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¿Se puede prevenir la demencia?

  • La demencia es una enfermedad más cercana de lo que creemos. Afecta a millones de familias y personas en todo el mundo. Esta enfermedad neurodegenerativa de efectos devastadores, hasta ahora no tiene curación.
  • Sin embargo, todos tenemos la capacidad de poner en marcha mecanismos que puedan ayudarnos a mejorar nuestra función cerebral y contribuyan a reducir el riesgo, e incluso  llegar a prevenir la demencia. 

CogniFit Prevenir DemenciaPor Andrea García Cerdán, Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas y estimulación cognitiva)

La demencia es una enfermedad neurodegenerativa muy común en nuestra sociedad.  Se estima que actualmente existen alrededor de 35,7 millones de personas de todo el mundo padecen demencia, y se prevé que esta cifra casi se duplicará cada 20 años, llegando a un estimado de 65,7 millones en 2030 y 115,4 millones en 2050. Por lo que la demencia es uno de los problemas de salud más importantes a los que se enfrentan los sistemas de bienestar y seguridad social.

Pero, ¿podemos hacer algo para prevenir la demencia? Aunque no existe ningún antídoto contra las enfermedades mentales, si que podemos poner en marcha mecanismos que nos ayuden a mejorar nuestra función cerebral y contribuyan a disminuir el riesgo de desarrollar demencia.  

Según este estudio minimizar factores del estilo de vida como el tabaco, la hipertensión, la sordera y la depresión puede prevenir un tercio de los casos de demencia en todo el mundo. Además, estos investigadores subrayan la importancia de llevar a cabo intervenciones no farmacológicas, como el contacto social y el ejercicio para personas con una demencia ya instaurada. 

Por otro lado, científicos del Gjøvik University College (Noruega) han clasificado y evaluado en un reciente estudio las principales herramientas de "brain training"  del mercado y sus diferentes juegos de salud para luchar contra la demencia.  La revisión llevada a cabo por estos científicos propone que aunque existen muchos juegos de gimnasia cerebral, solo unos pocos tienen efecto real sobre las personas con declive cognitivo. Los autores de esta revisión sistemática clasificaron las soluciones CogniFit para el entrenamiento del cerebro con el nivel más alto de evidencia empírica de eficacia.

Además, en este nuevo estudio publicado en la revista Neuropsychology Review se demostró que el entrenamiento cerebral de CogniFit dispone de investigaciones científicas que demuestran que el efecto de su entrenamiento cognitivo es duradero y transferible a las actividades de la vida diaria de las personas mayores. El programa de envejecimiento activo de CogniFit, se ha posicionado como tecnología líder global en el ámbito de la evaluación mental, prevención y rehabilitación de la función cognitiva en personas mayores y ancianos sanos o con patología (Alzheimer en fase leve, Deterioro Cognitivo Levedemenciainsomniomovilidad reducida..).

 

¿Cómo prevenimos la demencia?

El estudio mencionado anteriormente identifica nueve factores que incrementan el riesgo de padecer demencia. Se considera que 1 de cada 3 casos de demencia se pueden atribuir a los siguientes factores de riesgo.

- Bajos niveles educativos

- Pérdida de audición

- Hipertensión

- Obesidad

- Tabaco

- Depresión

- Diabetes

- Poco contacto social

- Baja actividad física

Para prevenir la demencia es necesario intervenir en todos estos factores de riesgo.

1- Educación: mantén tu mente activa

Es importante mantener activo el cerebro durante toda la vida. El cerebro, al igual que los músculos de nuestro cuerpo, si no se usa, se va agarrotando. No dejes de aprender cosas. Si no tuviste la suerte de tener una educación formal en la infancia, nunca es tarde para ponerse a ello. Los ejercicios cerebrales de CogniFit han demostrado ser eficaces para mejorar nuestro rendimiento cognitivo.

2- Practica ejercicio físico

El ejercicio físico no solo moviliza el cuerpo, sino que produce beneficios en nuestro cerebro. La actividad física mantiene el corazón y el sistema circulatorio en forma, haciendo que funcione eficientemente. También ayuda a bajar el colesterol a mantener la presión sanguínea en niveles óptimos disminuyendo el riesgo de demencia. Además, también contribuye a la prevención de obesidad y la diabetes.

Con media hora de ejercicio moderado al día durante al menos 5 días a la semana se considera suficiente. Puede ser caminar enérgicamente, correr, bicicleta o cualquier ejercicio aeróbico que te guste.

Incluso puede ser el baile. Un estudio comparó dos grupos de personas mayores, un grupo de baile en el que se modificaban los géneros y las rutinas y otro de ejercicios repetitivos de fitness (caminar, bicicleta). Los resultados muestran que el volumen del hipocampo y el equilibrio aumentan, protegiendo al cerebro de la demencia. Y es que, el hipocampo es una estructura muy relacionada con la memoria, y es la primera en deteriorarse con la edad.

3- Come de forma saludable

Una dieta saludable, basada en vegetales, legumbres y cereales integrales puede ayudar a reducir el riesgo de algunos tipos de demencia.

También es necesario limitar los productos altos en sal, como los ultraprocesados (precocinados, embutidos, quesos muy curados…) .

4- Evita el alcohol y tabaco

Cuanto menos alcohol tomes, mejor. Esto incluye todo tipo de bebidas alcohólicas, vino y cerveza. Y si fumas, pide ayuda para dejarlo. Esto son hábitos muy perjudiciales que aumentan el riesgo de muchas enfermedades, como problemas cardiovasculares, cáncer y demencia (debido al aumento de la presión sanguínea que provocan).

5- Potencia tus relaciones sociales

Contacta con tus seres queridos. Mantener una red de amistades cercanas es importante para el bienestar general, ayuda a prevenir la depresión, disminuye el estrés, fortalece nuestro sistema inmunitario y reduce el riesgo de demencia.

7- Trata tus problemas psicológicos

Tener una buena salud mental protege de muchas enfermedades. La depresión y la soledad son unos de nuestros grandes enemigos. La terapia psicológica puede ayudarte a aumentar tu bienestar, y disminuir el riesgo de demencia.

La evidencia científica muestra que intervenciones psicológicas, sociales y ambientales como las actividades y el contacto social son más eficaces que las intervenciones farmacológicas con antipsicóticos para tratar la demencia. Además, también se ha encontrado que la terapia de estimulación cognitiva grupal y el ejercicio benefician también el estado cognitivo.

