On Off es una sección de vídeo realizada por el Área de Intercambios de TVE. En este departamento visionamos, controlamos, oímos y advertimos al resto de la redacción de todo lo que pasa en el mundo.
Las coreografías con medición milimétrica son la especialidad asiática, pero tienen un valor añadido cuando los que las llevan a cabo son discapacitados auditivos, visuales, etc. El ballet que coreografía Zhang Jigang lo compone gente de unos 18 años llegados de todas partes de China, muchos de ellos abandonados al poco de nacer por ser como son, es decir, "poco habituales". Todos ellos han disfrutado recientemente del estreno de su último trabajo en el Teatro Nacional de Pekín, una narración en torno a la vida de la Diosa de la Misericordia "Kuyana", según el budismo.
La versión corta de este espectáculo de 8 minutos de duración fue originalmente diseñada para la ceremonia de cierre de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín en 2004 pero desde entonces no ha parado de viajar y crecer. Y es que su coreógrafo Zhang Jigang, que ahora es Mayor General del Ejército Popular de Liberación Chino, es especialista en este tipo de actuaciones porque también ha dirigido junto al director de cine, Zhang Yimou, las galas de apertura y cierre de Pekín 2008.
La compañía ya visitó Madrid en 2007 con la versión primigenia. 72 bailarines con 2.000 kilos de equipaje desembarcaron en el Palacio de Deportes de la capital en una actuación benéfica que demostró el coraje que tienen un director de orquesta con síndrome de Down, un grupo de bailarines sordos o ciegos u otros que normalmente usan una silla de ruedas para desplazarse. En ese mismo año esta compañía fundada en 1987, la "China Disabled Peoples Performing Art Troupe", fue galardonada con el premio de la UNESCO como artista de la Paz.
Afortunadamente es cada vez más frecuente ver compañías de discapacitados que, juzgados por su trabajo lejos del prisma de la condescendencia, participan en festivales de tanta repercusión a nivel nacional como Madrid en Danza, enriqueciendo con sus poco habituales movivimientos el arte de la danza.
Algunos no pueden escucharlo pero todos pueden sentirlo; desde aquí mi aplauso.
Vivir como un rey no es sólo cosa de humanos. En Japón tratan a los caballos de carreras como si fuera auténticas estrellas de fútbol. Tras una larga y dura temporada, los cuadrúpedo cansados y lesionados disfrutan de placeres al alcance de unos pocos.
Casi en el extremo sur de la isla de Hokkaido -la segunda en extensión de Japón-, en la ciudad de Hakodate, los équidos más afortunados de la tierra se relajan entre baños termales. Allí, en el denominado Hakodate Racecourse, estos animales disfrutan de sesiones de Spa con agua mineral a 40º C durante cinco minutos, además de duchas, también de agua caliente, en sus fatigadas espaldas, entre otras ostentaciones que hacen las envidias del reino animal.
Aseguran los creadores que, al igual que a los seres humanos, los chorros de agua termal provocan en los caballos efectos relajantes y terapéuticos y además mejoran la circulación sanguínea. Habrá que estar atentos a sus resultados en las siguientes carreras...
Los triunfos de la selección española de fútbol, las múltiples victorias de Rafa Nadal o el "triplete" español en el Mundial de Motociclismo, son algunos de los éxitos que cosecha el deporte español en los últimos tiempos y que todos nosotros conocemos. Sin embargo, no deja de sorprenderme cuando veo estas imágenes, que no sepamos nada de personajes como Cástor Fantoba, un navarro de 45 años que el pasado fin de semana se proclamó vencedor del campeonato acrobático Desert Challenge celebrado en Abu Dabi como parte de la novena edición del Al Ain Air Show.
Ni mucho menos quiero hacer con todo esto una crítica sobre los intereses que hay en promocionar los deportes mayoritarios... y las audiencias... pero el actual campeón de la Copa Triangular y subcampeón europeo de acrobacia está considerado en este "mundillo" como uno de los mejores del mundo.
Lo peor viene cuando hay que descifrar en estas imágenes quién es Cástor Fantoba. Después de numerosas búsquedas por la red, creo, pero no lo puedo asegurar, que es el que vuela en el "avioncito" de color rojo. El problema es que hay varios de este color... Pero lo peor, lo peor de todo con diferencia, es darse cuenta, cuando una cree estar acabando este texto, que la tercera plaza fue para Juan Velarde, el actual campeón de España...
