Olores y recuerdos
miércoles 26.abr.2017 por Equipo CogniFit 1 Comentarios
¿Te ha ocurrido alguna vez que has olido un perfume, una flor, un pastel, y te ha transportado a recuerdos pasados? Muy probablemente sí. Y es que los olores tienen esa capacidad de activar nuestra memoria. ¿Cuál es el mecanismo cerebral que hace esto posible?
Por Andrea García Cerdán – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas y estimulación cognitiva)
¿Cómo un olor puede disparar nuestros recuerdos?
Un olor puede despertar recuerdos, influir en nuestro estado de ánimo, en nuestro desempeño laboral o, incluso, reducir nuestros niveles de estrés, tal como sugiere este estudio.
Cuando percibimos un olor primero es procesado por el bulbo olfatorio, que empieza dentro de la nariz y se transmite por la parte inferior del cerebro. Es parte del sistema límbico, un área asociada a la memoria y a las emociones, el llamado “cerebro emocional”. Es por ello por lo que los olores pueden elicitar recuerdos tan rápidamente.
El bulbo olfatorio tiene acceso a la amígdala, un área que procesa la emoción, y el hipocampo, estructura muy relacionada con la memoria.
Sin embargo, por muy intercomunicado que esté el bulbo olfatorio con estas estructuras, sólo es posible que un olor nos traiga recuerdos si se ha producido un condicionamiento. Es decir, si hemos asociado a nivel cerebral el olor, con algún otro estímulo, como una persona o una situación específica. Por ejemplo, puede ocurrir que cuando apagamos alguna vela nos recuerde a los cumpleaños. Debido a la presentación repetida del olor con la situación se ha producido una asociación. Por tanto, cada vez que aparezca el olor a vela apagada, incluso en ausencia del estímulo, que en este caso sería una fiesta de cumpleaños, nos recordará a la fiesta. Incluso es posible que aparezcan también las emociones que la acompañan.
Emociones y recuerdos
Como hemos dicho, el olfato se conecta intensamente con el cerebro emocional y la memoria.
Curiosamente, la información que procesamos de otros sentidos, como la vista, el oído o el tacto, no se trasmite por estas áreas cerebrales. Puede que esta sea la razón de por qué el olfato es el sentido que nos dispara emociones y recuerdos de forma más intensa.
Además, el olfato es el primer sentido en desarrollarse. Los bebés recién nacidos se dejan guiar por su olfato para reconocer a su madre, y calmarse con la mera presencia de una prenda suya.
Rachel S. Herz, en su estudio, demostró que las personas que fueron expuestas a un olor concreto mientras memorizaban un material, eran capaces de recordarlo mejor si también estaba presente ese olor.
Hemos dicho que los olores también se asocian a emociones, pero estas no tienen por qué ser positivas. Por desgracia, los olores también pueden traernos emociones negativas, por ejemplo, en personas con Trastorno de Estrés Postraumático. Según varios estudios de caso, es posible revivir traumas al exponerse a ciertos olores. Por ejemplo, un paciente experimentaba recuerdos perturbadores, sentimientos de culpa y náuseas cuando olía diesel. Estas reacciones involuntarias le generaban un intenso malestar que le llevaba a evitar situaciones en las que pudiera exponerse a ese olor.
La exposición temprana a ciertos olores también puede influir en nuestras preferencias olfativas y alimentarias. Algunos estudios han encontrado que si las madres consumían ciertas sustancias con un olor característico, como ajo, alcohol o tabaco durante el embarazo, los hijos van a preferir esos aromas después del nacimiento. E incluso esas preferencias se mantendrían después de la infancia incluso en la edad adulta. Nótese que el sabor es producido básicamente por el olor o aroma, y el gusto sólo nos ayuda a percibir sensaciones como si está salado, amargo, agrio, dulce…
Los olores y el marketing
A los publicistas les interesa encontrar el vínculo entre olfato, memoria y estado de ánimo. Se ha estado usando desde hace un tiempo lo que se denomina Marketing Olfativo. Los vendedores de casas ponen tartas o galletas en la cocina para que parezca un hogar cómodo en el que se puede vivir. Pero para evitarse tener que cocinar, hay empresas que venden sistemas de Marketing Olfativo. Inmobiliarias, hoteles, tiendas, incluso fabricantes de automóviles están personalizando el aroma de sus productos para elicitar un estado de ánimo determinado en el cliente y causar buena impresión.
Sin embargo, estos olores no se parecen al olor intenso del incienso o de algunos perfumes. Son sutiles y casi imperceptibles. Se desarrollan para transmitir a los clientes un sentimiento de bienestar.
A pesar de ser una especie principalmente visual, ya que la vista es el sentido que más hemos desarrollado, el olfato es un sentido más importante de lo que podemos pensar. Influye en nuestra memoria, dispara recuerdos y emociones asociadas a ellos y pueden modificar nuestro estado anímico.
Jose Antonio dijo
Totalmente de acuerdo. https://sorprendeme.es