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   16.nov.2017 11:59    

El ejercicio físico modifica tu cerebro

La actividad física mejora nuestra salud, todos lo sabemos. Pero quizá lo que no sabemos es que el ejercicio también mejora nuestro cerebro. Aquí te explicamos cómo practicar deporte puede mejorar nuestra salud mental.

Ejercicio físico mentePor Andrea García Cerdán  – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas entrenamiento cerebral)

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando hacemos ejercicio?

El ejercicio físico hace que nuestra sangre comience a circular rápidamente por todo nuestro cuerpo. Pero no solo por las zonas que estamos moviendo, sino también activa el flujo sanguíneo del cerebro, incrementando su actividad, proporcionándole más nutrientes y estimulando la plasticidad cerebral y el crecimiento de nuevas neuronas.

1. El ejercicio mejora tu salud mental: Según un estudio, el ejercicio físico puede restaurar neurotransmisores (mensajeros cerebrales) como el glutamato y el GABA cuyas concentraciones descienden con la depresión. Por tanto, el ejercicio físico hará que nos sintamos mejor, incluso puede ser una herramienta para el tratamiento de patologías graves como la depresión.

2. El ejercicio aeróbico aumenta el volumen cerebral: Esto es lo que afirman los investigadores de un estudio. Se comparó el efecto del ejercicio aeróbico, con estiramientos en pacientes con deterioro cognitivo leve. Con ambas actividades se aprecia un aumento en el volumen cerebral, sobre todo en el lóbulo temporal (área de la memoria por excelencia). Sin embargo, con la realización de ejercicio aeróbico el aumento fue mayor. Además, este ejercicio proporcionó un aumento de las funciones ejecutivas, manteniendo la mejora en el tiempo.

3. El ejercicio de fuerza tiene efectos en la memoria: Según un estudio, los ejercicios de fuerza tienen efectos positivos en la memoria, memoria de trabajo y también en la función ejecutiva.

4. La actividad física reduce el riesgo de demencia: Según este trabajo de revisión, la actividad física regular mejora las actividades de la vida diaria y la movilidad en adultos mayores con Alzheimer. También puede mejorar su cognición general y equilibrio. También se estableció que adultos mayores sin Alzheimer que son físicamente activos, son significativamente menos proclives a desarrollar la enfermedad comparados con las personas inactivas.

5. La actividad física fomenta la plasticidad cerebral: La plasticidad cerebral es una cualidad esencial de nuestro sistema nervioso que le permite crecer y adaptarse durante toda nuestra vida. Y parece que el ejercicio físico es capaz de potenciarla. Según estudio, el ejercicio físico aeróbico continuado, activa la neurogénesis, la creación de neuronas, en el hipocampo, un área fundamental para la memoria y el aprendizaje. Sin embargo el ejercicio de fuerza no demostró estos beneficios.

6. El ejercicio nos ayuda a mantener el estrés a raya: Un estudio demuestra que la actividad física organiza el cerebro para que responda menos al estrés y que la ansiedad interfiera menos en nuestra vida diaria. Es decir, el ejercicio físico es capaz de mantenernos en un estado que nos permite responder de una manera más adecuada ante estímulos estresantes de nuestra vida diaria.

Además, gracias al ejercicio físico liberamos una serie de hormonas y neurotransmisores que facilitan que experimentemos una sensación de bienestar, satisfacción y felicidad.

¿Qué tipo de ejercicio hago y cuánto tiempo?

Aunque hay resultados contradictorios con respecto a los ejercicios de fuerza, todo apunta a que el ejercicio físico, sobre todo su versión aeróbica, mejora nuestro estado cognitivo y estado de ánimo. Lo mejor es combinar ejercicios aeróbicos con ejercicios de fuerza, aunque eso siempre dependerá qué es lo quieras conseguir (perder peso, mantenernos saludables, ganar masa muscular).

Cualquier actividad física es buena, desde correr, caminar a buena velocidad, nadar, montar en bici, bailar. El yoga es una actividad muy versátil ya que te puede aportar tanto ejercicios de fuerza y estiramientos como un buen ejercicio aeróbico en su estilo más dinámico.

Además, el ejercicio en la naturaleza potencia los efectos de la actividad, permitiéndote absorber vitamina D gracias a la luz solar, y sintentizar serotonina, una hormona que nos hace sentir bien.

Según la Organización Mundial de la Salud, la actividad física recomendada tanto para adultos como para personas mayores es de 2 horas y media de ejercicio moderado a la semana, o 1 hora y cuarto si el ejercicio es moderado. Y todo ejercicio debe durar como mínimo 10 minutos.

Además, nos recomienda que si queremos beneficios adicionales para nuestra salud deberíamos aumentar el tiempo hasta las 5 horas semanales de ejercicio moderado, o su equivalente. Es necesario adaptar esto a la movilidad de la persona y sus capacidades.

También sugiere que los ejercicios de fuerza deberían realizarse de forma que implique a los grupos musculares principales durante 2 o más días a la semana.

¿Todavía no te animas? Descubre aquí consejos para empezar a hacer ejercicio.

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit    3.jul.2017 10:30    

¿Cómo sabe nuestro cuerpo la hora que es? Descubre qué son los ritmos circadiano

 ¿Por qué abrimos los ojos justo antes de que suene el despertador? ¿Por qué nos suele entrar hambre siempre a las mismas horas? Este fenómeno se debe a que tenemos un reloj interno que nos dice qué hacer a cada momento (comer, dormir, despertarnos…) Hace que tengamos hambre, que tengamos sueño por la noche y nos activa cuando es de día. A este reloj interno se le denomina ritmo circadiano. ¿Sueles despertarte siempre a la misma hora aunque no actives la alarma?

Como sabemos que hora es ritmo circadiano

Por Andrea García Cerdán  – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas entrenamiento cerebral)

¿Qué son los ritmos circadianos?

Los ritmos circadianos pueden definirse como variaciones diarias de los procesos corporales. “Circadiano” proviene del latin circa-diem, que significa “alrededor del día”. Nuestros ritmos circadianos varían de individuo a individuo y puede oscilar entre las 23,5 horas hasta las 24,5. Aproximadamente el 25% de la población tiene un ciclo de algo menos de 24 horas y el 75% es de algo más de 24. Por ello, la mayoría de nosotros, sin ningún estímulo externo (sin despertador y con la persiana bajada) lo normal es que nos despertemos media hora más tarde cada día (y que nos entre sueño media hora más tarde). Pero como veremos, la luz es clave para mantener nuestro reloj interno en hora.

