Giambattista Valli en busca de la perfección y la belleza.
lunes 1.oct.2012 por Rafael Muñoz 0 Comentarios
Colecciones para la primavera y el verano de 2013.
Coral y blanco. Dos tonos especiales y femeninos en Giambattista Valli.
En poco tiempo Giambattista Valli se ha consagrado como uno de los grandes. Sin artificios, sin escándalos, sin temores. Su colección insiste en la idea del eterno femenino, y en la búsqueda de belleza y la juventud. Cada trazo que dibuja es un paso más hacia su objetivo, consciente de la importancia de cada línea, cada silueta y cada patrón. De una sencillez extrema, la propuesta lleva chaquetas de corte limpio, faldas de contorno definido y vestidos que caen en paralelo con el cuerpo. Valli varía el largo de las mangas, corta las faldas por la rodilla y alarga los pantalones hasta el tobillo. Otros, los shorts, se llevan tipo cullotte o mini, y se llevan mejor debajo de las transparencias.
Blancos y negros, juntos o separados, en Giambattista Valli.
Transparencias en negro en contraste con los complementos metálicos.
Sencillas líneas enmarcan una propuesta femenina y sensual.
Blancos y coral, seda y metal. Contrastes en Valli.
Carteras de mano como bolso. Cullottes, minifaldas y cuerpos de patrón sencillo en Valli.
Como otros camaradas, los colores muestran su tono más humilde. Blanco talco, negro piedra y gris colegio marcan las pautas de estilo, que rompen con elegancia un tímido dorado y un prepotente coral. Etéreas faldas de seda transparente restan peso a chaquetas de cuello redondo en tweed de lana que contrastan con delicadas prendas de encaje. Las flores se posan sobre las prendas con cuidado para que las transparencias cumplan su misión pero sin caer en lo vulgar. Los complementos, carteras de mano y zapatos de salón, siguen la línea de la colección, y los colgantes, bellos y primitivos, apenas logran destacar.
Piensa en verde. La moda con mensaje de McCartney.
Es, quizá, una de las diseñadoras que mejor trasmite su personalidad en la ropa. Stella McCartney refleja su filosofía en cada costura, su positividad en cada corte y su estilo de vida en cada patrón. También es una de las mejores a la hora de crear ese look “casual sofisticado” que tantas admiradoras tiene.
Transparencias que velan prendas de carácter deportivo. Stella McCartney.
En su nueva colección mezcla además códigos y esquemas masculinos con prendas muy femeninas. Vemos tejidos, colores y detalles de la camisería adaptados a vestidos con superposiciones y otros con perforados o troquelados que simulan un estampado.
Troquelados que parecen un estampado, Stella McCartney.
Blanco y negro escriben su mensaje con puntos en verde clorofila y amarillo huevo, y destacan los juegos cromáticos de transparencias que provocan texturas diferentes. La comodidad es la consigna de la casa y se nota incluso en corsés combinados con pantalones de corte recto. Los estampados, manchas que parecen pieles salvajes o flores, salpican una propuesta con carácter y delicada estética.
Los estampados son una de las señas de la casa Léonard.
Léonard, la casa francesa creada a finales de los años 50 revisa su historia para rescatar estampados florales de generoso trazo. Como en la colección de invierno, negro y blancos sirven de base para imprimir pétalos en fucsia y amarillo en tonos fuertes, y también hojas de palmera de trazo salvaje. Y es esa dualidad, la fragilidad y el exotismo salvaje, la que define el alma de la orquídea, el símbolo de la casa, que vemos en dibujos o en cinturones metálicos.
Distintas texturas para vestidos sexys de Léonard.
El negro es la base para estampar flores y plantas, Léonard PV13.
La casa avanza en el tiempo sin contemplaciones y propone minivestidos ceñidos, escotes en "V" y transparencias estampada; pero no se olvida de su adn y hace guiños a los 60 y 70 con sofisticados vestidos de fiesta. Algunos mezclan tejidos clásicos como la seda con otros de nueva generación para enfatizar ese look.
Givenchy propone transparencias, asimetrías y duelos de blanco y negro.
Encajes, trasparencias, volantes y asimetrías sirven a Ricardo Tisci , creativo de Givenchy, para revisar conceptos "un tanto agotados" y dotarlos de una magia especial. Vemos vestidos decorados con leves ondas que decoran un cuello o caen sobre una manga y tules que velan un encaje para realzar el misterio de un tejido.
Encajes velados y cuellos babero en Givenchy.
De nuevo son los blancos y el negro los que dominan la propuesta y se cruzan sobre la pasarela con azules y rosas, suavemente deslucidos, que llevan minimalistas aplicaciones de metal, un contraste delicioso. Los pliegues y los fruncidos reinventan camisas y faldas, creando baberos con volumen acordeón en vestidos escultura de corte romántico.
Siluetas XXL, en John Galliano.
La casa John Galliano, con Bill Gaytten al frente, escenifica el encuentro y el desencuentro entre cuerpo y prenda. Las siluetas se exageran con volúmenes arrugados y los nudos se aferran a la cintura marcando las formas.
Ceñidas o despegadas, las prendas crean formas siempre distintas. John Galliano.
Vestidos de línea trapecio y estampados urbanos, John Galliano.
La contenida paleta de colores se basa en los neutros y los azules, pero también en suaves naranjas que se adaptan a todo tipo de prendas. El estampado, un mix urbano de edificios, y calles, resta seriedad a los vestidos de coctel o fiesta, y les permite salir mucho antes del armario.
Hermés y su lujosa selección de texturas de intensidad cromática.
Las chaquetas estructuradas de Hermés, en dos colores, se reinventan en tamaño XXL, y se combinan con vestidos y otras prendas de cuero de generoso colorido. Detalles masculinos, como corbatas, cuellos camiseros, alforjas, tirantes o petos de trabajo, comparten protagonismo con prendas en seda de divertidos estampados inspirados en Hawái. (Twitter: munoz_rafa).