¡Quiero un Versace! (La noche más larga, los diez minutos más breves)
jueves 17.nov.2011 por Rafael Muñoz 5 Comentarios
Salgo de casa y vuelo hacia la Gran Vía. Son las seis y media de la mañana. Al pasar por la calle Preciados veo una enorme cola de gente. ¡Santo Versace, no puede ser! Me llama la atención que hay pocos jóvenes y muchos abuelillos ¡Aquí pasa algo raro! Cuando me acerco reconozco mi error. ¡Es la cola para comprar lotería en Doña Manolita!
Llego a la tienda de Gran Vía 6 y ya hay gente esperando. Me acuerdo de las miles de veces que he hecho cola para entrar a la discoteca Pasapoga, ¡Qué tiempos! Siempre llevaba algún Versace. Tenía unos zapatos negros de ante y charol que recibían muchos piropos. En esta colección hay unos negros muy elegantes, y otros rosas que son geniales.
Majo y Sara (nombre falso porque ella lo prefiere) son las dos chicas que van a entrar primero. Sara ha venido desde Cáceres y lleva en la cola desde las doce de la noche. Miento. Llegaron a las ocho y media de la tarde de ayer, y cogieron sitio. Luego dejaron las cosas y fueron a la fiesta que había en la otra tienda de Gran Vía donde se hizo una pre-venta (una revista había sorteado entradas entre sus lectoras y se invitó a famosos como Bibiana Fernández o Carmen Lomana.) Majo y su amiga se compraron unas mallas que cuestan 29,95 euros y me las enseñan orgullosas. Tras el sarao regresaron a la cola y han esperado toda la noche.
“Nos encanta la colección, es cien por cien Versace”, me cuentan. Saben perfectamente lo que se van a comprar. “Yo”, dice Majo, “la cazadora de cuero tipo perfecto con tachuelas, y el vestido de Donatella”, haciendo referencia al que llevaba la diseñadora cuando salió a saludar tras el desfile de Milán. El que se vende hoy es parecido y cuesta 249 euros. Sara dice que se va a comprar “la falda de colores con el estampado típico de Versace y más mallas”.
Ya no sé ni que hora es. Las dependientas salen con bandejas para ofrecer café y bollos a la gente. No hace mucho frío, menos mal, y se aguanta bien en la calle. Cruzo y voy a la tienda de Gran Vía 32.
Los primeros que van a poder pasar son Daniel y su novia Rocío. Llevan desde las doce de la noche, dicen que a las tres de la mañana ya había grupos y que a las tres de la madrugada se intuía la cola. Daniel va a coger una camiseta y un bolso para su chica. Con ellos están Patricia, que quiere dos vestidos, e Ismael que tenía pensado llevarse una camisa pero ahora que la ha visto en el escaparate se lo está pensando. Lo que sí se va a llevar es un calzoncillo de 14,95 euros.
Daniel y su Rocío han sido los primeros en entrar.
En Madrid la venta se hace en seis tiendas pero además se puede comprar en otras ciudades como Barcelona, Valencia, Málaga, Granada y …Marbella, el mejor escenario para la ropa de Versace. Los encargados de la tienda están contentos y han organizado muy bien la venta porque tienen la experiencia de las anteriores. Empezaron en 2004 con Karl Lagerfeld, y después fueron Stella McCartney, Viktor&Rolf, Roberto Cavalli, Comme des Garçons, Mathew Williamson, Jimmy Choo, Sonia Rykiel (los tres en 2009) y Lanvin el año pasado.
Reparten pulseras a la gente de la cola. A cada grupo de veinte personas les dan un color distinto y sirve para entrar a la zona acotada. Durante diez minutos pueden comprar lo que quieran de la colección de mujer pero no se pueden llevar dos prendas iguales. Pasados los diez minutos tienen que salir y pagar. Los dependientes disponen de cinco minutos para reponer y colocar. Luego entran otras veinte personas y así hasta que se agoten las existencias.
