Chanel, Valentino y Saint Laurent, las más modernas de París
martes 30.sep.2014 por Rafael Muñoz 0 Comentarios
-Primavera y verano 2015-
Gisele Bündchen y Karl Lagerfeld en el carrusel de Chanel.
Genial. Es el mejor adjetivo para definir a Karl Lagerfeld. Si en el último desfile convirtió la pasarela en un supermercado ahora transforma el Gran Palais en el Boulevard Chanel para que las modelos pudieran marchar y gritar a los cuatro vientos consignas feministas, proclamas a favor de la igualdad y frases como “Haz la moda y no la guerra”.
Las chicas cerraron el desfile con megáfonos y pancartas, haciendo del carrusel una manifestación que
Códigos masculinos reinterpretados con la esencia de la casa. En el centro, Cara Delevinge.
Las modelos, de dos en dos, en un claro grito por la tolerancia.
La casa mezcla códigos masculinos con piezas de una feminidad desbordante; un guiño a la fundadora de la casa, Coco Chanel.
Así vemos vestidos y blusas que siguen los cánones de la camisería tradicional y que se llevan con faldas de raya diplomática, prendas relajadas en tonos militares y sastres en tweed- un tanto oversized- que se combinan con corbata.
Bordados lujosos, estampados arty y el clásico tweed.
Mix de texturas o total look, como el outfit de Gisele. Dos tendencias en pasarela.
Pero, a la vez, pisan el asfalto chaquetas de tejidos de bordados exquisitos, abrigos de seda estampada a todo color con ribete desflecado e interior en tweed, vestidos sesenteros con aplicaciones metalizadas que contrastan con las transparencias, y sensuales conjuntos de body y chaqueta en punto bicolor rayado. Irresistibles si la que los lleva es Gisele Bündchen.
Detalles del desfile de Chanel en el Grand Palais.
Motivos geométricos en prendas de estilo arty.
La raya es el motivo estrella. La vemos en horizontal, vertical, acompañando al ribete de la prenda o en combinaciones abstractas.
Pero además, Chanel propone flores, manchas alegres de color y un mix de estampados generosos. Y es que todo el conjunto se enmarca en una bella y moderna estética arty.
Un aire artístico recorre toda la colección.
Llaman la atención, y ya son objeto de deseo, los complementos, especialmente las pulseras y los bolsos grabados con las consignas de las pancartas. Además, las botas con manchas de color y los cinturones con el logo. Junto a Gisele Bündchen destacaraon Cara Delevingne y Georgia May Jagger, en un desfile que ya forma parte de la historia de la moda.
Vestido estampados con patrones diferentes. Valentino.
Dos vestidos boho de Valentino.
Después ha sido el turno de Valentino. La casa resucita éxitos de los años 70, tanto textiles como musicales y todo para crear una atmósfera retro de belleza y armonía. Comienza el desfile con prendas estampadas con flores y les siguen otras realizadas en ganchillo. Todo con un estilo vintage pero actualizado con una paleta de color exquisita.
Los vestidos llevan minifalda o se llegan hasta el tobillo, van sin mangas o con mangas largas. Diseños para gustar a diferentes edades.
Transparente u opaco, pero tintado en los mismos colores. Valentino.
Tejidos de factura artesanal, siempre con el estilo soft de la casa.
Los escotes varían también. Los vemos con la V de la casa, redondeados con aplicaciones-joya y asimétricos. Los hombros de las chaquetas y abrigos tienden a la curva y las gabardinas, en tonos tostado, aportan un detalle juvenil. Destacan, por encima de todo, los vestidos boho, diseños que viajan en el tiempo y que vemos en distintos patrones: camiseros, túnica o trapecio. Unos llevan volantes verticales y otros, un degradé cromático casi infantil.
Troquelados y ganchillos en Valentino.
Vestidos pañuelo, suaves caricias de primavera.
