¿Es el cáncer un goloso, o sólo algunos titulares tendenciosos?
jueves 9.nov.2017 por Aitor Sánchez 1 Comentarios
Cada poco tiempo surgen titulares de cómo el azúcar alimenta al cáncer y es el precursor, según el tema de turno, de o bien su crecimiento, su progresión o incluso su misma existencia. Y las preguntas de siempre inundan nuestros correos: ¿Qué hago? ¿Qué dejo de consumir? ¡Es que no se puede comer de nada! ¿Fruta sí, fruta no? ¿Y qué galletas son mejores? STOP al alarmismo, intentaremos responder a todo ello.
¿Qué hay de verdad en esto?
La realidad es un poco más compleja que una relación unicausal. Lejos de defender el azúcar como una fuente de nada (como ya se ha hecho tiempo atrás), se debe definir cuál es el que nos preocupa; concretamente es el que la OMS califica como libre. Es decir, el añadido (refinado o sin refinar; sea azúcar blanco, azúcar moreno, sirope de ágave o panela: tanto monta, monta tanto) típico de los productos ultraprocesados y los que están presentes de forma natural en productos derivados de un alimento fresco, como pueden ser los zumos (porque se les ha retirad la fibra), bebidas azucaradas o los jarabes de fruta.
Y es que se esconde de muchas y distintas formas:
Autora: Irina Casablanca. Fuente original.
Pero decir que nos preocupa es quedarse cortos. Su consumo no es excesivo, sino el apartado siguiente por inventar. ¿Por qué decimos esto? Por lo que sí sabemos a ciencia cierta. Y ahora os preguntaréis, ¿qué es lo que sí sabemos? Pues la OMS nos cuenta que su consumo puede conducir a:
- Mayor riesgo de Diabetes Mellitus tipo II
- Mayor riesgo de sobrepeso u obesidad
- Menos saciedad y más ganas de seguir comiendo
- Mayor umbral del dulzor, acostumbrando al paladar a un sabor irreal en alimentos y la necesidad de endulzar lo que encontremos
- Mayor riesgo de caries bucal
- El consumo de bebidas azucaradas ya se ha relacionado con hasta 200.000 muertes en 2010.
Por esta razón la Organización Mundial de la Salud lanzó la recomendación condicional de recomendar menos de un 5% de la energía total ingerida a lo largo del día. Unos 25 gramos como máximo, y mucho mejor nada, ninguna cantidad. Porque fundamentalmente eso es lo que aporta el azúcar libre: montones de nada. Para contextualizar, con 25 gramos estamos hablando de unos cuatro terrones de azúcar. Es un consejo condicional, es decir: aún se necesitan más pruebas internacionales para establecer ese margen como máximo en firme, pero ya se conoce que los efectos deseables de cumplir que “cuanto menos azúcar libre mejor” probablemente compensan cualquier otro efecto indeseable, o bien estos efectos indeseables no existen.
Y mientras esta directriz se actualiza en 2020...
¿Cuánto azúcar libre se consume en España?
Pues unos 111.2 gramos por persona y día. Ahí es nada, 40.5 kilogramos al año; aunque ya se empieza a hablar de hasta 70 kilogramos por habitante al año: 191 gramos al día. ¿Recordáis los cuatro terrones máximos de arriba? Pues multiplicadlos por 8: 32 terrones de azúcar.
Pero, ¿dónde interpreta la población que está el azúcar? Desde luego, en los cereales de desayuno no, ni en el azúcar que se le echa al café por las mañanas. La gran damnificada es la fruta, y no podemos permitirlo. Por varias razones:
- Su consumo de relaciona con menores tasas de Diabetes Mellitus tipo II
- Su consumo se relaciona con menos sobrepeso u obesidad
- Su consumo es saciante, y desplaza el uso de productos (mucho mejor que un postre azucarado que tan habitual es para cerrar cada comida)
- Y según un metaanálsis de 2017 de Dagfinn Aune y colaboradoras:
- Entre 5.6 y 8.7 millones de muertes prematuras podrían atribuirse a un consumo por debajo de 800 gramos de verduras y 500 gramos de fruta al día.
- El consumo de 600 gramos al día de frutas y verduras suponían un menor riesgo para padecer cualquier tipo de cáncer
¿Queda claro cómo hay que hacerlo?
¡Comed fruta! ¡No comáis ultraprocesados!
Mirad la etiqueta de los productos, ¡pero mejor escoged alimentos que no tienen etiqueta!
¡Un momento! ¡No has dicho nada sobre los titulares del azúcar como alimento del cáncer!