Tanto para la pintura como para la escultura, de los tradicionales bodegones a los llamativos lienzos de Giuseppe Arcimboldo, la fruta siempre ha sido una fuente de inspiración; en este caso, el artista camboyano Yoshihiro Okada riza el rizo. Este clérigo de Sampor ha revolucionado la manera de comerse una mandarina, y miles de niños y jóvenes han aprendido a exprimir todo lo que hay en este pequeño cítrico.
Okada afirma que este arte nació de casualidad, ya que simplemente su curiosidad se despertó tras comer una mandarina y observar que la monda de la fruta tenía semejanzas con la silueta de un escorpión. Dos semanas de lucha constante con el secreto de cómo pelar la mandarina para conseguir las figuras deseadas dieron como fruto un caballo, un mono, una estrella de mar, un oso, un dinosaurio y una grulla.
Pero para él, ni estos resultados ni la admiración de su mujer y sus tres hijos fue suficiente. Cinco años y 200 kilos de mandarinas después, el monje contaba hasta 70 diseños diferentes entre sus obras. Ahora sí estaba listo para presentar su obra al mundo.
Mientras que muchos critican su trabajo, él destaca que ni un trozo de monda es eliminado o añadido en cada silueta: una criatura por mandarina, ese es su lema. Cuestionable o no, lo que está claro es que este arte es tremendamente barato y lo puede hacer uno mismo; además, a diferencia de la papiroflexia, siempre podrás disfrutar de un dulce (o ácido, según los gustos) gajo de mandarina tras terminar el trabajo.
"El pueblo kirguiz nació con el caballo, creció con el caballo y es por eso por lo que disfrutamos con juegos de caballos" explica Nurbek Baltabaev, un granjero aficionado al Ulak Tartish, un deporte tradicional de su país natal, Kirguistán. Nurberk desafía las gélidas temperaturas invernales de la estepa para contemplar desde un graderío como unos cuantos jugadores a caballo luchan por conseguir la victoria en un juego que, a simple vista, resulta parecido al polo.
Este deporte es una de las señas de identidad de este pueblo, un pueblo que ha estado al borde de la extinción unas cuantas veces y que, de hecho, no es muy numeroso hoy en día: se estima que lo forman unos cuatros millones de personas residentes, en su mayoría, en Kirguistán. Sin embargo, es un pueblo fiel a sus raíces nómadas y a su historia; es un pueblo que quiere mantener viva su idiosincrasia. Símbolo de ella es el caballo, al que adoran: beben leche de yegua, aprovechan sus cabellos para fabricar instrumentos musicales, ha servido transporte y con él juegan a este deporte tradicional y a otros tantos.
Pero si el Ulak Tartish tenía algún parecido con el polo, éste acaba con los jugadores montando a caballo, porque tiene una característica muy macabra. El ritual de juego incluye la decapitación de una cabra, a la que después se le amputan las extremidades. A continuación es vaciada de sus vísceras, que se sustituyen por arena, formando una pelota de 45 kilogramos que será disputada por los jugadores con el fin último de marcar gol en el centro del campo.
Viendo como los jugadores lanzan el cuerpo inerte y profanado del rumiante parece evidente que en este paraje remoto no tienen ni validez ni consideración algunas los largos y agrios debates que sacuden otras sociedades en lo tocante al respeto de los derechos de los animales y la tradición cultural, un debate que en España conocemos muy bien. Al amparo de estas tradiciones parecen justificarse torturas y muertes de animales sin otro fin que la pura recreación humana; prácticas de sobra rechazadas por todos aquellos que piensan que si el animal tiene capacidad de sufrimiento, ha de tener derechos que le protejan de la mala acción del hombre.
No deja de sorprender que en esta misma esfera kirguistaní se dote de alma a la cabra, que se bendiga justo antes de ser ejecutada y que, además, se justifique la amputación de sus extremidades para que su espíritu sea liberado. Una paradoja que quizás sirva para restaurar una ligera conciencia de que se está privando de vida a un ser, al igual que los primitivos cazadores rendían culto a los animales cazados a modo de petición de perdón por su crimen.
