Cristina Piaget: "Las top models eran seres de otro planeta"
lunes 20.feb.2017 por Rafael Muñoz 0 Comentarios
-Desfile de Duyos, MBFWM-
Cuando Juan Duyos le pidió que desfilase para él Cristina Piaget no se lo pensó dos veces y le dijo que sí. Luego le entró miedo pero se enfrentó a él. “Acepté directamente, porque me gustan los retos y esto era un reto. Me daba miedo pero me gusta crecer enfrentándome a los temores”, cuenta la modelo.
Comparte pasarela con compañeras tan conocidas como Laura Sánchez, Vanesa Lorenzo, Nieves Álvarez, Helena Barquilla, Verónica Blume, Judit Mascó o Almudena Fernández. Ella es la veterana del grupo y la que más tiempo ha estado desligada de la moda.
“¿Por qué no se ha hecho antes?, Juan es un valiente”, dice entusiasmada.
Quizá los jóvenes que desconozcan la historia de la moda española no la conozcan pero su currículo es envidiable. Comenzó a trabajar cuando era una adolescente y ocupó la primera portada de la revista Elle cuando esta cabecera aterrizó en España. Una portada mítica que años más tarde se repitió.
Llegó a París y trabajó con los grandes de la moda. Era una de las modelos preferidas de Paco Rabanne, junto a Carla Bruni, con quien mantuvo una gran amistad. Y fue una de las españolas favoritas de Yves Saint Laurent, junto con Helena Barquilla y Nieves Álvarez. Durante su estancia en Nueva York compartió piso con Judit Mascó e Inés Sastre. Todas son protagonistas de la historia internacional de la moda.
Guarda un recuerdo especial de Gianfranco Ferré, entonces director creativo de la casa Dior. “Me decía: ‘Sei ancora molto giovane’ (eres todavía muy joven). Yo tenía 19 años, disfrutaba mucho de los desfiles, me sentía como el patito feo convertido en cisne. Tenía la autoestima baja y el desfile me daba la oportunidad de ser la reina de pista”, recuerda.
Confiesa que la fama engancha pero que siempre tuvo los pies en el suelo, que fue ahorradora y que siempre tuvo claro quién era y de dónde venía. Vivió en primera persona la época de las supermodelos y tiene claro por qué se las llamaba así.
“Eran seres de otro planeta, eran como un rayo láser, no parecían de este mundo. Eran modelos pero también empresarias, mujeres manipuladoras, fuertes, sensuales, carismáticas… En esos años no había espacio para la imperfección”, señala.
Entonces las modelos eran especiales, tenían carisma, fuerza. Ahora es distinto. “Hay un antes y un después de Kate Moss, ella representa la peculiaridad, la ‘anti perfección’. Pero Piaget prefiere a las modelos de ahora porque representan una belleza más plural.
“Es más sano, porque son muchas más las mujeres que se pueden identificar con ellas. Ahora no hay un único ideal de belleza, hay muchas bellezas diferentes y, repito, esto es más sano”. Piaget ha estado unos años viviendo en el campo pero ha regresado a Madrid y vive con intensidad, e ilusión, una nueva etapa.
Durante estos años que ha estado alejada de las pasarelas ha hecho cine, televisión y teatro. Participa en actividades culturales de su barrio, Lavapiés, y ha hecho una performance con el diseñador Baruc Corazón.
Ahora vuelve a pisar la Pasarela Cibeles, un lugar que conoce y en el que también trabajó con grandes como Manuel Piña. Ha vuelto con ganas y su deseo ahora es quedarse.