No sólo nosotros nos movemos por ritmos. Todos los seres vivos tienen sus ciclos diarios y estacionales.

¿Cómo funciona nuestro reloj interno?

El núcleo supraquiasmático, ubicado en el hipotálamo es un órgano esencial en el funcionamiento de nuestro reloj interno, y el más primitivo.

Este órgano dirige un sistema de genes y proteínas que conforman nuestro “reloj”. Los genes indican qué tipo de proteínas fabricar y cuándo. Un tipo de genes, llamado Clock (en inglés “reloj”) hace que nos sintamos despiertos favoreciendo la producción de unas proteínas que se van acumulando. Cuando estas proteínas llegan a un nivel, este gen se desactiva. Y es cuando comenzamos a tener sueño. El nivel de estas proteínas comienza a descender. Cuando estas están muy bajas, el sistema Clock se vuelve a poner en funcionamiento de nuevo. Y así una y otra vez.

Este ciclo ocurre una vez al día y no es igual en todas las personas. En algunas personas comienza antes y en otras después. Esto es lo que da lugar a los diferentes cronotipos de personas (alondras y búhos), dependiendo de cuándo sea tu pico máximo de activación, si por la mañana o por la noche.

Los ritmos circadianos y la luz

Para que este sistema funcione de forma más exacta, utilizan señales externas procedentes de los sentidos, especialmente la luz, aunque el ruido también influye.

Si no dormimos con las persianas cerradas “a cal y canto”, nuestros ojos perciben la luz matutina, mandando señales hacia el núcleo supraquiasmático del cerebro a través de nuestro nervio óptico. Entonces el hipotálamo detiene la producción de melatonina (la hormona que nos hace sentir somnolientos) y activa la producción de cortisol y otras hormonas que hace que nuestro ritmo cardiaco aumente y así nos despertemos con energía. Lo contrario ocurre durante la noche. Cuando comienza a anochecer y los niveles de luminosidad bajan, desciende el cortisol y aumenta la melatonina, preparándonos para dormir.

Nuestra temperatura corporal también varía durante el nuestro ciclo de 24 horas gracias a la acción de nuestro reloj interno, siendo el pico máximo alrededor de las 7 de la tarde y el mínimo a las 4 de la madrugada. Aunque esto también dependerá de nuestro cronotipo.

¿Qué altera nuestro reloj interno?

- Las luces artificiales: La luz de las bombillas, pero sobre todo las de las pantallas, confunden a nuestro reloj interno, haciéndole creer que es todavía de día. Esto es perjudicial para los ritmos biológicos, dificultándonos mucho el poder dormir.

- Turno de noche: Si nuestro trabajo nos obliga a mantenernos despiertos durante la noche, nuestro organismo no va a estar preparado para la actividad nocturna. Es cierto que, con el tiempo, el cuerpo se termina adaptando pero es una continua lucha contra nuestros genes que nos dicen que la noche es momento de dormir. Esto puede provocar que nuestro desempeño laboral sea peor.

- Viajes hacia otros husos horarios. Esto es lo que provoca el conocido jet lag. Es un desajuste de nuestro reloj biológico al viajar hacia otras zonas horarias. Aproximadamente nuestro cuerpo es capaz de ajustar una hora cada día, gracias a la luz solar. Por tanto, si viajamos a un país con 8 horas de diferencia tardaremos 8 días en adaptarnos completamente.

- Nuestro reloj interno también puede verse afectado durante el curso de patologías como la obesidad, diabetes, depresión, trastorno bipolar...

- Según un estudio, el ciclo menstrual afecta al ritmo circadiano femenino, provocando problemas de sueño. Concretamente, la calidad de sueño disminuye durante la fase lútea, que ocurre desde la ovulación (alrededor del día 14 del ciclo) hasta el inicio de la menstruación.

Para restaurar nuestro reloj es necesario mantener una rutina y buena higiene del sueño. No te expongas demasiado a pantallas durante la noche y exponte a la luz solar matutina.

 

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   28.jun.2017 17:15    

Ser demasiado optimista ¿una virtud o un defecto?

“Puedes conseguir todo lo que te propongas”, “Hoy va a ser un buen día”, “No hay nada imposible”, “Sonríe”. Seguro que te suenan todas estas frases. Son mensajes optimistas que nos invitan a ver la vida de forma más positiva. Aparentemente no hay nada de malo en ello, ¿o sí?

Demasiado optimista

Por Andrea García Cerdán – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicasestimulación cognitiva)

Está claro que la negatividad nos hace más propensos a padecer trastornos psicológicos, como depresión y ansiedad. Y a veces necesitamos ayuda para dejar de pensar en negativo. Pero ser demasiado optimista tampoco es lo más adecuado. ¿Por qué?

1- Ser demasiado optimista crea una falsa sensación de seguridad

Hace que sintamos una falsa sensación de seguridad e invulnerabilidad. Pensamos que podemos con todo y puede hacernos llevar a cabo conductas de riesgo (apostar todo nuestro dinero, comenzar proyectos demasiado ambiciosos abocados al fracaso).

Podemos ahorrarnos muchas frustraciones si no nos dejamos llevar por el entusiasmo y el optimismo poco realista. A veces, el pensamiento positivo nos distrae de ver la situación como un todo y analizar todas sus variables.

2- Ser demasiado optimistas puede hacernos también, más vulnerables

Estos mensajes que nos invitan a ser felices y a hacernos responsables de nuestra propia felicidad tienen un doble filo.

No somos responsables de lo que nos pasa, sino de lo que hacemos con lo que nos pasa, y cómo reaccionamos a ello. Estos pensamientos optimistas pueden hacernos creer que hay cosas que son más probables que otras sólo por desearlo muy fuerte. Y si no ocurre como deseamos, pues es culpa nuestra, claro. Esto es un gran error.

3- Silenciar los pensamientos negativas puede perjudicarnos

Las personas que tienden a ser muy optimistas, suelen tener interiorizado el mensaje de que los sentimientos negativos son indeseables.  Para ellas es importante tratar de mostrse alegres todo el tiempo. Sin embargo, los sentimientos negativos también son necesarios ¿Por qué?