"Bismillah" (En nombre de Dios), es lo último que oye la cabra antes de ser degollada. "Bismillah", el pitido del silbato que da comienzo a un juego manchado de sangre. Un juego que se repite semana tras semana, durante todo el año; venerado y respetado como símbolo de un pueblo, como deporte necesario para la conservación de una identidad que ha de resistir el envite de potenciales colonizadores y elementos subversivos. Y entre tanto, el eco de la pregunta, siempre necesaria: ¿acaso la sangre es inevitable? "La tradición nunca desaparecerá porque es el juego propio del pueblo kirguiz", opina el granjero Nurberk.
Pero, ¿por qué iba a desaparecer? El Ulak Tartish tiene un primo hermano en Argentina. Se trata de un deporte tradicional llamado Pato, que data del siglo XVII. Entonces, jugadores a caballo se disputaban un pato vivo. El juego ha resistido los ataques de la Iglesia Católica y de las autoridades políticas, que incluso llegaron a prohibirlo (aclaro, sin embargo, que la cruel muerte del pato poco tuvo que ver con la animadversión oficial) y hoy sigue vivo, pero con una diferencia: una bola con asas ha sustituido al ave.
A los que nos seguís, quizá os extrañe no haber visto este OnOff en TV. La razón es que los detalles aportados por el rótulo nos parecían insuficientes para entender qué está ocurriendo. Por otra parte, no pretendíamos herir sensibilidades, aunque no ha sido fácil mostrar sin enseñar; insinuar la muerte de un animal sin caer en una exhibición de atrocidades y, a la vez, no menoscabar la crudeza del contenido. Eran tantas las reflexiones que inspiraba que no queríamos dejar de compartirlo.
La saga del mago más famoso del mundo, Harry Potter, llega a su fin pero su estela ya ha dejado varios destellos sembrados por el mundo. Uno de ellos se encuentra en Kramatorsk, en la región de Donetsk , Ucrania. Allí un inquietante maestro ha decido abrir una escuela donde sus alumnos aprenderán a desarrollar aptitudes extraordinarias.
Los profesores del centro afirman que sus métodos de enseñanza no tienen nada de anormal y que no están basados en técnicas ocultas ni brujería. Eso es lo que afirman ellos, pero cuando uno entra en una de las clases de esta Hogwards ucraniana y se encuentra a todos los alumnos con los ojos vendados intentando descifrar colores, líquidos o números, le entran las dudas o al menos se lo replantea.
Uno de sus alumnos explica entusiasmado la facilidad con la que sabe diferenciar los colores. "Cuando paso la mano por encima del rojo me siento arrastrado por su calidez. Pero cuando el color que toco es el violeta todo resulta frío". Otras niñas discuten animadamente cuál es la mejor técnica para hacer bien los cálculos numéricos mientras otro compañero se hace un peeling manual intentando acertar el hirviente líquido que tiene bajo sus manos
Las autoridades de la zona están entusiasmadas. Afirman que es una buena manera de que los niños ocupen su tiempo libre y desarrollen unas habilidades hasta entonces desconocidas. Aunque tal vez el entusiasmo reside en los shows gratuitos que los alumnos ofrecen una vez han descubierto que hay un Harry Potter o una Hermione en su interior, y la curiosidad que esto puede despertar.
Pero si hablamos de curiosidad, yo me pregunto; si estos niños son considerados por su director como psicólogos, que no adivinos, ¿se dedicarán en un futuro a la psicología? Y si es así, ¿cómo solucionarán los problemas de sus futuros pacientes: envolviéndoles en láminas de colores o tirándoles una taza en la cara esperando alguna reacción aclaratoria? Son demasiadas preguntas que espero, algún día puedan responderme estos potterianos estudiantes
Casi tres años después de que una sacudida de 7,9 en la escala de Richter convirtiese al condado de Beichuan en un infierno, los habitantes de esta región han encontrado en el bambú una materia prima con la que hacer frente a la reconstrucción y la recuperación económica.
Allí, cerca de 6.000 personas viven ahora del acero verde, tal y como se conoce a esta planta en Asia, donde se emplea para la construcción de vallas, muebles, esterillas, papel, casas de pequeñas dimensiones, o incluso ropa interior.
