Olimpiadas de pena
Ojo, que el título engaña. Como ya me enseñó un lector de este blog, lo que me ha llevado a Pekín son los Juegos Olímpicos, y lo que me ha traido de vuelta a Madrid, las Olimpiadas, es decir, el período de 4 años que transcurre entre cada edición de los JJ.OO.
Pues bien, aunque asistir en vivo a mis primeros Juegos ha sido una experiencia dura (China es muy difícil sin hablar chino y sin un traductor), ya, sólo dos días después de la clausura, la recuerdo con una nostalgia tan grande como el propio país. Es la primera vez que pongo un pie fuera del Primer Mundo y ahora, de vuelta en casa, se me ha quedado instalada una pena rara.
El pueblo chino es absolutamente encantador y no tiene lo que se merece. O sí. No sé. Cada pueblo busca su destino, supongo, y a lo mejor ellos quieren y necesitan la dictadura. Pero no creo que necesiten tanta pobreza ni tanta ignorancia, la que deriva de no tener acceso a ninguna información salvo la oficial. Al no hablar inglés, ni siquiera Internet -y menos si está capada- se convierte en una fuente "peligrosa" para el gobierno.
Y lo más sorprendente, lo que más admiración me provoca hacia ellos, es que lejos de albergar odio hacia lo diferente, hacia "el explotador" capitalista, adoran a los occidentales, y nos piden que nos hagamos fotos con ellos todo el rato... Lo cual es muy positivo para la autoestima menguante del turista exhausto, además de muy divertido. "¿Qué Rafa Nadal tiene fans? Yo más", piensas.
Y los niños... Son todos para comérselos.
La nostalgia deriva también de que se hayan acabado los Juegos en sí. Sin duda me apunto a Londres 2012, como tanta otra gente está haciendo ya en La Villa, y rezo por Madrid 2016. Pocas veces se conjugan los astros de manera tal en la que está completamente justificado que hables sin reparo con gente de todas las nacionalidades. De verdad, que durante dos semanas, todos hemos sido amigos en Pekín. Para ejemplo, una imagen en la que fans islandeses y españoles celebran juntos la victoria de los primeros en la semifinal de balonmano y los chinos, por supuesto, se apuntan a las fotos :-)