Divulgación y redes sociales en Web de Nutris

En cuanto a la divulgación en redes sociales, tenemos que tener claro que cada una tiene sus normas y se juega de una forma.

En Twitter de una manera, en Instagram de otra, Youtube tiene sus normas y los blogs están muriendo, por eso hay que saber adaptarse. Quiénes divulgamos tenemos que saber adaptarnos a estos medios. Ovbiamente, si queremos que sea un mensaje riguroso que quiera ampliar información, pues podemos estar limitadas en este aspecto. Y esto lo estamos viendo mucho actualmente, cómo cambia el paradigma de la divulgación en una década. Antes era más pausado, la gente debatía en los blogs, y ahora es más unidireccional. 

Ahora tenemos Instagram y estamos teniendo un mensaje muy inmediato, de poca reflexión, con muchas interpretaciones, un canal donde impera la inmediatez, de poca reflexión donde importa el clickbait, el me gusta y el corazoncito. 

¿Por qué nadie se pone de acuerdo en nutricion?

Puede haber muchos motivos que lleven a que el mensaje sea tan dispar. Durante los últimos cinco años se ha señalado mucho a los conflictos de interés, la desactualización, los distintos estilos comunicativos... esto tenemos que tenerlo en cuenta. Pero sobre todo, tenemos que analizar cómo se relativiza el mensaje, no sólo qué mensaje doy sino cuál dejo de dar, qué va a interpretar la gente que me escucha, qué impacto va a tener en la población... Cuando lanzas un mensaje, comunicas ciertas cosas que no quieres comunicar, pero van intrínsecas en esa "foto". 

Es común tener un perfil muy heterogéneo de seguidores, que por un lado hay que tener en cuenta para adaptar el mensaje, pero tienes que plantearte si esa gente te sigue porque está adaptada al mensaje. De lo que siembras vas a recibir. 

Tenemos unos datos, una serie de recomendaciones, que tenemos que verter de manera distinta en radio, televisión, en redes sociales... los formatos son distintos, cómo vas a divulgar, también. Hay gente que malinterpreta el mensaje, personas que espera un mensaje concreto y puede ser un tiro fallido, hay que aprender a hacer educación alimentaria en redes sociales, si es dónde queremos empezar a hacerla. 

Hay aspectos del modelo que no funcionan, las variables que hacen que interioricemos conductas no son las que más promueven la educación. Estamos plagados de intervenciones teóricas que no cambian la conducta de las personas. En cierto modo, hemos confundido la educación alimentaria y hemos pensado que había que tratarla a golpe de charlas.

Y no nos planteábamos otro tipo de intervenciones, dinámicas o proyectos y cambios de ambiente, cambios en el propio comedor escolar, cambios en casa, en el centro, involucrar en casa a los chavales... Es lo que hacemos en los Scouts, es educación no formal orientada por adultos pero llevada a cabo por los chavales.

También es valorable la eduacción entre iguales, es un efecto contagio. Algunos chavales pueden contagiar para bien la aceptación de alimentos y otros al revés, generar rechazo. Y si en un comedor escolar vas a introducir un plato polémico, sírvelo primero a los que mayor aceptación suelen tener y después a los más exquisitos. 

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