Conchita Wurst, musa de Gaultier. Además, Elie Saab, Armani...
miércoles 9.jul.2014 por Rafael Muñoz 1 Comentarios
-Otoño e invierno 2014/15-
Conchita Wurst, en el desfile de Jean Paul Gaultier.
Si hay un diseñador que lucha por derribar barreras, aboga por la igualdad y ama lo diferente ese es - y creo que lo he dicho cien veces- Jean Paul Gaultier. Por eso todos esperaban que contase con Conchita Wurst, la ganadora del festival de Eurovisión 2014, para su desfile.
Wurst sorprendió a todos con
Jean Paul Gaultier agradece a Conchita Wurst su colaboración en el desfile.
Blanco y negro para mujeres fatales, camisas y chalecos masculinos y sastres de corte esmoquin. JPG.
Gaultier, fan de Eurovisión, vistió dos veces a Dana Internanacional para este concurso, en 1998 y 2011. Y a Anggun, la representante francesa en 2012, le hizo el vestuario completo: para el vídeo de presentación y las actuaciones. Ahora, con su nueva colección,vuelve a jugar con la división de armarios, de géneros y a proponer moda para el alma, no para el cuerpo.
Rojo, negro y blanco, colores dramáticos y teatrales. Jean Paul Gaultier.
El francés despierta fantasmas del pasado, de su pasado, y reinterpreta patrones y looks de los 80 y 90 que tintaba en rojo, negro y blanco, una combinación que estamos viendo mucho en esta semana de alta costura. El negro como base sirve para construir vestidos que se abren en el escote o la espalda para mostrar otro tejido, otra pieza especial.
Sastres en metal dorado y vestidos de noche con paillettes en degradé. La fiesta de Gaultier.
Desfile de Jean Paul Gaultier.
Gaultier, l´enfant terrible de la moda francesa, constuye su discurso con vestidos fantasía, mezclando como siempre diversas fuentes de inspiración. Destacan los diseños que entrelazan códigos de la calle, el hip-hop y el deporte, como el vestido negro con cuerpo de sudadera y falda de transparencias con aplicaciones de cadena rapera.
Ángel o diablo. Una dualidad que Gaultier explora en toda la colección.
Vestido barroco con bordados de cadena y bolero en piel, y capa transparente; un contraste made in Gaultier.
El modisto trabaja con los contrastes explorando la dualidad ángel/diablo. Vemos así batallas cromáticas entre blanco y negro, oposición entre brillo y mate, mezclas de bordados y tejidos lisos, transparencias y texturas opacas, diseños sensuales y vestidos monacales. La eterna guerra entre el bien y el mal que tanto ha inspirado a artistas de todas las disciplinas.
Parece lo mismo, pero no lo es; al menos cuando miras detenidamente. Elie Saab se ha instalado en un estilo muy definido, marcado por los vestidos de alfombra roja, siempre con colores fotogénicos y patrones sensuales. Sus vestidos llevan bordados maravillosos, encajes exquisitos y un patrón fácil, que suele
quedar bien a mujeres con diferentes siluetas.
Por eso vemos diseños en línea sirena, vestidos cortos de línea relajada, escotes palabra de honor, patrones con manga larga... un amplio abanico de bellos vestidos que no quieren contar una historia, ni tienen una clara fuente de inspiración. Son vestidos que tan solo quieren vestir a las mujeres a la hora de vivir sus propias historias, experiencias, vidas. Embellecerlas y decorar esos instantes mágicos o especiales.
Colección de alta costura de Elie Saab.
Detalles de la colección de Elie Saab que intenta reinventar sus propios clásicos.
El desfile comienza en una armonía de azules y sigue con llamativos rojos, dorados, negro, plata, blanco y rosa. Destacan ahora los bordados en cristal, en los mismos tonos que el tejido, que se aplican de forma horizontal. También, el uso de tejidos lisos. Muselinas y tafetanes que, solo a veces, se dejan decorar con lágrimas de cristal.
Hay estampados florales, alegres y primaverales, que en seguida quedan eclipsados ante el poderío de los tejidos más suntuosos y trabajados. Eso sí, con un gusto cada vez más alejado del espíritu exótico de las 'Mil y una Noches' que tanta fama y ventas le reportó al principio.
Vestidos para caminar por la alfombra roja o hacia el altar. Elie Saab.
Vestido de novia de Elie Saab, diseño que cerró el desfile.
El libanés repite ideas, patrones y bordados pero intenta, temporada tras temporada, restar intensidad a algunos diseños para atraer a una clienta más joven. Lejos de la nueva corriente que recorre la alta costura, marcada por la innovación, Elie Saab rinde homenaje el glamur de los salones parisinos, al estilo hollywoodiense y a las herederas de la aristocracia europea que se enamoraran, cada seis meses, de sus vestidos.
Los desfiles de Frank Sorbier se caracterizan por una cuidada puesta en escena, siempre acorde con la colección. En esta ocasión, el escenario-pasarela- estaba ambientado en un salón modernista, con una atmósfera oscura y nocturna. La ideal para acoger una colección de marcado estilo decorativo con referencias diversas corrientes artísticas; desde los años 20 a nuestros días.
Desfile de Frank Sorbier. A la derecha, el vestido de novia.
Toda la colección mantiene un alto nivel de tejidos, algunos con dos texturas entrelazadas. Además se observa el importante trabajo con los pliegues para crear volúmenes ornamentales, en buena consonancia con las aplicaciones de flores y hojas que decoran vestidos de cóctel y noche.
Asimetrías y simetrías con texturas en seda brillante de calado oriental. Maison Martin Margiela.
La casa MMM, Maison Martin Margiela, es una de las más recientes en el calendario de la alta costura y temporada tras temporada, aunque repite estilismo- modelos con la cara tapada por redes o mascaras lujosas-, presenta colecciones de gran riqueza visual, patrones perfectos, texturas atrevidas y una inagotable mezcla de códigos: deportivos, orientales, pictóricos, urbanos, gastronómicos, surrealistas, decorativos...
Desfile de Maison Martin Margiela. París, alta costura. A la derecha, el vestido langostino.
En esta colección vuelve a hacer del patchwork el centro de atención, combinando retales de distinta naturaleza, siempre en tonos similares y con un mensaje común. Vemos motivos vegetales que se adueñan de vestidos o tan solo forman un detalle o una aplicación a modo de ornamento. También lunares metalizados, juegos de superposiciones con transparencias, asimetrías y simetrías... y todo muy trabajado, muy estudiado.
Lo más llamativo, sin duda, son los vestidos que llevan colgando del hombro un enorme langostino, en azul o en rojo. Dignos herederos del famoso vestido langosta que hizo famoso Schiaparelli, fruto de su amistad y relación profesional con Salvador Dalí. Y es que el surrealismo y la moda van unidos en muchas ocasiones.
Vestidos escotadísimos y abrigos de pelo. Un contraste de texturas y sensaciones. Maison Martin Margiela.
El contraste se acentúa con la reinterpretación y el uso de las prendas. Así vemos cazadoras bomber en seda de colores alegres o colchas patchwork de distintos retales que se transforman en un vestido de noche. Junto a diseños casi veraniegos, con amplios escotes en la espalda aparecen abrigos de pelo tenido en colores ácidos, otro ejemplo del combate de texturas.
El rojo, perfecto para tres momentos distintos del día. Giorgio Armani Privé.
Sastres de gran sobriedad, chaquetas con volantes y blusas de grandes topos. Giorgio Armani Privé-
Tan pronto viste a Lady Gaga como a Nicole Kidman. Giorgio Armani es uno de los veteranos de la moda pero también uno de los más revolucionarios y modernos, sobre todo en sus colecciones de alta costura. El italiano presenta, temporada tras temporada, sorprende cambiando de estilo, apostando por novedosas texturas y remezclando sus propios códigos.
Oscura, dramática y teatral, su propuesta se tiñe de negros, rojos pasionales y golpes de blanco; unas veces en bloque, otras superpuetos y, a veces, en degradados de estilo arty.
Abrigos de Giorgio Armani Privé.
Detalles de los looks que saltaron a la pasarela y abrigo de formas redondeadas. Giorgio Armani Privé.
Vemos trajes de chaqueta y otras prendas de gran sobriedad que contrastan con otras que llevan estampados de topos, de geometrías o de combinaciones de pieles de animales y trazos abstractos. Los abrigos y chaquetones destacan por su hombros recondeados y el largo por encima de la rodilla. Los vemos de corte oriental, con botones escondidos en la parte superior lo que permite que se abran en el bajo enseñando el vestido.
Destaca, por encima de todo, el gran trabajo con los tejidos. Vemos piqué en relieve, figuras de origami hechas con plumas, lazadas de cristal, flecos de charol y redes en las que caen atrapadas lentejuelas, strass, piedras semipreciosas y cuentas de pasamanería de lujo.
Redes con lentejuelas XXL, origami de plumas y cintas rizadas. Giorgio Armani Privé.
Un diseño que recoge la esencia de la colección de Giorgio Armani Privé.
Otro de los focos de atención fueron los velos a modo de tocado. Unos llevaban enormes lunares, otros detalles en plumeti. Siempre buscando una imagen sofisticada, atrevida, con guiños a la cultura española (rojo + lunares+ volantes), al ballet, al folclore y la tradición costurera.
Asombró un vestido de cuerpo con escote palabra de honor con bordados de cristal y falda de tul con amplio volumen. Un diseño que levantó los aplausos de Sofía Loren, Elsa Pataki, Juliette Binoche y Jared Leto, entre otros, que disfrutaron del desfile celebrado en el Teatro Nacional de Chaillot.
La seducción como fuente de inspiración. Alexander Vauthier.
Propuesta de Alexander Vauthier, un juego de luces y sombras en forma de vestido.
La seducción como punto de partida. Así parece haber trabajado su colección el modisto Alexander Vauthier. Su propuesta juega a redibujar el cuerpo de la mujer, rodeando la figura con vestido venda o con prendas que se ciñen con gusto. Las asimetrías provocan osados cambios de textura, dejando que la piel aparezca o desaparezca de forma natural o velada por el tul de seda.
Vemos topos que restan fuerza a los diseños en piel negra, abrigos con motivos étnicos y vestidos de noche ligeros y livianos, siempre en negro, de claro acento lencero. Una inquietante mezcla de fortaleza y delicadeza marcada por la lucha entre el cuero y la seda transparente.
Mención especial merece la casa Rad Hourani, la única que presenta línea masculina en la semana de la alta costura, en París. Su propuesta, racionalista y conceptual, se adapta a los nuevos armarios que, a su vez, han evolucionado al ritmo de las sociedad. Vivimos en constante movimiento, provocamos constantes cambios pero... seguimos llevando chaquetas, pantalones, camisas, vestidos y abrigos. Constantes que todavía no cambian.
La propuesta de Julien Fournié se inspira en una hipotética mezcla entre Oriente y Occidente y propone una amplia selección de vestidos de noche y guiños al vestuario de las geishas. Pero destacan, por su movimiento, los diseños en capas de sedas teñida con colores potentes. Vemos algunos de escote velado por transparencias con mangas-capa y también otros de escote imperio que caen hasta el suelo con faldas de amplio volúmen.
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gh dijo
;)