  • Nos ayudan a darnos cuenta de que algo no está funcionando bien y a pararnos a reflexionar.
  • Expresados de una manera correcta, alertan a los demás de que necesitamos ayuda.
  • Las experiencias negativas y el malestar nos hacen apreciar los buenos momentos y los estados de bienestar y felicidad.
  • No se pueden evitar los sentimientos negativos. No es bueno recrearse en ellos ni maximizarlos. Pero reprimirlos y negarlos produce el efecto paradójico de hacerlos más intensos.

4- Los mensajes positivos no ayudan a las personas con baja autoestima

Según un estudio, las afirmaciones positivas pueden ser ineficaces e incluso dañinas. Las personas con baja autoestima que se repetían a sí mismas “Soy una persona encantadora” se sentían peor después. Por otro lado, las que tenían la autoestima alta, se sentían sólo ligeramente mejor.

Los investigadores encontraron también que, el grupo con baja autoestima, se sentía mejor cuando les permitían anotar los pensamientos negativos, que cuando se tenían que centrar en las afirmaciones positivas.

Una posible explicación de este fenómeno es que, decirse a uno mismo “me acepto completamente” o “soy digno de ser amado” sin desarrollar estas afirmaciones, provoca pensamientos contradictorios en personas con baja autoestima. Ya que no sienten realmente que eso sea verdad.

Además, las afirmaciones positivas pueden hacer que evitemos los pensamientos negativos, cuando bloquearlos sólo sirve para que vengan con más fuerza, como hemos mencionado.

5- Ser demasiado optimista puede perjudicar y empeorar nuestros resultados

Según un estudio, cuando pensamos que vamos a tener éxito en algo, nuestro nivel de energía disminuye y obtenemos peores resultados. Los investigadores piensan que esto se debe a que disminuye nuestra motivación, ya que en nuestra mente ya lo hemos conseguido.

Aunque también puede deberse a que nos hemos confiado demasiado y nos esforzamos menos

¿Entonces, qué hacemos? Algunos consejos:

Es necesario ser optimista, pero un optimismo más realista. Debemos tener en mente nuestras capacidades y limitaciones a partes iguales. Es tan negativo creer que sólo tenemos limitaciones como creer que sólo tenemos virtudes. Tenemos que ser conscientes de hasta dónde podemos llegar. No significa que nos rindamos o que evitemos hacer cosas porque creemos que no lo conseguiremos, hay que intentarlo. Pero también hay que saber cuándo dejar de intentarlo.

  • No reprimas los pensamientos o sentimientos negativos ya que, si no, estos volverán con más fuerza. Simplemente no les prestes mucha atención. Hay que darles la importancia justa.
  • No eres responsable de lo que piensas o sientes, sino de cómo actúas ante ello. No te sientas culpable por sentirte mal, todos tenemos malos días a veces.
  • Escribir cuando te sientes mal te puede ayudar a poner en orden tus sentimientos y pensamientos y poder actuar en consecuencia.
Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   16.may.2017 15:20    

Demasiada empatía: ¿Es perjudicial tener un exceso de empatía?

A menudo tener mucha empatía se ve como una cualidad positiva. Sin embargo, tener demasiada empatía puede hacernos la vida algo complicada. Aquí te explicamos por qué.

Demasiada empatia

Por Andrea García Cerdán – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicasestimulación cognitiva)

La empatía es la capacidad de reconocer, entender y sentir lo que los demás están sintiendo y pensando. En esta capacidad intervienen las neuronas espejo (unas áreas cerebrales que no sólo se activan cuando estamos realizando una actividad, sino también cuando vemos a alguien realizándola). Nos permite ver las cosas desde la perspectiva de los demás, entender y “ponernos en los zapatos” de los otros ayudándonos a crear buenas relaciones interpersonales. Esta capacidad genera un sentimiento de compasión en nosotros. Nos ayuda a conectarnos con los demás, es la base de la conducta altruista ya que, si podemos sentir lo que sienten los demás, sobre todo cuando sufren, será más probable que les ofrezcamos nuestra ayuda. La empatía está en la base de la sociedad, sin la cual nuestro mundo sería egoísta y hostil. De hecho, la ausencia total de empatía se considera un trastorno de la personalidad, como ocurre con sociópatas y psicópatas

Los peligros de tener demasiada empatía

¿Sufres demasiado por los demás? Tener demasiada empatía puede hacer difusa la línea entre uno mismo y los demás. Si no somos capaces de desengancharnos de las emociones de los demás, es posible que aparezca una sobrecarga emocional. No sólo nos tenemos que hacer cargo de nuestras propias emociones, sino que llevamos el peso de las emociones de los demás.

Las personas con un alto nivel de empatía tienden a ayudar a los demás, llegando incluso a olvidar sus propias necesidades personales. Cuando tenemos demasiada empatía es posible que sintamos que somos responsables de aliviar el dolor de nuestros seres queridos. Sin embargo, esta reacción de ayuda, puede resultar en el rechazo por parte de nuestros seres queridos, por paradójico que parezca. Ofrecer una ayuda que no ha sido solicitada puede hacer sentir a los demás como menos comprendidos. Esto es lo que ocurre en el trastorno de hiper empatía.

La hiper-empatía

La hiper-empatía es considerada un trastorno mental por el manual de diagnóstico psiquiátrico, por el gran malestar que les genera a las personas que lo sufren y puede llevar a las siguientes situaciones:

  • Codependencia: Las personas con hiperempatía tienden a ser codependientes, se pierden a sí mismas en las relaciones. Tienden a experimentar un deterioro significativo de su propia identidad, les consume el deseo de resolver los problemas de los demás, controlarles o satisfacer todas sus necesidades, dejando a un lado las suyas propias. Con el tiempo esto puede generar enfado, tristeza, soledad o resentimiento.
  • Permisivismo y sobreprotección. La excesiva necesidad de ayudar a los demás puede resultar en permitir todo tipo de conductas destructivas de los demás y tener una justificación para ellas. Las personas con hiperempatía son propensas a sobreproteger a sus hijos, dándoles todo hecho intentan ahorrarles cualquier tipo de sufrimiento. Sin embargo, lo que consiguen es minar su autonomía.
  • Agotamiento profesional: Una empatía excesiva en profesionales de la salud puede dificultar el desempeño profesional debido a una excesiva implicación con los pacientes, nublando nuestro juicio, objetividad y dando lugar a agotamiento por sobrecarga emocional.
  • Resentimiento: El deseo de ayudar a los demás puede hacer aparecer en algunas personas sentimientos de enfado y resentimiento. Las personas con hiperempatía pueden, incluso, basar su valía personal en cuánto son apreciados o cuanto hacen por los demás, convirtiéndose en una persona de quien la gente se termina aprovechando.

