La frontera entre México y Estados Unidos se ha puesto de moda gracias al presidente Trump. Asegura querer levantar un muro a lo largo de los casi cinco mil kilómetros de línea divisoria. Muchos se escandalizan cuando lo cierto es que el muro ya existe en la mayor parte de esa linde, una de las más vigiladas del mundo. Lo que hace Trump no es nada nuevo en el fondo sino en la forma. Trump se jacta y eso irrita. Pero acierta cuando afirma que la frontera es permeable a pesar de todo. Y es verdad. Por extraño que parezca encontré un punto vulnerable donde literalmente se puede saltar de un país al otro. Se llama Candelaria y es una aldea remota de Texas. Un auténtico culo de saco en el desierto porque la carretera que lleva allí, allí se acaba. No se puede ir a ninguna otra parte más que a México o regresar. O intentar atrochar por las feraces tierras del desierto texano.
Estuvimos allí mientras producíamos la 2ª temporada de Diario de un Nómada y pude hacer un reportaje para La aventura del saber sobre mi salto ilegal de un país a otro. Increíble pero cierto. Es de esperar que tras la era Trump, el muro pase por mitad de esta perdida localidad. Candelaria, la aldea de ninguna parte
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