Es cierto. Ya son varias las ocasiones que nos encontramos con titulares como “el azúcar, que alimenta al cáncer” y es necesario contextualizarlo.
Bien, el azúcar se relaciona con obesidad, sobrepeso y otros tantos factores que sí se relacionan con la aparición de cáncer. El azúcar se relaciona con mayor adiposidad, contribuyen al exceso de grasa corporal, y estos factores están relacionados positivamente con el cáncer. Pero en cuestiones relativas a la alimentación no podemos ser tan simplistas, como ya ocurriera con el titular de que la grasa aumentaba el riesgo de metástasis. ¡Si al final sólo vamos a poder comer proteínas! Dirán algunos.
El estudio que está generando tantos titulares es este. Peeters y colaboradores describen un efecto similar en unas levaduras al que se genera en una vía de uso de la glucosa en las células cancerígenas, concretamente unas señales glucolíticas (de rotura de glucosa) ya descritas en los años 30 por Otto Warburg: la respiración celular en el cáncer está alterada, y parece que hay más fermentación láctica (que es una fermentación como la que haría cualquier levadura).
Y, ¿es viable este mecanismo? Bueno, el mecanismo existe, pero trasladar los resultados de unas levaduras cultivadas a un cuerpo humano se antoja complicado. A pesar de que se han hecho estudios sigue siendo controvertido hablar de este cambio metabólico como una causa o síntoma de cáncer, sino más como una consecuencia cuando la enfermedad está establecida. Más hablando del cáncer como una generalidad; nuestro conocimiento sobre el metabolismo tumoral está en pañales (e in vitro, poco sabemos in vivo) como para lanzar una cuestión tan general, y puede ser tan distinto según tipo de tumor: algunos comen más grasa, otros utilizan también glutamina,…
Pero, ¿el azúcar alimenta el cáncer? Son eslabones de una cadena que cada día vemos de manera más clara y firme. Pero hay mucho más detrás, y muchas más prioridades, centrarnos en la progresión-del-cáncer-azúcar-mediante es saltarse de golpe otras tantas recomendaciones que sí sabemos efectivas:
- Coma más fruta
- Coma más verdura
- No consuma ultraprocesados
- Mantenga un peso saludable (casi 500.000 casos de cáncer en el mundo relacionados con la obesidad) y evitar el exceso de grasa corporal como la mejor estrategia para prevenir el cáncer.
- No fume
- Evite las carnes procesadas (fiambre, embutido)
- No beba alcohol. Lo dice Europa. Y aprovecho para recordaros que el próximo miércoles 15 de noviembre es el día mundial sin alcohol, ¡algo necesario de reivindicar!
- ¿Cereales? Integrales
¿Azúcar y cáncer? Sí. Sobre todo porque consumimos demasiado (25 gramos al día incluso ya parecen demasiado, imaginad cuando lo multiplicamos por 4 o por 8). Pero también alcohol y cáncer, obesidad y cáncer,… Y mucha Salud Pública por hacer.
Luis Cabañas Alite es Dietista-Nutricionista, Máster en Nutrición Personalizada y Comunitaria e Investigador Predoctoral en la Unidad Mixta de Investigación en Endocrinología, Nutrición Clínica y Dietética del Instituto de Investigaciones Sanitarias La Fe (Valencia). Autor del blog Como Cuando Como. Colegiado CV-00410 en CODiNuCoVa y miembro de Dietética Sin Patrocinadores.Twitter – Facebook – Instagram
ROBERTO TULLETT dijo
Para poder morir saludable es muy poco lo que podemos comer cuando los nutricionistas saben bien que no es solamente la ingesta sino el placer -uno de los pocos que al anciano le quedan- de comer rico sin limitaciones. Se entiende perfectamente que hay cosas más saludables que otras, pero casi todo en cantidad y calidad parece según uds provocar enfermedades. En realidad vivir es peligroso para la salud y al final termina matándonos.
Sin alcohol, (sin drogas por supuesto), sin fumar, con pocas posibilidades de hacer actividades físicas satisfactorias, sin poder comer cosas ricas en calidad y cantidad, sin mayores libertades, con dificultades sexuales, con menor energía y ganas, con la segregación que la sociedad usa para marginar, con la creciente soledad y partida de los referentes, con las innovaciones que los confunden y los dejan atrás, con los ingresos reducidos, etc. etc. etc. (Hay mucho más) Hay que ser verdaderos centauros y esforzarse mucho y demasiado para tener una buena vida... ¿Encima nos castigan con la asquerosa compota de ciruelas para el resto de nuestras vidas? Es fácil hablar sobre la vejez cuando se es joven ¡y que se embromen los viejos!