Consejos para personas extremadamente empáticas

Mantener nuestra empatía en equilibrio es fundamental para nuestro bienestar. Los siguientes consejos pueden ayudarte si eres una persona con demasiada empatía:

Establece límites: si no sabes decir que no y le das prioridad a los sentimientos y necesidades de los demás, necesitas poner límites en tus relaciones interpersonales. No sacrifiques tus necesidades por los demás. Ayuda si está en tu mano, pero también aprende a decir que no. Esto te ayudará a valorarte a ti mismo y tu tiempo, y por tanto los otros aprenderán a valorarte también.

Cultiva relaciones que enriquezcan tu vida, no aquellas que consumen tu energía. Evita todo lo posible el contacto con personas que se aprovechan de tu bondad y no aceptan los límites que has puesto. Invierte tu tiempo en personas que se preocupan por ti.

Practica Mindfulness: esta meditación te puede ayudar a no ser engullido por los sentimientos de los demás. Te ayuda a ser consciente de esos sentimientos, a distinguir los tuyos de los de los del resto, a no enredarse en ellos y dejarlos pasar.

Si la empatía excesiva te genera un gran malestar y no eres capaz de sobrellevarla, no dudes en pedir ayuda profesional.

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   16.may.2017 13:22    

Olores y recuerdos

¿Te ha ocurrido alguna vez que has olido un perfume, una flor, un pastel, y te ha transportado a recuerdos pasados? Muy probablemente sí. Y es que los olores tienen esa capacidad de activar nuestra memoria. ¿Cuál es el mecanismo cerebral que hace esto posible?

CogniFit Olores y recuerdos

Por Andrea García Cerdán – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicasestimulación cognitiva)

¿Cómo un olor puede disparar nuestros recuerdos?

Un olor puede despertar recuerdos, influir en nuestro estado de ánimo, en nuestro desempeño laboral o, incluso, reducir nuestros niveles de estrés, tal como sugiere este estudio.

Cuando percibimos un olor primero es procesado por el bulbo olfatorio, que empieza dentro de la nariz y se transmite por la parte inferior del cerebro. Es parte del sistema límbico, un área asociada a la memoria y a las emociones, el llamado “cerebro emocional”. Es por ello por lo que los olores pueden elicitar recuerdos tan rápidamente.

El bulbo olfatorio tiene acceso a la amígdala, un área que procesa la emoción, y el hipocampo, estructura muy relacionada con la memoria.

Sin embargo, por muy intercomunicado que esté el bulbo olfatorio con estas estructuras, sólo es posible que un olor nos traiga recuerdos si se ha producido un condicionamiento. Es decir, si hemos asociado a nivel cerebral el olor, con algún otro estímulo, como una persona o una situación específica. Por ejemplo, puede ocurrir que cuando apagamos alguna vela nos recuerde a los cumpleaños. Debido a la presentación repetida del olor con la situación se ha producido una asociación. Por tanto, cada vez que aparezca el olor a vela apagada, incluso en ausencia del estímulo, que en este caso sería una fiesta de cumpleaños, nos recordará a la fiesta. Incluso es posible que aparezcan también las emociones que la acompañan.

Emociones y recuerdos

Como hemos dicho, el olfato se conecta intensamente con el cerebro emocional y la memoria.

Curiosamente, la información que procesamos de otros sentidos, como la vista, el oído o el tacto, no se trasmite por estas áreas cerebrales. Puede que esta sea la razón de por qué el olfato es el sentido que nos dispara emociones y recuerdos de forma más intensa.

Además, el olfato es el primer sentido en desarrollarse. Los bebés recién nacidos se dejan guiar por su olfato para reconocer a su madre, y calmarse con la mera presencia de una prenda suya.

Rachel S. Herz, en su estudio, demostró que las personas que fueron expuestas a un olor concreto mientras memorizaban un material, eran capaces de recordarlo mejor si también estaba presente ese olor.

Hemos dicho que los olores también se asocian a emociones, pero estas no tienen por qué ser positivas. Por desgracia, los olores también pueden traernos emociones negativas, por ejemplo, en personas con Trastorno de Estrés Postraumático. Según varios estudios de caso, es posible revivir traumas al exponerse a ciertos olores. Por ejemplo, un paciente experimentaba recuerdos perturbadores, sentimientos de culpa y náuseas cuando olía diesel. Estas reacciones involuntarias le generaban un intenso malestar que le llevaba a evitar situaciones en las que pudiera exponerse a ese olor.

La exposición temprana a ciertos olores también puede influir en nuestras preferencias olfativas y alimentarias. Algunos estudios han encontrado que si las madres consumían ciertas sustancias con un olor característico, como ajo, alcohol o tabaco durante el embarazo, los hijos van a preferir esos aromas después del nacimiento. E incluso esas preferencias se mantendrían después de la infancia incluso en la edad adulta. Nótese que el sabor es producido básicamente por el olor o aroma, y el gusto sólo nos ayuda a percibir sensaciones como si está salado, amargo, agrio, dulce…

Los olores y el marketing

A los publicistas les interesa encontrar el vínculo entre olfato, memoria y estado de ánimo. Se ha estado usando desde hace un tiempo lo que se denomina Marketing Olfativo. Los vendedores de casas ponen tartas o galletas en la cocina para que parezca un hogar cómodo en el que se puede vivir. Pero para evitarse tener que cocinar, hay empresas que venden sistemas de Marketing Olfativo. Inmobiliarias, hoteles, tiendas, incluso fabricantes de automóviles están personalizando el aroma de sus productos para elicitar un estado de ánimo determinado en el cliente y causar buena impresión.

Sin embargo, estos olores no se parecen al olor intenso del incienso o de algunos perfumes. Son sutiles y casi imperceptibles. Se desarrollan para transmitir a los clientes un sentimiento de bienestar.

A pesar de ser una especie principalmente visual, ya que la vista es el sentido que más hemos desarrollado, el olfato es un sentido más importante de lo que podemos pensar. Influye en nuestra memoria, dispara recuerdos y emociones asociadas a ellos y pueden modificar nuestro estado anímico.

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   26.abr.2017 10:45    

Tiempo o dinero: ¿Qué es más importante?