Todas las modelos llevaban sandalias planas de tiras - ni rastro de los tacones- y llamaron la atención los vestidos cortos en blanco realizados con técnicas y trabajos artesanales como el guipur, crochet, calados, blondas y troquelados. Según avanza el desfile aumenta el lujo de los vestidos. Vemos piezas en azul y rojo con estampados marinos con texturas de plata. También vestidos, cortos y largos, bordados con azabache y metal con figuras marinas como estrellas, caballitos, conchas y corales.
Diseños de fiesta con bordados marinos.
Los diseños de fiesta y noche se bordan con motivos del fondo del mar.
En ese viaje, por mar, a los setenta la casa recupera vestidos-pañuelo y propone una noche con transparencias bordadas con ricos elementos. Para terminar, delicados diseños en tonos pastel y lavados. Verdes, azules y rosas pálidos se adornan con los mismos motivos del fondo del mar, o geometrías que parecen escamas. Y todo como en un cuento. El de la sirena que logra caminar sobre la arena, deslumbrando a todos con un vestido de espuma y estrellas de mar.
Cara Delevingne en el desfile de Saint Laurent.
Otra de las grandes casas, Saint Laurent, completa este trío de historia. Hedi Slimane presenta una de sus mejores colecciones y lo hace reinterpretando, con acierto, iconos de la casa. Cambia el patrón, el estilismo de la modelo, la forma de combinar las prendas pero la esencia de Yves sigue intacta.
Están - renovadas, pero están- las prendas de estampado animal, las chaquetas de estilo militar, los minivestidos negros y los sombreros cordobeses. Todo lo que amó el maestro. También, la sensualidad de las texturas, siempre al servicio de embellecer a una mujer. Menos sofisticada ahora, más urbana y canalla.
La chaquetas se interpreta en pitón, con estampado militar, en cuero o en rayas.
Como vemos el minivestido y la chaqueta son, una vez más, las piezas centrales de la colección. Y de nuevo siguen manteniendo un perfecto noviazgo.
Hay vestidos de flores, cerezas, vaqueros, con estrellas o lisos, y van acompañados de chaquetas masculinas de rayas en blanco y negro, toreras de pitón, parkas militarres y abrigos de cuero.
Texturas opacas y otras transparentes, juegos de contraste femeninos y singulares.
Estampados de cerezas y texturas doradas pero siempre con líneas fluídas y ligereza visual.
El vestido desaparece casi de las pasarelas y deja paso, incluso en la noche, al diseño mini. Primero lo vemos en liso, con estampados florales o frutales pero poco a poco van llegando otros más sofisticados, con texturas y bordados metalizados.
El oro sigue presente en la casa. A veces, un poco apagado- casi vintage-; y otras, más luminoso. Los escotes juegan al contraste, y hay vestidos osadísimos pero también otros de cuello alto y manga larga.
Dos tendencias. Escote pronunciado o cuello alto.
Detalles que aportan ese plus de elegancia propio de la casa.
El elemento más glamuroso es la estola, tanto de piel-a veces coloreada- como de plumas. Pero hay más complementos. Junto a los sombreros de talle cordobés vemos tocados setenteros, fulares de lunares o pieles de aninal, cinturones de estilo rock y zapatos con plataforma de color. Detalles que, unidos, confieren un estilo atractivo, moderno y musical a la colección.
Tres firmas, tres iconos, tres mitos de la moda que han logrado mantenerse por encima de estrelllas de la aguja, maestros de ceremonías de pasarelas de tres pistas y talentos de vida efímera.
Karl Lagerfeld puso zapatillas deportivas a los vestidos de alta costura de Chanel, Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli cambiaron el estilo de Valentino acercándose a una mujer joven y moderna y Slimane se olvidó de los vestidos de alfombra roja que tanto gustan a las estrellas del cine para vestir a las estrellas marginales, las canallas, mujeres de de vida escandalosa pero un glamour real, de lo más actual.
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