Lacroix resucita el espíritu surrealista de Schiaparelli
martes 2.jul.2013 por Rafael Muñoz 0 Comentarios
Elsa Schiaparelli vista por Christian Lacroix.
En el mismo lugar donde se despidió de las pasarelas, el Museo de Artes Decorativas de París, Christian Lacroix ha presentado su especial homenaje a Elsa Schiaparelli. El francés vuelve, momentáneamente, así a la moda y lo hace con una colección única; 18 vestidos que, según el propio diseñador, son “una mezcla de malicia y melancolía”. Dice Lacroix que “sin Elsa, yo jamás hubiese sido modisto” y que con la creadora italiana tiene varias cosas en común pero destaca “el gusto por el negro, el color y los bordados”.
Christian Lacroix ha hecho 18 vestidos inspirados en los códigos de Schiaparelli.
Montaje con los vestidos realizados por Lacroix para Schiaparelli.
El francés ha tenido libertad total para hacer esta colección porque no se pondrá a la venta. Destaca un vestido en terciopelo negro rayado en satén duquesa de tono rosa palo que lleva más de 40 metros de tela y ha costado más de 300 horas de trabajo en el taller. También un tocado y un broche de perlas inspirados en el famoso vestido "langosta". Llaman la atención los encajes hechos por la casa Lesage, un abrigo de cashmere violeta y todos los bordados, una de las señas de ambas casas.
Cada uno de los 18 vestidos reinterpreta uno de los códigos de Schiaparelli, extravagante, excéntrica, única y genial. Lacroix es el primero de una lista de creadores que va a versionar a la italiana, ya que la idea es que cada año un diseñador diferente haga su propio homenaje.
Se cree que será este otoño, seguramente en octubre, cuando se anuncia el nombre del nuevo director creativo de la casa Schiaparelli. Desde hace un año se trabaja en su vuelta y desde entonces todas las miradas, y los micrófonos, se han dirigido hacia Farida Khelfa. La exmodelo, ahora embajadora de la casa italiana, no dijo nada sobre quien tomaría las riendas de la casa, aunque llegó a rumorearse que podría ser John Galliano.
El negro es el color favorito de los dos creadores.
Excéntrica, extravangante, surrealista y genial, así era Elsa Schiaparelli
Elsa Schiaparelli es una de las creadoras más influyentes de todos los tiempos y fue la gran rival de Coco Chanel. Si para la francesa la moda era un oficio, para la italiana se trataba de arte. De ella es la frase: "no se debe ajustar nunca un traje al propio cuerpo; hay que enseñar al cuerpo a adaptarse al traje".
Los años 30 fueron suyos y triunfó en París con un estilo propio, de toques surrealistas, y opuesto al que exhibía Hollywood. Como hiciera Poiret, colaboró con artistas como Dalí y Cocteau. Diseño el bañador sin tirantes, los frascos de perfume con la firgura de un maniquí (como los que hace ahora Gaultier), apostó por la falda-pantalón y en colaboracion con Dalí creó el célebre sombrero-zapato.
Diego Della Valle compró la casa en 2007 y desde entonces se trabaja para devolverle su brillo y esplendor. En mayo de 2012 El Costume Institute del museo Metropolitan de Nueva York exhibió la muestra Schiaparelli y Prada: conversaciones imposibles, un diálogo imaginario entre Miucca Prada y Elsa Schiaparelli dirigido por el australiano Baz Luhrmann.
Ahora vive esta vuelta temporal de la mano de Christian Lacroix y de paso resucita él. El francés abandonó la moda en 2009 acuciado por los problemas económicos y en los últimos años ha trabajado haciendo vestuario para ballet y teatro. Dice que él no va a ser el creativo de Schiaparelli y que no va a volver a las pasarelas, ¡una lastima!, Lacroix es uno de los más grandes.
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Una modelo con uno de los looks ideados por Lacroix.
Dos modelos en la enorme jaula de bambú que recibe al visitante.
Detalle del tocado en fucsia, otro de los tonos favoritos de Lacroix.