¿Tiempo o dinero? ¿Crees que serías más feliz teniendo una mayor cantidad de dinero o, por el contrario, preferirías tener más tiempo libre para disfrutar de tu vida? Tiempo y dinero son dos recursos muy valiosos y relacionados entre sí. Es complicado decidir entre tiempo y dinero, ya que cada recurso tiene sus propias ventajas e inconvenientes. En nuestro día a día nos enfrentamos de manera continua a situaciones en las que nos vemos obligados a poner en una balanza ambos factores.

Tiempo o dinero Cognifit

Por Mairena Vázquez Rodríguez – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas y estimulación cognitiva)

A lo largo de nuestra vida hemos aprendido a valorar el dinero incluso más que el tiempo. Si reflexionamos en nuestra forma de trabajo, cambiamos nuestro tiempo por dinero. En la mayoría de ocasiones nuestra prioridad es gastar menos dinero aunque para ello tengamos que invertir más tiempo. Por ejemplo preferimos vivir en una casa más barata aunque ello implique tardar más tiempo en llegar al trabajo. Pensamos así porque tenemos el concepto de que, para tener dinero, hay que ganarlo y eso implica un gran sacrificio. En cambio, el tiempo parece que no nos cuesta nada y, simplemente, lo tenemos y lo gastamos a nuestro antojo. A pesar de esto, la realidad es que podemos ahorrar dinero, pero el tiempo no puede ahorrarse.

¿Qué dice la ciencia acerca del tiempo y del dinero?

Recientes estudios han intentado determinar lo que las personas consideran más importante y los resultados van influidos dependiendo de la edad de las personas encuestadas. De este modo y según una investigación realizada por la Universidad de British Columbia (Vancouver) se ha observado que conforme aumentamos nuestra edad, damos más importancia al tiempo que al dinero. Además cuando valoramos el tiempo más que el dinero, somos más felices. Hershfield y Cassie Mogilner Holmes (Universidad de California) explican que las personas que opinan que el tiempo es más importante que el dinero son más felices.

No obstante, con la generación de los conocidos como “millenials” (personas nacidas entre 1980 y 1995), se ha determinado que éstos prefieren contar con una franja mayor de tiempo libre antes que tener un gran salario. Su idea principal es trabajar como un medio, pero nunca como un fin.

Dan Gilbert, psicólogo y profesor de la Universidad de Harvard explica que la cantidad de dinero que se gana no proporciona un extra de felicidad, es decir, no porque ganemos más dinero vamos a ser más felices. Afirma que “invertir en experiencias es mucho mejor que invertir en cosas materiales”, de ahí la importancia de mantener una vida social saludable. Si además decidimos invertir el tiempo en dedicarlo a otras personas, podríamos alcanzar mayores niveles de felicidad.

Por otra parte, desde The New York Times se ha analizado la relación existente entre felicidad y riqueza. A partir de aquí se ha determinado que a mayores ingresos económicos, mayor felicidad. Pero estas personas corren el riesgo de desarrollar pensamientos obsesivos acerca de ganar cada vez más dinero al pensar que nunca es suficiente, lo cual les perjudica.

La decisión nos pertenece a cada uno de nosotros: ¿Tiempo o dinero?

En definitiva, está claro que el dinero es un bien imprescindible, pero… no lo es todo. Es más fácil conseguir dinero que conseguir tiempo. El tiempo es un bien finito, quizás, lo más valioso que tenemos y no le damos el valor que se merece. El valor que le damos a cada recurso y cómo los invertimos es lo que predice la felicidad de las personas. No nos olvidemos que “el tiempo es oro”.

¿Y tú con qué te quedas?: ¿tiempo o dinero?

 

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   19.abr.2017 09:10    

¿Cómo afecta la cafeína al cerebro?

“Hasta que no me tomo un café no soy persona” ¿Te suena? El café nos ayuda a empezar el día porque estimula nuestro estado de alerta y atención.  Pero, ¿qué sucede a nivel cerebral? ¿Por qué algunas personas son más sensibles al café que otras? ¿Es cierto que tomar café puede mejorar nuestro rendimiento mental y nos protege e enfermedades? Respondemos a todas tus preguntas ¡Sigue leyendo! 

Efectos del cafe en el cerebro Por Andrea García Cerdán – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas y estimulación cognitiva)

A nivel químico la cafeína funciona como un emisor cerebral, bloqueando la adenosina, una sustancia que nos hace sentir el cansancio. Por tanto, al tomar café sentimos que nos activa y nos dan ese extra de energía.

Para aquellos quienes ingieren café regularmente y en grandes cantidades, su cerebro crea más receptores de adenosina, por lo que necesitan más café para mantenerse despiertos. Esto explica por qué cuando intentamos dejar de tomar café, nos sentimos agotados, ya que al tener más receptores de adenosina hay más cantidad de este químico en nuestro cerebro, incrementando la sensación de cansancio.

Además, la cafeína también fomenta la producción de adrenalina, lo que incrementa nuestra tasa cardíaca, haciendo correr nuestra sangre rápidamente y agitando nuestra respiración. También evita que se absorba totalmente la dopamina ( hormona del placer), por lo que esta, actúa durante más tiempo en el cerebro. Es esto lo que hace la cafeína adictiva, por lo que hay que tener cuidado.

La efectividad del café varía notablemente en función de la persona, debido a la genética y otros factores. Los efectos de la cafeína suelen durar alrededor de 6 horas. Sin embargo, mujeres que tomen anticonceptivos orales pueden sentir el efecto el doble de tiempo. Algo parecido ocurre en mujeres que estén entre la ovulación y el principio de la menstruación.

¿La cafeína aumenta nuestro rendimiento mental?

La cafeína es un estimulante del sistema nervioso central. Diversos estudios han encontrado que dependiendo del nivel de ingesta, puede ayudar a mejorar el rendimiento mental, especialmente en el nivel de alerta, atención y concentración.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluyó que hay una relación de causa-efecto entre la ingesta de cafeína (la cantidad presente en una taza de café) y una mejora en la atención y los niveles de alerta.

La cafeína nos hace estar más despiertos en situaciones de alerta reducida o falta de sueño, por ejemplo a la hora de conducir de noche, trabajos nocturnos, gripe, o el estado de somnolencia después de comer.

La cafeína puede ayudar a personas con jet lag, o trabajadores con turno de noche, según un estudio.

