Cómo comer saludable en verano
jueves 29.jun.2017 por Aitor Sánchez 0 Comentarios
En este post y en el corte de radio que lo acompaña vamos a hablar de diferentes recursos para hacer el verano más llevadero, vamos a dar una serie de consejos para combatir el calor de forma saludable tanto en viajes, comiendo en casa y también fuera.
La mejor forma de empezar a llevar una vida más saludable es cambiando nuestro entorno y la disponibilidad de alimentos que tenemos en casa
¿Qué podemos tener en casa que sea saludable para refrescarnos?
El nivel básico pero más efectivo es el de tener fruta en el frigorífico, esto no es ninguna novedad, por lo que para dar un recurso nuevo podemos recomendar tener melón o sandía previamente cortados.
Te compras el melón, lo partes a trozos y lo guardas en un tupper. Cuando abras la nevera será lo primero que te encuentres y por tanto es mucho más fácil acabar comiendo ese melón.
Otro recurso muy bueno, es el de hacer hielos de sabores con infusiones, con café, agua con limón y menta… esos hielos se pueden añadir luego a ese té, o a ese café, no se te queda aguachirri y además está refrescándolo.
Y por supuesto, el recurso de meter la fruta al congelador para poder hacer batidos, helados o granizados caseros.
¿Cómo podemos hacer helados o batidos saludables?
Solo necesitamos congelador y una batidora.
Congelamos la fruta que queramos y luego la trituramos. La textura que vamos a obtener va a depender del tipo de fruta que usemos, si añadimos sandía, melón o limonada, obtendremos texturas más acuosas, del estilo a un granizado.
Si optamos, frutas más secas como plátano, melocotón, albaricoque, nísperos… obtendremos una textura más cremosa. Si lo queremos todavía más cremoso para hacer un helado, podemos añadir cualquier tipo de leche o yogur.
Eso sí, ¡hay que comerlos en el momento! Si los congelamos de nuevo se hace un mazacote de hielo y no va a tener buena textura.
La fruta es dulce de por sí, así que no hace falta añadir ninguna clase de azúcar.
¿Y fuera de casa?
Sí, por lo general tomar helados o polos fuera de casa va a ser sinónimo de tomar un refresco, casi todos los sitios ofrecen opciones muy azucaradas.
Podemos preguntar por limón granizado, tés fríos, cafés granizados… y a las malas siempre podemos recurrir a pedir estas bebidas por separado, y pedir el hielo aparte.
La cerveza sin alcohol, el agua con gas que normalmente la suelen servir con limón, y otras bebidas como la gaseosa también son un recurso, al igual que el zumo de tomate, que es de los pocos zumos con una baja cantidad de azúcar.
Recordamos que lo zumos en sí no son una bebida a priorizar, como tampoco lo son estas otras que creemos que tienen poco azúcar por ser amargas como la tónica y el bitter, que tienen casi el mismo azúcar que un refresco.
¿Son una buena elección las aguas de sabores?
No vale la pena, son bebidas azucaradas o edulcoradas, que además se suben en precio de manera injustificada. No podemos asimilar que es tomar “agua”, sino como un refresco.
Si queréis refrescos saludables, o tenéis ganas de hacer otras preparaciones refrescantes sin azúcar os recomiendo un reciente post de mis compañeras Griselda Herrero y Victoria Fagúndez que han hecho unas geniales propuestas de refrescos saludables.
Y además, puedes llevártelos a la playa. Sí, sí, en un termo por ejemplo. Que la gente muchas veces lo asocia solo a mantener la temperatura caliente, y es una idea muy buena para la playa.
¿Qué nos podemos llevar a la playa?
El truco más básico y útil, las botellas de agua en el congelador (al 90%) no las llenemos del todo, que además llevándolas junto con la comida, pues ayudan a mantener fresco el resto de tuppers o fruta que te hayas llevado a la playa.
Podéis escuchar aquí el podcast del programa, a partir del minuto 37:30 aprox: