El pan pan.
Otro fin de semana en el estudio. ¡Qué raro me parece! Hace unos años me incomodaba trabajar fuera de la emisora y ahora es todo lo contrario. Conclusión: no se puede decir "de esta agua no beberé".
Hablamos sobre Miguel Hernández con el hombre que mejor lo ha cantado: Joan Manuel Serrat. Todo un lujo. Le agradecí especialmente que atendiera nuestra petición para estar en directo la mañana siguiente a un concierto y en un día de actuación con las entradas agotadas. Lo de Serrat es único. ¡Cuánto cariño y admiración despierta! Yo creo (y así se lo dije) que abarrotaría los teatros aunque cantara la guía telefónica. También nos acompañó Elvira Lindo para presentarnos su última novela "Lo que me queda por vivir" en la que hay mucho de su propia vida. Da gusto conversar con ella.
El lunes viajé a Huesca para recoger la placa al mérito turístico que ha tenido a bien concedernos la Consejería de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón. Mil gracias al consejero Arturo Aliaga y al vice-consejero Javier Callizo por haber pensado que lo merecemos. Sinceramente da un poco de apuro que te premien por dar a conocer una tierra tan bella. Más bien deberían atizarle un "capón" (figurado, claro) al que haga lo contrario. Me acordé mucho de Labordeta. Creo que se habría alegrado un montón con este reconocimiento.
De vuelta hacia Barcelona, me esperaba en la estación de Zaragoza Joaquín Carbonell con una bolsa de pan y madalenas de la tahona de su hermano Tony. ¡Qué bien olían! Subí al AVE contentísima con la placa y mis dos barras. Como si hacer 300 km para ir a comprar el pan fuera lo más normal del mundo...