Los chicos lo tenemos más fácil y podemos entrar en cualquier momento. No había pensado comprar nada pero…me lo están poniendo en bandeja.
Ya he perdido la noción del tiempo, no siento frío y deseo que llegue el momento. A las nueve de la mañana hay mucho movimiento en la Gran Vía. La gente mira extrañada a los que hacen cola y a los periodistas. ¿Qué regalan aquí?, dice una señora.
Los dependientes salen a la calle y aplauden a la gente que lleva esperando durante horas. A las diez menos cuarto dejan entrar a los periodistas y tenemos quince minutos para ver la colección. Me resulta increíble que haya tantos Versaces juntos en un espacio tan pequeño. Los vestidos de chica con estupendos, y aunque la colección de chico es más difícil hay cazadoras de cuero y zapatos que son geniales. ¡Creo que a Gianni le gustaría este momento!
Llega la hora y entran los veinte primeros. Arrasan con los vestidos, las perfecto y los bolsos mini que valen 99 euros. Es una locura. Llevan una shopping bag para ir metiendo la ropa pero se lo echan todo encima y miran el reloj continuamente. Rocío lleva en la mano un bolso y un vestido, y se tiene que decicir por uno de los dos. Mientras, justo al lado, un grupo de chicos vacía literalmente la estantería. La cazadora bomber se agota en siete minutos y hay uno que se ha puesto la cazadora de cuero para no perderla.
Kanye West en el desfile de Victoria´s Secret con la cazadora más demandada hoy.
Voy de una tienda a otra y en las dos se repiten las mismas escenas. La gente empieza a salir con las compras, las bolsas llevan enormes estampados de Versace y muchos las exhiben como si fueran trofeos. Veo a Rocío y le pregunto qué se lleva finalmente. "El vestido negro", me dice. Buena elección.
Saray cuenta nerviosa que se ha gastado 700 euros. “Cuando se entere mi madre me mata”, dice. Otra chica, Bea, asegura que se ha “fundido 500 euros en 10 minutos”. Los dependientes me cuentan que el ticket medio es de 200 euros y que la crisis no se nota con respecto a otras ventas especiales.
Dejo de anotar datos y agotado me quedo mirando la cazadora de cuero con tachuelas doradas y plateadas. Recuerdo que estoy en la antigua Pasapoga y no puedo evitarlo. De camino a la caja agarro unos zapatos. Ni me los pruebo, conozco la horma y sé cual es mi talla. Guardo la cámara, el cuaderno y salgo por la puerta feliz con mis trofeos.
¿Pero qué has hecho?, me suelta una compañera. “Vivir a tope este momento”, le contesto. En el paso de cebra me cruzo con Bea que lleva cuatro bolsas y me señala a un joven. “Ese chico de ahí se ha gastado casi 1.000 euros”. Me acerco a él y le pregunto qué se ha comprado. “Todo lo que he podido”, dice sonriendo.
Cinco horas después la empresa da datos de España. Cuentan que todavía quedan prendas en las tiendas pero que las más representativas (cazadoras y vestidos de piel, accesorios y la bomber de chico) están practicamente agotadas. También señalan que las dos colecciones han tenido una buena acogida y destacan que la de chico ha funcionado especialmente bien. Ha sido un éxito, más que nada por el pésimo momento económico. Aún así, ayer supimos que Versace volverá a participar en la Alta Costura de París tras ocho años de ausencia. Este romance con H&M ha devuelto el brillo a las medusas y la casa italiana aprovechará este boom mediático y económico para regresar al olimpo de la moda.
Una imagen que se ha repetido en muchos países.
Falcon dijo
Toma yo también quiero uno...;)
juan carlos dijo
estupendo reportaje
Hermes dijo
Espero que lo disfruten, y cuando vean al trabajador explotado ,que lo hizo por 4 duros, le den las Gracias.
Susana Lasaosa dijo
me ha encatado como lo has contado!!
Rafael Muñoz dijo
Lo malo fue el madrugón pero disfruté con la gente que hacía cola, eran muy majos y tenían muy claro lo que querían !!