La gala del MET, el espectáculo de la vulgaridad
martes 3.may.2016 por Rafael Muñoz 0 Comentarios
-El MET inaugura 'Manus x Machina'-
Riccardo Tisci y Madonna.
Tener en la lista de invitados a todas las estrellas, las más rutilantes, del cine, la moda y la música y lograr que casi todas hagan el ridículo a la vez es algo que solo pasa en las galas del MET. Año tras año, esta cita (¿con la moda?) nos regala una película que mezcla comedia y terror, un espectáculo bochornoso en el que
Esta gala tiene siempre una temática, relacionada con la exposición que el museo inaugura casi a la vez. Ahora se presenta 'Manus x Machina', un interesante trabajo que habla de la relación de la moda con la tecnología y del paso de lo hecho a mano a lo realizado por las máquinas.
Y máquinas es lo que parecen algunos de los invitados en este vídeo:
Pero volviendo a la alfombra roja. La mayoría de las invitadoas no supo entender, o interpretar el tema. Tampoco la mayoría de estilistas y diseñadores. Suele pasar.
Zac Posen saca un aprobado con el vestido de Claire Danes, que interactuaba 'leyendo' las emociones. Y la casa Marchesa, en colaboración con IBM Watson, confeccionó un diseño para Karolina Kurkova con un tejido que llevaba luces LED.
Claire Danes, de Zac Posen.
Georgina Chapman y Karolina Kurkova, de Marchesa.
La mayoría de la invitadas se puso vestidos de pasarela, diseños hechos por los modistos del momento, por los más mediáticos, como Riccardo Tisci y Olivier Rousteing, 'pasando' literalmente del tema de la fiesta. Se trataba de dar la bienvenia a una importante exposición sobre la moda.
Pero, por lo general, solo Europa entiende la moda como expresión cultural, no como un espectáculo del que hay que vender entradas cueste lo que cueste.
El show vende -lo friki, tambien- y por eso toda la atención mediática está ahora en EE UU ( Nueva York, Los Ángeles, Miami…). El dinero se antepone a la creatividad pero la moda, como tal, sigue viviendo, y naciendo, en el viejo continente. En la vieja Europa, la cuna de Balenciaga, Coco Chanel e Yves Saint Laurent, grandes revolucionarios de la aguja, o Pierre Cardin, Paco Rabanne o Courrèges, que experimentaron en los sesenta con nuevos materiales abriendo nuevos horizontes en el diseño y la confección.
Blake Lively, de Burbery.
Idris Elba, con esmoquin de Tom Ford.
Los tejidos metalizados, casi siempre en plata, arrasaron; tanto como los vestidos imposibles que llevaron algunas de las invitadas. La lista de ‘cuadros’ viene encabezada por Madonna, Lady Gaga y Katy Perry. Por eso, Idris Elba, todo elegancia con su esmoquin de Tom Ford, y Blake Lively, puro glamour con su vestido realizado por Christopher Bailey (de Burberry), parecían haber aterrizado en otro planeta. El del feísmo.
Anna Wintour y su hija Bee Shaffer, de Chanel y McQueen.
Emma Watson, de Calvin Klein.
Kate Bosworth, de Dolce&Gabbana.
Anna Wintour, alma mater de la fiesta, llegó con un diseño de Chanel, fiel a su estilo: un vestido de patrón recto, en tono claro, con falda hasta el sueño, decorado con detalles- joya en el pecho y plumas en las mangas. La casa francesa vistió además a sus chicas, las que tiene Karl en nómina: Kirsten Stewart y Lily-Rose Deep.
Wintour se encarga de este evento desde 1999 que, según cuenta The New York Times, es una de las mayores fuentes de ingreso para el museo. En 2015, se consiguieron 12,5 millones de dólares, y es que cada invitado tiene que pagar 30 000 dólares por la cena. Quizá por eso deciden vengarse luciendo 'sus peores galas'.
Nicole Kidman, de McQueen.
Beyoncé, con diseño de Givenchy, fue sola y avivó los rumores de ruptura.
Katy Perry, de Prada.
La hija de Wintour, Bee Shaffer, fue sin duda una de las mujeres más elegantes de la noche y brilló con un espectacular diseño de la casa Alexander McQueen, la misma que vistió a Nicole Kidman, aunque no con el mismo acierto.
Los diseñadores más reclamados han sido Ricardo Tisci, de casa Givenchy; Olivier Rousteing, de Balmain; y Donatella Versace, que este año envió a su hija Allegra como embajadora.