Según otro estudio, la cafeína puede mejorar la memoria, sobre todo en tareas aburridas y repetitivas. Sin embargo, tomar una gran dosis de cafeína puede disminuir el rendimiento, posiblemente debido a una sobre- estimulación

Efectos protectores del café

Diversos estudios (como este) sugieren que el consumo habitual del café puede ayudar a mantener las funciones cognitivas en adultos mayores y retrasar el deterioro cognitivo propio de la edad. También se ha investigado los efectos del café en trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y Parkinson, concluyendo que la ingesta de café puede reducir el riesgo de padecerlas.

Sin embargo, todavía no se sabe la causa exacta de esto. Además, estos resultados pueden estar influidos por el estilo de vida. ¿Es el café lo que produce beneficios o son los estilos de vida propios de la gente que bebe café habitualmente lo que está influyendo? No lo sabemos. Así que no bebas café pensando que tiene propiedades milagrosas, y tampoco pienses que cualquier bebida con cafeína te va a aportar los mismos beneficios que el café. Ya que sabemos que las bebidas “energéticas” que se comercializan tienen grandes cantidades azúcar, lo que es perjudicial para la salud y contribuyen a padecer obesidad y enfermedades cardiovasculares.

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de tomar café?

  • El café, al igual que ningún otro alimento, no tiene propiedades curativas ni milagrosas y no se debe tomar con esa intención.
  • El café no es peligroso en cantidades normales y es perfectamente seguro tomarse unas 5 o 6 tazas al día, dependiendo de la tolerancia de cada individuo.
  • En mujeres embarazadas no se recomienda superar las 2 o 3 tazas de café al día.
  • Los niños no deben tomar café o cafeína bajo ninguna circunstancia.
  • No es recomendable la ingesta de café o productos con cafeína en personas con ansiedad o insomnio, puesto que éstos pueden agravarse.
  • No se recomienda tomar café pasadas las 6 de la tarde, puesto que la calidad de nuestro sueño puede verse mermada.

 

 

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   24.mar.2017 12:19    

¿Es la hipnosis real? ¿Qué sucede en tu cerebro cuando te hipnotizan?

  • La hipnosis provoca cambios en el funcionamiento del cerebro.
  • No todas las personas pueden ser hipnotizadas por igual. Esto se debe a que tenemos diferentes estructuras cerebrales.

Hipnotizar cerebroPor Andrea García Cerdán – Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas y estimulación cognitiva)

Todos hemos oído hablar de la hipnosis. Pero la imagen que habitualmente se le ha dado a esta técnica es de algo místico que te impulsa a hacer cosas extrañas, o algo propio de charlatanes que nos quieren engañar. ¿Qué es realmente la hipnosis? ¿De verdad funciona? ¿Por qué no es eficaz para todas las personas? Aquí te lo desvelamos.

No es cierto que durante la hipnosis estés a merced del hipnotista, y que, por ejemplo, seas capaz de matar a una persona estando en trance. Ante todo tu capacidad racional sigue funcionando, aunque de otra manera.

No todas las personas pueden ser hipnotizadas por igual. Y esto es debido a que tienen diferentes estructuras cerebrales. Además, la hipnosis tiene efectos a nivel cerebral, provoca cambios en su funcionamiento.

¿Qué es la hipnosis?

La hipnosis puede definirse como un estado de conciencia durante el cual una persona tiene intensificada la atención y la concentración, lo que le permite explorar sus pensamientos, talentos y experiencias de una manera que normalmente no es accesible a nosotros. Muchos profesionales de la psicología y la psiquiatría lo consideran una técnica útil, con respaldo científico con la capacidad de tratar condiciones médicas y psicológicas.

¿Por qué no todas las personas pueden ser hipnotizadas?

No todas las personas son susceptibles de ser hipnotizadas, ya que unos son más sugestionables que otros. Por ello es fundamental saber si una persona puede ser hipnotizada antes de comenzar la hipnoterapia, ya que puede que esta técnica no funcione.

Según un estudio, las personas a las que no es posible ponerlas en trance hipnótico tienen menor conectividad en las áreas asociadas al control ejecutivo (planificación, organización, memoria a corto plazo) y atención que las personas altamente hipnotizables. Es decir, es posible que estas personas sean menos capaces de dejarse absorber por las experiencias del día a día, en las que la atención, la planificación de la acción están acopladas.

Sin embargo, recientemente se ha visto que es posible mejorar la capacidad hipnótica de las personas mediante estimulación de ciertas áreas del cerebro.

¿Qué ocurre en el cerebro durante la hipnosis?

Menos actividad en la zona cerebral relacionada con la racionalidad

Según un estudio, durante el proceso hipnótico desciende la actividad en el área cerebral relacionada con las funciones cognitivas racionales. Es decir, durante la hipnosis hacemos menos uso de la racionalidad, la planificación, nos dejamos llevar y dejamos de preocuparnos.

Mayor conexión mente-cuerpo

También en ese estudio se observó un incremento en las conexiones entre dos áreas cerebrales (corteza dorsolateral y la ínsula), lo que permite al cerebro a procesar y controlar lo que está ocurriendo en el cuerpo. La hipnosis nos proporciona más control sobre nuestro propio cuerpo.

Menores conexiones entre las acciones y la conciencia de acción

Otro hallazgo fue el descenso de las conexiones entre dos áreas implicadas en la conciencia de acción y de la acción misma. Cuando estamos realmente comprometidos e implicados con algo, no pensamos en hacerlo ni cómo, simplemente lo llevamos a cabo. Es decir, durante la hipnosis somos menos conscientes de nuestra acción. Se nos permite estar más implicados en las actividades que se nos sugieren o nos sugerimos a nosotros mismos, ahorrándonos los recursos mentales que se ponen en marcha cuando somos plenamente conscientes de la actividad.

Sin embargo, no es que se pierda el control, al contrario, las personas sienten mucho más control sobre sus funciones sensoriales, motoras y corporales. Lo que ocurre es que lo hacen en un sentido involuntario, como si simplemente se observaran haciéndolo pero sin participar.

Facilita el sueño profundo

Según un estudio, la escucha de audios hipnóticos antes de dormir incrementa significativamente la cantidad de ondas lentas producidas durante el sueño profundo. Lo que indica que la hipnosis también proporciona unos grandes niveles de relajación, mejorando la calidad de sueño.

¿Para qué se puede usar la hipnosis?

