira este catálogo", y me lo enseña mientras manda a vigilar a sus compañeros a la entrada del puesto. "Rápdio, rápido", me dice, taquicárdica. Consigo zafarme de la situación diciendo que volveré mañana.
Por puro afán investigador, me pongo a comprobar si ocurre lo mismo en los demás puestos. "¿Te gusta éste? ¿Éste? ¿Y éste? Te lo dejo barato" , me increpan sin parar. Yo les pregunto que si tienen de los buenos, y se repite el mismo ritual de antes: mandan a un par de compañeros a vigilar, me enseñan el catálogo e incluso me ofrecen ir a un callejón fuera para ver el material. Como auténticos camellos.
La experiencia me ha impactado; tan emocionante como desagradable ha resultado en algunos momentos. Las técnicas comerciales aquí son muy agresivas y el precio siempre es susceptible de mucho regateo, hasta del 80%. Una mujer me llegó a coger fuerte de las dos muñecas y no me soltó hasta que me puse a gritar. Aprendí que no puedes preguntar un precio e irte de rositas. Varios bonitos cruces de palabras presencié entre comerciantes y turistas occidentales. Y no sólo turistas, que también se ve en este famoso mercado a muchos atletas con la acreditación de La Villa Olímpica al cuello. Éstos consiguen más descuentos que nadie si les dan sus pins a los tenderos. ¡Hasta a Tyson Gay nos encontramos Álex y yo!
Esta mañana me he enterado del accidente aéreo de Madrid y quiero dar mi apoyo a todos los afectados. Me siento mal, porque había preparado un post eufórico, ya que por fin conseguí ver a mi adorado Phelps desde muy cerquita. Así que ahí va, aunque ahora con un sabor agridulce. Estas tragedias no se viven igual desde el extranjero: es raro saber que todo tu país está cabizbajo y tú no lo puedes sentir igual. Hoy habrá un acto de duelo en La Casa de España aquí en Pekín.
Y aquí mi euforia ignorante de ayer:
Después de la machada de los 8 oros de Phelps, el acto que Omega tenía preparado en el anillo olímpico para la prensa se convirtió en una auténtica locura. Como patrocinador y cronometrista oficial de los Juegos, Omega reunió en su pabellón a las estrellas de la natación Phelps, Thorpe y Popov (ahí es poco) e hizo realidad un sueño para mí, aguerrida admiradora de los tres. También había dos nadadoras muy majas, pero, lo siento, ellas no formaban parte de mi sueño.
Contestaron a algunas preguntas sobre la natación actual y cada uno enseñó unas cuantas fotos de sus mejores momentos en estos Juegos.
- Popov eligió, en primer lugar, una con Juan Antonio Samaranch, cuyo nombre pronunció con perfecto accento español y cuyo trabajo agradeció encarecidamente. Sonaba sincero.
- Thorpe, políticamente correcto (quizá demasiado), optó por dos instantáneas de la última prueba de Phelps, la del octavo oro. Pero más graciosa me resultó la imagen que el australiano comentó así: "Esto es a la salida del Carreofour, había miles de chinos en bici". ¡Ian Thorpe compra en Carrefour! Y sí, ¡en Pekín hay Carrefour!
- Phelps eligió sólo fotos con compañeros suyos. Yo estaba demasiado ocupada fijándome en todos los detalles que hacen a un hombre una auténtica bala en el agua como para concentrarme demasiado en lo que decía (estaba a un metro de él, y juro que me sonrío :D) Empiezo a pensar que está depilado enterito con láser, en serio. Si no, es imposible que un hombre tenga una piel tan pulida.
Popov y Thorpe, de traje. Michael Phelps, el chavalito que les ha eclipsado, en bermudas, chanclas y camiseta Lacoste. Eso son ganas de provocar, recochineo. Muy sonriente y campechano el chico, eso sí. Y para mí que Thorpe está celosillo, pero se lo perdono porque aceptó hacerse una foto conmigo, mientras que con el otro fue imposible.
Cuando salieron para hacerse una foto en el exterior del pabellón, escoltados por mil seguratas chinos, la multitud oriental se volvió loca. Gritos, flashes y brazos queriendo estirarse más y más. Ni los Backstreet Boys en sus mejores tiempos. Fue increíble y pocas veces me había sentido tan privilegiada. Allí estaba yo, dentro del cordón de seguridad, siendo la envidia de Pekín entero. Y sin tener ni idea de los que estaba pasando en Madrid.
Mil gracias, Marta Romero y Olalla. Y un abrazo a todos los familiares y amigos de las víctimas.