Pero los tiempos están cambiando. Los agricultores, acostumbrados a la presencia de esta planta en los bosques cercanos, no se preocupan de la plantación del bambú, por lo que la Unión Europea (UE) y la Red Internacional del Bambú y Ratán (INBAR) están desarrollando proyectos para una producción sostenible y la creación de factorías locales que optimicen el uso de este bien natural.
De momento, las pequeñas empresas despegan poco a poco, aunque reconocen que lo más complicado es la publicidad y la entrada de este sector en un mercado tan competitivo y diversificado. En cualquier caso, hay que admirar la manera tan 'sostenible' con la que estas personas se han puesto en pie tras haber vivido el terremoto más devastador que ha sufrido China en tres décadas.
Siguiendo con la tónica de ayer y para rematar el tema "Egipto" hoy os traemos la batalla campal que se inició en la plaza de la Liberación de El Cairo y que posteriormente se extendió a otras calles de la ciudad. Las nubes de piedras cayendo sobre el contrario, han sido unas de las imágenes más impactantes de estas revueltas.
Hoy, la plaza de Tahrir de El Cairo va recuperando poco a poco la normalidad, si por normal entendemos tener apostados tanques en el centro y zonas aledañas. La que fuera el centro de las protestas populares que han conseguido derrocar a Hosni Mubarak, durante semanas ha estado repleta de manifestantes que pedían su marcha. Y lo que empezó siendo una acción tranquila y espontánea, acabó por enfrentar a partidarios y opositores del régimen egipcio. Miles de manifestantes se enzarzaron unos contra otros, y aunque separados por frágiles barreras de seguridad, se lanzaron piedras, palos y todo lo que fuera susceptible de ser arrojado al que estaba al otro lado.
Muchos manifestantes resultaron heridos de consideración por los impactos de las piedras, los apuñalamientos o los disparos de arma de fuego. De acuerdo con Human Rights Watch el número de muertos asciende a 297 tras las casi tres semanas de protestas, aunque las autoridades no han confirmado oficialmente esta cifra; se calcula que al menos mil o más resultaron heridos.
Al final los manifestantes contrarios a Mubarak han logrado poner la balanza de su lado, haciendo que el presidente deje el gobierno en manos de la autoridad militar. La lluvia de piedras de entonces dio paso a los flashes de las cámaras de fotos y a los fuegos artificiales, que festejaron la marcha del ya ex presidente. Ahora sólo queda esperar que la situación se normalice, y valga de algo la lucha de aquellos que lo dieron todo por defender el ideal democrático en el país de las pirámides.
La semana pasada empezábamos con Egipto. Esta también. Hoy os traemos una imagen que llamó mucho la atención de todos por lo inusual que era y es que no fue hasta hace muy poco que se reabrieron al público las pirámides de Guiza, cerradas días antes por las revueltas populares que obligaron (después de 20 días de protestas) a dimitir al presidente egipcio Hosni Mubarak.
Las pirámides han sido testigos durante miles de años de faraones y ejércitos que han pensando que su poder era eterno. Pero esta vez, ante la colosal sombra de su esfinge, el rais se ha visto obligado a dejar el poder, acosado por un pueblo que, con un impresionante poder anónimo, ha logrado acabar con 30 años de gobierno del hasta ahora considerado último "faraón".
Cerca de un millón de turistas abandonaron el país durante los 9 primeros días de las protestas, empeorando si cabe aun más la grave crisis económica que sufre Egipto, cuya fuente principal de ingresos es el turismo. Durante esos días, aquellos que no se fueron se encontraron las pirámides cerradas, los bazares vacíos, y algún que otro camello despistado que sirvió al menos para que se llevasen un recuerdo en forma de fotografía. A pesar de que la zona ya está abierta al público, la paralización general en la que se encuentra sumido el país parece indicar que tardarán un tiempo en llegar nuevos viajeros a las orillas del Nilo.
Los gritos de júbilo que se han escuchado durante este fin de semana en la cairota plaza de Tahrir, epicentro de las protestas, llegan calladamente en forma de susurros hasta los pies de unas pirámides que se han convertido en escribas de la historia de un país, considerado en su día la cuna de la civilización.
On Off es una sección de vídeo realizada por el Área de Intercambios de TVE. En este departamento visionamos, controlamos, oímos y advertimos al resto de la redacción de todo lo que pasa en el mundo.