Panga, seguridad alimentaria y sostenibilidad
viernes 3.feb.2017 por Aitor Sánchez 2 Comentarios
Entrábamos en febrero con la noticia de que una conocida cadena de hipermercados iba a dejar de vender panga en sus tiendas españolas, como ya había hecho en las ubicadas en otros países de Europa como Francia o Bélgica. El revuelo mediático no se hizo esperar, así como las elucubraciones sobre "como de malo" es este pescado.
Su consumo se había disparado en los últimos años por varios motivos: es un pescado barato, fácil de desespinar por lo que permite ofrecer filetes limpios, de carne blanda y con poco sabor.
Los menús escolares lo adoptaron con entusiasmo, así como las colectividades en general (lo que incluye menús de hospital) que suelen fijarse mucho en el precio y la comodidad. También en los hogares encontró hueco, espoleado por la crisis, al sustituir a un precio más económico pescados como la merluza, la rosada o la pescadilla.
Y en medio de este imperio del panga, un programa de televisión y una decisión empresarial han hecho que todo se tambalee.
Hay tres motivos por los cuales el panga ha caído en desgracia:
Problemas medioambientales y de bienestar animal:
La poca sostenibilidad de la cría de panga y el impacto medioambiental que supone, son los motivos argumentados por el supermercado francés para dejar de ofrecer este producto en sus lineales. Es decir, se trata de una decisión tomada por temas de imagen, más que por un riesgo para el consumidor.
Huelga decir que cualquier decisión tomada en aras de construir un mundo más sostenible, es una decisión a aplaudir, pero no olvidemos que el impacto medioambiental de nuestros alimentos está lejos de tener en el panga su mayor preocupación. Es la ganadería la que causa el mayor impacto ambiental, junto con las importaciones-exportaciones, y los monocultivos. Como consumidores podemos hacer una elección de alimentos que minimice el impacto de nuestra dieta y de está manera, con nuestra demanda, conducir a las industrias a medios de producción más sostenibles.
Así mismo, aunque el panga es ahora un tema de actualidad, lo cierto es que no es el único pescado cuyo elevado consumo supone un problema. El atún rojo está al borde la extinción y es conocida su alta contaminación por metales pesados. La esquilmación de los océanos y la pesca a gran escala de barcos del primer mundo en aguas que no les corresponden, son motivos suficientes para replantearnos nuestros hábitos de consumo, más allá de una noticia momentánea.
Si queremos seguir consumiendo pescado, apliquemos algo de criterio a nuestra compra y hagámosla un poco más responsable. Hay guías que nos pueden ayudar a hacer elecciones más sostenibles.
Respecto a las condiciones deplorables en las que se cría el pez que hoy nos ocupa, que son ciertamente lamentables y no deberían ser promovidas bajo ningún concepto, no caigamos en el error de pensar que dichas condiciones solo suceden en criaderos de Vietnam. Los pollos, las gallinas ponedoras, los cerdos, las vacas y demás animales de cría industrial para consumo no tienen condiciones mucho mejores. Puede que sea el momento de empezar a pensar como son tratados y en que condiciones viven los animales que nos alimentan, aunque no salgan en las noticias.
Seguridad alimentaria:
Aunque es cierto que el panga contiene niveles de contaminantes como el mercurio y restos de herbicidas, el que se vende en España cumple con la legislación vigente y se considera por tanto seguro desde ese punto de vista, tanto según la EFSA como según la AECOSAN.
Por tanto, la seguridad alimentaria del panga, en principio, está garantizada y no supone un riesgo para el consumidor. Si bien es cierto que la Unión de Consumidores aconseja no abusar de este pescado.
Valor nutricional:
El panga es un pescado de poco valor nutricional. su aporte proteico es inferior al de otros pescados blancos y también su aporte de ácidos grasos cardiosaludables. Aunque dada la situación de abundancia y disponibilidad de alimentos en la que vivimos, eso tampoco sería un verdadero problema.
Alternativas al panga:
Los pescados blancos de consumo habitual son mejores opciones, nutricionalmente hablando: merluza, pescadilla, lenguado, dorada... si nuestra economía no nos permite pagar un poco más por el pescado podemos optar por consumirlo menos veces a la semana y sustituirlo por otras fuentes proteicas saludables y baratas como las legumbres, que además son mucho más sostenibles, o los huevos.
Mario dijo
Justo esta mañana he leído este artículo que trata sobre el mismo tema, hay que meditar mucho sobre el panga... http://labuenaalimentacion.es/la-realidad-detras-del-panga/
Borja dijo
En cuanto a lo de si engorda este pescado o no, ¿realmente tiene mucho menos aporte proteínico que otras especies? En esta página salen muchos de ellos https://engorda.org/pescado/ y no tengo muy claro hasta qué punto el panga es saludable o no en este aspecto.