Chanel rinde homenaje a Le Corbusier con su desfile de alta costura
martes 8.jul.2014 por Rafael Muñoz 0 Comentarios
-Otoño e invierno 2014/15-
Detalle de una chaqueta de Chanel, de la colección de alta costura.
Arquitectónico y con cierto aire vintage. La colección de Chanel presume de trazo firme, definido, osado y se deja decorar con detalles del siglo XVIII. Y es que Karl Lagerfeld se inspira en la obra de Le Corbusier para construir una propuesta de chaquetas cuadradas, trajes en tweed muy estructurados
Y todo, combinado con prendas un tanto retro como el pantalón tipo bombacho, los bordados de gusto oriental y las aplicaciones de carácter geométrico de piedras y metal. Abundan el blanco y el negro, pero no faltan suculentos rojos, malva y azul. Todos al servicio de una colección potente, con gran intensidad y fuerte dramatismo.
El rojo, en liso, en tweed o con bordados orientales. Chanel.
Plata, en liso y mate; o bordado y brillante. Chanel.
La pasarela, convertida en un salón con chimenea, recreaba el ático –ya desaparecido- del aristócrata Charles de Beistegui, un lugar diseñado por Le Corbusier. En ella, un enjambre de modelos, la mayoría con sandalias planas, han presentado una colección que mezcla volúmenes, entrelaza líneas y descubre figuras de una simetría perfecta. Todo lo contrario a lo presentado antes por Schiaparelli y Versace.
Le Corbusier era un hombre orquesta, como lo es Lagerfeld. Era arquitecto, urbanista, pintor, fotógrafo, diseñador de muebles... El alemán, influído por su espíritu, construye, reinterpreta, dibuja, plasma y recrea su obra en forma de vestidos de verticalidad metálica que se mezclan con otros decorados o estampados con motivos vegetales.
Juegos de grises, blanco y negro, una de las señas de la casa Chanel.
Patrones arquitectónicos, superposiciones y shorts, como novedad. Chanel.
Hay chaquetas que parecen edificios y llevan bolsillos, perfectamente cortados, contrastan con la locura de las plumas que se aplican en algunas prendas o los deshilachados en las piezas de tweed. Una mezcla que enriquece la propuesta. Mezcla acentuada por el uso del neopreno o el encaje plastificado para convivir, en armonia, con el tul, la muselina de seda y la organza.
Lagerfeld propone una alta costura sin costuras y se nota en sus vestidos nube.
El kaiser define su trabajo como una costura sin costuras. Idea que se disfruta en vestidos que parecen nubes, etéreas creaciones que contrastan con el rigor de otras prendas. Día y noche se mezclan con vestidos y abrigos trabajados al bies, y con piezas especiales en tejido de malla con bordados y aplicaciones de perlas, cristal y paillettes para formar vestidos, petos y chaquetas.
Lagerfeld, incombustible, introduce de nuevo elementos deportivos y urbanitas, como los pantalones de ciclista y las gorras colocadas hacia atrás que van realizadas en lentejuelas. Más suaves que las zapatillas deportivas que sacó en el desfile anterior. Es, como dice el mismo, una "nueva interpretaciçon de la alta costura, moderna y visionaria".
Blanco con detalles arquitectónicos o bordados de estilo dieciochesco. Chanel.
Cerrando el desfile, el traje de novia. Chanel.
Detalle de las artesanas del taller Cecile Henri trabajando en la capa del vestido nupcial
Cerró el desfile el vestido nupcial, un diseño especial en el que se conjugan las ideas de la colección: la arquitectura y el barroquismo del XVIII. Un vestido, de estilo pre-mamá, con escote en uve rematado con un broche, amplia falda de talle alto con volumen campana y una enorme capa de estilo religioso, cuajada de bordados en oro vintage. Una joya digna de museo.
Nieves Álvarez con Stéphane Rolland en París.
Presentación de Stéphane Rolland en la semana de la alta costura.
Stéphane Rolland ha optado, en esta ocasión, por presentar la colección de forma estática. A la presentación ha acudido la modelo española Nieves Álvarez que ha desfilado en las dos últimas temporadas para el francés y ahora es la protagonista del fashion film que ha hecho Rolland.
La colección es barroca, teatral y utiliza una carta de colores con fuerza aumentar la intensidad estética. Rojo, negro y detalles en oro trasladan al espectador al glamur clásico de los salones de costura. Un placer para la vista.
Desfile de Bouchra Jarrar. Alta costura.
Antes vimos la propuesta de Bouchra Jarrar, que hace un estudio de las chaquetas utilizando diferentes materiales. Algunas se muestras sofisticadas con cinturones lazo y bajos de volantes; otras, rejuvenecen con cremallera tipo motero.
Los jardines de la Alhambra inspiran a Giambattista Valli.
Gimabattista Valli encontró en España su fuente de inspiración. Los jardines de la alhambra y la obra de Sorolla impresionaron al italiano y marcan la colección y se traducen en colores fuertes y bordados de acento andaluz. “Tiene un estilo muy ecléctico, muy excéntrico”, dice el modisto".
Gafas y tocados playeros para vestidos de noche cuajados de flores. Giambattista Valli.
Detalles masculinos, como las camisas y el estilo pijama, destacan en Giambattista Valli.