Siempre hay un ángulo muerto, un punto ciego que no llegamos a ver y se nos escapa. Una falta de información que suplimos gracias a una recreación virtual de nuestro cerebro. Los Juegos Olímpicos han jugado, valga la redundancia, con este efecto óptico en las calles de Beijing convirtiendo las principales rutas de paso de turistas, en acondicionadas avenidas para mostrar su mejor cara posible.
¿A cambio de qué?, del desplazamiento del 1.500.000 de personas fuera de la ciudad. Díficiles de restaurar o mejorar, son estéticamente incorrectas para ese mundo de algunos, a costa del sueño de miles de personas. Muchas casas-clavo (dingzihu), denominadas así porque sus propietarios aguantan hasta el último momento con el objetivo de conseguir una solución más digna, han sido derribadas (chai) para dar paso a las nuevas y espectaculares edificaciones de la nueva Beijing.
¿Y aquellos sin hogar?, deambulan recogiendo los envases de plástico de los refrescos que se tiran diariamente por las calles. Reuniendo varios kilos pueden obtener apenas unos yuans para seguir viviendo. El pasado día, tras una visita al mercado de Hou Hai, donde se agolpan decenas de restaurantes de moda, bares y boutiques, encontramos a uno de estos ancianos. Con mirada afable, nos pidió la botella de plástico que le dimos junto con unos yuans. Rápidamente este acto, provocó que dos policías le invitaran de forma agresiva a salir de las inmediaciones del distrito. Un ángulo muerto que no están dispuestos a mostrar al resto del mundo.
El establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida, y el respeto a los principios fundamentales del hombre, son algunos de los valores por los que se rige la Carta Olímpica. Un doble juego moral en el que todos hemos estado dispuestos a participar. "Un mundo, un sueño...para quién"
Es de difícil medición la tabla que rige si un deporte es olímpico o no. Sin ir más lejos, ha hecho correr ríos de tinta entre los píxeles de La Villa . Incluso los seguidores del fútbol chapas , entre los que me cuento, reclaman al COI la inclusión de su juego en el programa oficial. Pero no son los únicos .
Tuve la ocasión de cenar en Tapas, restaurante español en Beijing regentado por Luis, dueño también de una bocatería en la ciudad, y al que la colonia española en los Juegos suele acercarse para darle al estómago un anticipo de lo que será la vuelta a la piel de toro a base de huevos rotos con patatas, croquetas o tortilla española, todos platos que, después de doce días por estos lares, hacen que se nos salten las lágrimas.
Martín Fiz y se acercan a saludar. Su atuendo les delata: son los organizadores del campeonato del mundo de lanzamiento de huesos de aceituna . Entre cerveza y cerveza bromeamos con ellos y nos cuentan varias de las particularidades de su disciplina:
- Al contrario que en el lanzamiento de peso, cuenta como marca el punto en el que el hueso de la oliva se detiene. La oliva oficial ha de ser de Cieza (Murcia), en su variante mollar o "chafá"
- El récord del mundo lo ostenta un murciano, con 21.32 metros (algo más de lo que lanza Manolo Martínez en peso).
- No se puede utilizar un canuto o similar para lanzar el hueso, que deberá salir de la boca sin ayudas mecánicas.
- Se permite el uso de dentaduras postizas, si bien la organización no se responsabiliza de sus posibles pérdidas.
- En caso de indigestión o atragantamiento por el hueso de la oliva, la organización tampoco se responsabiliza.
- Si un participante no quisiera comerse la oliva, puede solicitar el apoyo de un ayudante, que comería el fruto por él y se lo entregaría para el lanzamiento.
El martes 19 de Agosto celebraron en la puerta de su hotel el Beijing Masters Series de Lanzamiento de Huesos de Oliva, ya que el campeonato del Mundo se celebra cada último fin de semana de Agosto en la localidad natal del deporte, Cieza, en la cual las medallas (en este caso, huesos), se repartieron de la siguiente manera:
- Hueso de oro: Concejal de deportes del Ayuntamiento de Cieza: 8.35 metros.
- Hueso de plata: Alejandro Calabuig, director adjunto de Runner's World España: 8.17 metros.
- Hueso de bronce: Alberto Hernández, redactor jefe de Runner's Wold España: 7,85 metros.
Entre los participantes, varios chinos y el campeón del mundo de maratón, Martín Fiz, en una jornada soleada en la que el improvisado huesódromo, de asfalto irregular, puso en contra el superar la plusmarca mundial en lanzamiento de huesos de oliva.
Una vez felicitado al presidente de la Federación Internacional de Lanzamiento de Hueso de Oliva, nos comentó que entre sus próximos planes está la inclusión del mismo en el programa olímpico. Nos enseñó su revista oficial "Lánzalo", en la que incluye una misiva del Comité Olímpico Internacional en respuesta a su solicitud.
Yo tengo esperanzas porque, si vale con la mano, ¿por qué no con la boca?