Madonna, con diseño de Givenchy.
Irina Shayk y Bella Hadid, de Givenchy.
Kendall Jenner, de Versace, y Cindy Crawford, de Balmain.
Los Kasdashian, de Balmain. Kanye, con lentillas azules.
De Givenchy vimos a sus fieles seguidoras: Beyoncé, más recatada que nunca, Madonna (una oda a la vulgaridad), Bella Hadid e Irina Shayk, que días antes estuvo en el desfile de Pronovias en Barcelona.
De los percheros de Balmain salieron los vestidos de las modelos Cindy Crawford, Jourdan Dunn, Alessandra Ambrosio y Doutzen Kroes. También los del clan Kardashian. A destacar las lentillas de color claro de Kanye West, marido de Kim.
Alessandra Ambrosio y Doutzen Kroes, de Balmain.
Kate Hudson, de Versace.
Lady Gaga y Kate Hudson, de Versace.
Jennifer Connelly, Alicia Vikander y Selena Gómez, de Vuitton.
De Versace vistieron Kendall Jenner, Kate Hudson (quizá la que mejor entendió el tema de la gala) y Lady Gaga, que se ha cansado del estilo ‘gran dama de la canción’ que tan bien le sentaba y parece haber regresado al mundo del horror. Quizá marcada por su papel en American Horror Story Hotel, interpretación que le valió un Globo de Oro. ¿Merecido? No.
Seguimos con firmas europeas, sobre todo las que se mueren por vestir a estrellas del cine o la música. Louis Vuitton, en manos de Nicolas Ghesquière, se hizo cargo de los looks de Alicia Vikander, a la que ya vistió en la gala de los Oscar, Selena Gómez, Miranda Kerr, Jaden Smith y Jennifer Connelly.
Miucca Prada se dejó caer por la fiesta, casi de incógnito. Al contrario que sus chicas: Jessica Chastain y Katy Perry, que llamaron poderosamente la atención. Perry asustaba tanto que el Moschino de Nicki Minaj casi pasaba desapercibido. Burberry, además de vestir a Blake Lively, prestó vestidos a Naomi Watts y Naomi Harris.
Naomi Campbell, de Cavalli, y Minaj, de Moschino.
Carlota de Mónaco y Dakota Johnson, de Gucci.
Alessandro Michelle, creativo de Gucci, y Florence Welch.
Naomi Campbell, que según cumple años se envuelve en una elegante y serena belleza, apostó por Roberto Cavalli. Pero hubo más firmas italianas. Gucci, que arrasa en Hollywood, se encargó de Dakota Johnson y la bella Carlota de Mónaco.
Valentino vistió a Zoe Kravitz, Rachel McAdams y Lorde, y la casa Paco Rabanne a una sosa Kate Mara. Vayamos a las firmas norteamericanas. Karolina Kurkova escogió un Marchesa; el grupo Haim, estupendas, llevaron vestidos de Rodarte; y las actrices Emily Blunt y Olivia Wilde acudieron a Michael Kors.
Lupita Nyong' o.
Emma Watson, Margot Robbie y Lupita Nyong' 0.
Naomi Watts y Jourdan Dunn, dos sirenas en la gala.
Rita Ora (la más llamativa) apostó por Vera Wang y se llevó una de las ya famosas fotografías de la escalera, con la falda de su vestido desplegada al completo. Heidi Klum y Claire Danes, otra de las que apostaron por grandes faldas con volumen, llevaron diseños de Zac Posen. Amber Heard, Rosie Huntington-Whiteley y Jason Statham, su pareja, y Tom Hiddleston apostaron por Ralph Lauren.
Ellos recurrieron al tradicional esmoquin con variaciones pequeñas. Alexander Skarsgard, Collin Farrell y Robert Pattison ( con diseño de Dior, como Rami Malek y Jamie Bell) levantaron suspiros y Zayn Malik, de One Direction, se dejó ver del brazo de Gigi Hadid, confirmando así su noviazgo.
Zoe Saldaña de Dolce&Gabbana.
Jessica Chastain, de Prada, y Adriana Lima.
Kirsten Stwart y Lily-Rose Deep, de Chanel.
Willow y Jaden Smith.
El grupo Haim, vestidas por Rodarte.
Zayn Malik y Gigi Hadig, la confirmación de un noviazgo.
Rachel McAdams y Lorde, de Valentino.