En pacientes que son fácilmente hipnotizables, esta técnica ha demostrado ser eficaz aliviando dolor crónico, dolor de parto, tratando la adicción al tabaco, trastorno de estrés postraumático y mejorando los síntomas de ansiedad, fobias, trastornos del sueño. También se ha visto eficaz en el tratamiento de los síntomas de demencia.

 

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit   10.mar.2017 11:32    

¿En qué se diferencia el cerebro de las personas introvertidas y extrovertidas?

  • Las personas introvertidas tienen más materia gris, relacionada con un mejor pensamiento abstracto y mejor toma de decisiones.
  • Las personas extrovertidas buscan más aventuras, desafíos sociales y asumen más riesgos.

Diferencias cerebro personas introvertidas y extrovertidas

Por Andrea García Cerdán, Psicóloga CogniFit (Evaluaciones neuropsicológicas y estimulación cognitiva)

¿Te has preguntado alguna vez por qué los introvertidos y los extrovertidos son tan diferentes? Una persona introvertida prefiere actividades tranquilas, lejos de fiestas o grupos grandes de personas. Una persona extrovertida prefiere lo contrario: cosas nuevas, mucha gente, música alta… ¿Sus cerebros funcionan diferente? La ciencia nos lo desvela.

La mayoría de nosotros no somos ni extrovertidos puros ni introvertidos puros. Ambas dimensiones son los extremos de un continuo, y en general tendemos a situarnos entre ellas. Algunos caerán del lado de la extroversión, otros del de la introversión y otros en el centro. Tampoco hay un rasgo mejor o más deseable que el otro, ni unos son más inteligentes que otros.

Un error frecuente es identificar la introversión con la timidez. La timidez puede darse en cualquier persona, independientemente de si es extrovertido o introvertido.

La timidez es una sensación de inseguridad o vergüenza, que una persona siente ante situaciones sociales nuevas. Las personas tímidas suelen tener déficits en habilidades sociales.

La introversión es más una motivación. Los introvertidos se interesan por sus pensamientos y sentimientos, por su mundo interior. No tienen por qué ser tímidos (simplemente no buscan muchas relaciones sociales).

Eysenck, en la década de los 60, describió la extraversión como una dimensión de la personalidad. Y esta dependía de nuestro nivel de activación cerebral. Los extrovertidos tenían un nivel de activación bajo y por ello necesitaban aumentarlo mediante estímulos externos (relaciones sociales, café, música fuerte…). Los introvertidos tendrían un nivel de activación muy alto, por ello, para equilibrarlo, tenderían a las actividades tranquilas. Sin embargo esta teoría no se ha visto muy respaldada científicamente.

Las personas extrovertidas tienden a emprender aventuras, desafíos y asumir riesgos. Esto es debido a que muestran respuestas más fuertes a la emoción y recompensa. En 2005 un estudio demostró que las diferencias entre ambos tipos de cerebros se deben a la acción de la dopamina. Este neurotransmisor cerebral se encarga de transmitir información relacionada con la recompensa y el placer. En el estudio, los investigadores usaron un escáner cerebral para medir las respuestas de los participantes que estaban haciendo una tarea de apuestas. Encontraron que cuando las apuestas conducían a resultados positivos, los extrovertidos mostraban las respuestas más fuertes en las regiones cerebrales relacionadas con la emoción y la recompensa (amígdala y núcleo accumbens). El cerebro extrovertido tiende a “empujar” a estas personas a la búsqueda de “recompensa”. Por eso, es probable que busquen más aventuras, desafíos sociales o asuman más riesgos.

Las personas introvertidas son más sensibles al castigo, por lo que tienden a respetar las normas: Según otro estudio, los extrovertidos, son más sensibles a la recompensa y los estímulos placenteros que los introvertidos. Las personas introvertidas son más sensibles al castigo, por ello también tienden a respetar más las normas. Es decir, los extrovertidos aprenderán más mediante recompensas y los introvertidos mediante castigos. Por ello, a la hora de educar a nuestros hijos, hay que tener muy en cuenta su temperamento.

Las personas introvertidas tienen más materia gris, lo que está relacionado con un mayor pensamiento abstracto y una mejor capacidad de toma de decisiones: Otro estudio llevado a cabo en 2012 por la Universidad de Harvard, descubrió que los introvertidos tenían mayor materia gris (compuesta por cuerpos neuronales) en la corteza prefrontal, un área relacionada con el pensamiento abstracto y la toma de decisiones, que los extrovertidos. Esto puede explicar por qué los introvertidos tienden a sopesar todas las opciones antes de tomar una decisión, y por qué los extrovertidos suelen vivir más el momento, tomar más riesgos y ser más impulsivos.

Características del cerebro introvertido:

  • Baja activación de los circuitos de recompensa. Son menos sensibles a las recompensas.
  • Más sensibilidad a los estímulos aversivos, lo que explica que aprendan las normas mejor.
  • Tienen más desarrollada la zona del cerebro relacionada con la planificación, pensamiento abstracto y toma de decisiones, lo que explica que sean más racionales a la hora de tomar una decisión y no se dejen llevar por las emociones del momento.

Características del cerebro extrovertido:

  • Su sistema de recompensa está más activado. Son más sensibles a los estímulos positivos y placenteros. Esto explica por qué son buscadores de sensaciones y asumen más riesgos.
  • Tienen menos sensibilidad a los estímulos aversivos o negativos. Por ello los castigos no son muy eficaces en estas personas.
  • Tienen menos desarrollada el área cerebral encargada de la planificación. Por ello suelen ser más impulsivos y viven más el momento. Planifican menos.

Todas estas diferencias explican por qué los introvertidos y los extrovertidos se comportan de manera diferente. Realmente existe una base neurológica en sus conductas y motivaciones. Sin embargo, no podemos decir que las diferencias cerebrales sean la causa de esas diferencias de conductas. Bien puede ser que los diferentes comportamientos hayan modificado el funcionamiento y la estructura de su cerebro.

 

 

Categorías: Ciencia

Equipo CogniFit    3.mar.2017 11:47    

Desafía tu mente

Bio Desafía tu mente

¿Por qué dormimos mal en camas extrañas?, ¿Cómo aprende el cerebro de un niño?, ¿Por qué llamamos a nuestro hijo por el nombre de su hermano?. Si 'Desafía tu mente' te deja con ganas de más, estás de suerte: el equipo de neurociencia de CogniFit abre blog para acercarnos curiosidades sobre el funcionamiento del cerebro y la mente humana. http://www.rtve.es/desafiatumente
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