Leer protege tu cerebro
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Leer tiene grandes beneficios para nuestra salud, pero solo si se realiza por placer, no por obligación.
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Aquí te desvelamos algunos de los beneficios de leer a diario. Pero, ¿y si no me gusta leer? Este artículo también es para ti. Descubre algunos consejos para adquirir gusto por la lectura e integrarla en tu rutina.
Andrea García Cerdán – Psicóloga CogniFit
La lectura potencia nuestra empatía
Leer las vidas y aventuras de otras personas (ya sean reales o ficticias) nos permite ver el mundo desde otra perspectiva. Nos permiten aprender de sus errores y entender mejor a otras personas. Nos permite desarrollar nuestra empatía, la capacidad para entender y sentir lo que otros están sintiendo.
Al leer lo que hacen los protagonistas de una historia, se nos activan las mismas zonas del cerebro que se activarían si fuéramos nosotros mismos los que estuviéramos realizando esas actividades. Es lo que lo conocido como neuronas espejo, y son algo esencial para el aprendizaje y la interacción social.
Algo muy relacionado con esto es la “Teoría de la Mente”. Es la capacidad de atribuir a los demás estados mentales distintos a los míos, es decir, distinguir y reconocer las mentes de los demás como algo independiente de mi propia mente. También es la habilidad de entender las mentes de los demás, comprender sus sentimientos y ser capaces de sentirlos nosotros también. Según un estudio, leer literatura de ficción aumenta esta capacidad.
Leer reduce el estrés
El estrés, si es excesivo y prolongado, tiene consecuencias muy negativas, tanto físicas como psicológicas. El estrés aumenta el riesgo de enfermedades víricas, inflamatorias, cardiovasculares. También nos hace más propensos a sufrir una gran variedad de trastornos mentales.
Leer por placer nos ayuda a reducir el estrés, incluso más que escuchar música o hacer ejercicio. Cuando leemos, habitualmente nos sumergimos en una historia. Durante unos minutos nos olvidamos de nuestra propia vida y pasamos a vivir la de otra persona, la de los protagonistas de nuestro libro. Esto nos permite desconectar, dejar de pensar en nuestros problemas y dejamos de preocuparnos.
La lectura es una actividad que nos parece sencilla, ya que la hemos automatizado mucho. No nos cuesta nada leer cualquier cosa. Es más, no podemos evitar leer los carteles y textos del mundo que nos rodea. Sin embargo, leer un texto requiere muchos recursos cognitivos. Al leer nuestro cerebro está en pleno funcionamiento, y más cuando el texto es algo complejo o requiere de una comprensión global. Es por ello que a nuestro cerebro no le quedan más recursos para darle vueltas a los problemas. Es por ello que los libros son un gran aliado contra la ansiedad e incluso la depresión.
Una película también puede tener este efecto, pero como es una actividad mucho más pasiva y menos inmersiva, por lo que te será más fácil volver a tus preocupaciones.
Leer mantiene en forma nuestro cerebro
Mantener la mente activa puede ayudar a prevenir y retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas y pérdida de memoria. Es lo que llamamos reserva cognitiva. La reserva cognitiva es como un “colchón” que amortigua y nos protege en cierta medida del envejecimiento cerebral.
Según un estudio, leer aumenta la conectividad neuronal y la función cerebral. Es decir, crecen muchas conexiones entre las células cerebrales, favoreciendo el funcionamiento del cerebro.
¿Cómo consigo leer por placer y tener una buena rutina de lectura?
Es posible que la gente que no lee libros habitualmente se pregunte cómo puede haber gente a la que le guste tanto leer. Si tienes curiosidad y quieres intentar iniciar un hábito de lectura, sigue leyendo.
Comienza leyendo libros de temáticas que te interesen. En el mercado hay miles de libros de todas las temáticas posibles para elegir. Seguro que encuentras alguno que te guste.
Empieza leyendo libros breves y fáciles de leer. Libros de menos de 200 páginas puede ser una buena idea para comenzar. Prueba con obras de teatro o libros de relatos cortos. Apuesta por los libros actuales, con lenguajes más sencillos (mejor dejar a Shakespeare y Cervantes para otro momento).
Los best-sellers también son una buena idea. Suelen ser libros que enganchan, de tramas dinámicas y lenguaje sencillo.
Si quieres incluir la lectura en tu día a día, puedes probar a leer al menos 5 minutos al día, antes de dormir, mientras comes… En lugar de encender la televisión, abre tu libro.
Para leer más puedes llevar siempre un libro contigo, en el bolso o en la mochila. Un libro fino o un libro electrónico no te pesarán nada y lo podrás sacar en cualquier momento. De esta manera podrás aprovechar los tiempos muertos, las colas, el transporte público… y no sentirás que has perdido el tiempo.