El desfile de Valli, bastante veraniego para ser una colección de invierno, cuenta una historia de amor entre una mujer y un hombre que se materializa en vestidos inspirados en el pijama y en camisas blancas masculinas que se llevan con faldas de gran volumen con plumas de avestruz, coloreadas con un degradé de tonos alegres.
Vemos vestidos que parecen jardines, como los de la Alhambra, diseños con flores bordadas o estampadas que forman bellas composiciones tridimensionales, una de las señas de la casa. Las rayas, generosas, entran en juego, y se combinan con osadía con encajes y bordados de ensueño.
El negro, potente y nocturno, entra de nuevo en escena. Giambattista Valli.
Transparencias, encajes y bordados de ensueño. Giambattista Valli.
Aunque el blanco sigue teniendo mucho protagonismo, quizá por ese influjo de Sorolla, se nota que se ha abierto la puerta al negro, a veces en vestidos de una gran sencillez. Y es que los contraste juegan un factor importante en la colección. Valli, que hizo el vestido de novia a su amiga Nieves Álvarez, mezcla estilos, colores, texturas y patrones para lograr una propuesta variada en todos los sentidos.
El cambio con las colecciones anteriores es notable, aunque seguimos viendo sus adorados jardines flotantes y los volúmenes orgánicos. Diseños potentes como la Alhambra y delicadamente sensuales como la obra de Sorolla.
Alexis Mabille también mira a ciertos aspectos o tópicos de España y lo hace reinterpretando el capote de los toreros, los bordados de las mantillas y el barroquismo de los jardines. El rojo, pasional, festivo y torero, tiñe vestidos de corte imperio y otros más estructurados que mezclas texturas para aumentar la carga sensual.
Faldas con volúmen y cuerpos de patrón muy trabajados. Alexis Mabille.
Encajes artesanales, bordados bucólicos y transparencias sensuales en Alexis Mabille.
Destaca en su obra la gran labor de bordado y el uso del encaje artesanal, que se aplica con destreza en vestidos de alta gama que juegan con las transparencias y el contraste, siempre con una elegancia infinita. Los bordados recrean temas bucólicos, escenas de la naturaleza con colores alegres y cierto estilo juvenil.
Escotes de volantes, asimétricos o de estilo lencero destacan en Alexis Mabille.
Se apuesta ahora por los vestidos largos, siempre jugando a enseñar tímidamente el zapato. Destacan aquellos que mezclan detalles lenceros, como encajes con pasamanería y cintas de raso. Tambien, los que llevan cascadas de volantes en el escote palabra de honor - con un degradé de tonos del vino- , y los que parecen un esmoquin que se abre para mostrar, con orgullo, una pieza de corsetería.
Guiños a la feminidad absoluta, al poder de seducción, a la pasión por vestir y desvestir la piel; para enseñar, para insinuar.
Vestidos de Dior, línea de alta costura.
Un enorme cubo blanco que acoge 15.000 orquídeas blancas es el escenario en el que la casa Dior ha presentado su desfile, en el que ha destacado la gran variedad de versiones de un mismo vestido.
Simons, que llego a la casa en 2012, propone diseños de línea sencilla con cuerpo de escote redondo o alargado, sin mangas, y amplia falda con volumen flor que deja el bajo en el tobillo, aunque en algunos casos desciende o se eleva un poco.
Un patrón similar con variaciones caprichosas. Dior, alta costura.
El mono con bolsillos, pantalón amplio y guantes- ¿de podar?- contrasta con los vestidos. Dior.
Unos llevan bordados de flores; otros, brocados en plata; y algunos, aplicaciones de metal y cristal como gotas de rocío. Los vemos también con mangas largas transparentes y con la espalda descubierta pero todos, absolutamente todos, con bolsillos.
Destacan, por su contraste, los monos, tipo aviador, que llevan bordados y guantes de podar que visten a orgullosas jardineras que cuidan de su jardín de costura. Un homenaje al gran jardinero: Christian Dior.
Verde y azul, colores muy refrescantes, para diseños de cuerpo recto que se abren en la falda. Dior.
Geometrías que contrastan con el caracter orgánico de la colección, y chaquetas de corte militar. Dior.
También saltan a la pasarela vestidos más ligeros, algunos de cuerpo nervado, como las hojas, que se abren en la falda imitando a las corolas. Además, sastres de falda mini, muy delicados. La chaqueta Bar se reinterpreta con solapas de estilo arquitectónico, a veces converstida en una coraza.
Vemos abrigos-vestido con el bajo rozando el suelo, chalecos en verde hoja en tejidos muy trabajados, casacas de estilo dieciochesco, chaquetas-levita, sin botones con aplicaciones y bordados de pedrería y metal que llevan motivos vegetales y poseen cierto aire militar.
Charlize Theron, junto a Sean Penn, en el front row del desfile de Dior.
Abrigos de piel, sastres de falda y vestidos de flecos... feminidad a flor de piel. Dior.
Contrastan los looks de silueta geométrica, con chaquetas muy estructuradas, evoluciones del modelo Bar - una constante en Simons- que parecen corazas. Los zapatos son también el foco de atención, por sus colores llamativos. Un guiño a tonos que adquieren los ejemplares más exóticos de orquídeas.
Goza de buena salud esta casa, Dior, fundada en 1947, y además evoluciona como lo hace la naturaleza, adaptándose al entorno, buscando salidas, trepando, conquistando territorios antes ocupados por otros.
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