20 posts de abril 2012

Un anzuelo para Obama

Días antes de la celebración de la VI Cumbre de las Américas en Cartagena, el exalcalde de la localidad de Turbaco, Silvio Carrasquilla, anunció a bombo y platillo que tenía un pequeño burro preparado para el presidente Obama. El objetivo era simple, que el mandatario mordiese el anzuelo y visitase la localidad para recoger el regalo.

Para conseguirlo, Carrasquilla no dudo en poner en marcha todo un despliegue mediático. Banderas estadounidenses en los balcones, retratos de Barack Obama, una pequeña sala oval, y por supuesto, un obsequio de bienvenida. Se trata de "demo", nombre con el que fue bautizado el burro por ser la abreviatura de "Demócrata", el partido de Obama , que curiosamente tiene como símbolo a este animal.

Con un sombrero con los colores de la bandera estadounidense, "Demo" recorrió las calles de la ciudad en un desfile multitudinario con la esperanza de que la imagen traspasase las fronteras del país y llegasen a la Casa Blanca. Tanta admiración por un mandatario no tendría sentido si Turbaco no fuese una localidad donde muchos de sus ciudadanos son de origen Africano, quienes han visto en la elección de Obama una esperanza para el futuro.

A pesar de todo, Carrasquilla no logró el fin deseado… o al menos no del todo... El presidente estadounidense envió pocos días después una carta, escrita con su puño y letra, agradeciéndole su aprecio y admiración.

María Jesús Vigo.

De almuerzo a la discoteca

Seguramente en más de alguna ocasión hayas terminado con tus compañeros de trabajo en una discoteca, pero ¿te imaginas ir a la hora de la comida a bailar mientras comes algo?

Este es el nuevo concepto que ha nacido en la capital sueca. Ni es de noche, ni hay alcohol, pero sin embargo Lunch Beat no se diferencia en aparencia de ningún club nocturno. A ritmo de música tecno, los asistentes no paran de moverse  en la pista  mientras comen algún que otro sándwich. Hay que aprovechar ya que la sesión dura solo una hora.

La historia de Lunch Beat comenzó en junio de 2010, cuando un grupo de personas organizó por primera vez la fiesta en un párking subterráneo en el centro de Estocolmo. A la cita tan sólo acudieron 14 personas, pero el evento no paró de crecer, y hoy aglutina cada mes a más de 500 asistentes en la sala holmiense de Kulturhuset. Además, la fiesta también se organiza en otras 10 ciudades de Suecia, así como en otros ciudades europeas como Tampere, Belgrado, u Oporto.

Pero la iniciativa va más allá de un simple hora de baile desfrenado mientras comes. Los organizadores han creado un fondo solidario para poder invertir en nuevas fiestas, con la intención de ir expandiéndose por todo el globo. Hamburgo, Berlín o Manchester albergarán esta fiesta, ideal para desahogarse. Si estás interesado en acudir a una "Lunch beat" o incluso organizarla en tu ciudad, encontrarás más información en Lunch Beat.

Javier Olano

Primavera en el sol naciente

Grandes reservas de sake, bolsas llenas de cerveza, sushi, una manta y por supuesto, las flores. Tokio se llena estos días de centenares de ciudadanos que se reúnen con amigos, familiares o compañeros de trabajo para celebrar el sakura, florecimiento de los cerezos, conocido popularmente como Hanami, una fiesta que durante mucho tiempo fue un privilegio exclusivo para la nobleza. Existen varias versiones sobre su origen: adoraciones para proteger y agradecer las cosechas o contemplación de las flores para el cultivo del alma (Hana: flor. Mi: contemplar), hasta llegar al presente, en el que se ha convertido en una de las fiestas más populares y esperadas por parte de los japoneses.

En Japón existen más de cien variedades de cerezos y la brevedad de su florecimiento, unas dos semanas, hace que los ciudadanos estén atentos a las predicciones meteorológicas para saber cuando tendrá lugar este bello espectáculo. Incluso existen espacios de televisión dedicados únicamente y exclusivamente a este acontecimiento que también sirve para atraer anualmente a miles de turistas.

En el corto periodo que dura el hanami, los parques se llenan de puestos de comida ambulantes y se decoran con farolillos y focos que alumbran los árboles para que ni de noche se deje de admirar la evolución cromática de una fiesta en honor de la belleza efímera. Este año estos puestos han sido habilitados para artesanos de las prefacturas más afectadas por el terremoto y tsunami del año pasado, con lo que no solo se ha querido ayudar, también se ha querido celebrar la recuperación de la normalidad.

Desierto olímpico

Los Juegos Olímpicos de Pekín superaron las expectativas con un despliegue fastuoso. Sin embargo, cuatro años después todo aquel color de la inauguración tiende más a blanco y negro.

Las olimpiadas son siempre sinónimo de prosperidad y hoy cientos de personas siguen disfrutando de las redes de comunicación implementadas o construidas para la ocasión. Pero no es menos verdad que hay muchos edificios que ahora solo ven pasar el tiempo y que se alimentan de las arcas públicas sin otro provecho que el de ser el recuerdo de lo que fueron.

Es fácil traer a la memoria el estadio con forma de nido y también el cubo para los deportes acuáticos. Son tan simbólicos que en 2011 los visitaron 4,61 millones de personas. Afortunadamente los dos edificios han sido aprovechados: el nido para competiciones deportivas y eventos culturales y el cubo es un parque acuático abierto al público. A pesar de ello no son tan rentables como pudiera parecer, el primero, al ritmo actual, tardaría tres décadas en recuperar la inversión y, al parecer, el segundo cambia el agua de su interior todos los días con el derroche que supone. Pero si queda algo que sin duda no es rentable es el campo de beisbol que hoy es simplemente una llanura cubierta de maleza en medio de una zona residencial cercana a varios centros comerciales.

Los expertos creen que los gestores del proyecto olímpico no supieron ver su potencial a largo plazo porque de haber sido así estos hubieran experimentado un desarrollo mucho más sostenible. En general, pocos centros deportivos construidos ex proceso para las Olimpiadas han sabido reinventarse para no generar pérdidas.

Los grandes eventos necistan grandes superficies que se llenan con construcciones de magnitudes imposibles que quedan como testigos de lo efímero de la fama. Precisamente hace 20 años que se inauguró la Expo de Sevilla de 1992. En el telediario hemos contado como está ahora. Podéis verlo en el Telediario Matinal del día 20 de abril de 2012 (minuto 22:23).

Luis Jiménez

La ley no tiene límites

Un coche patrulla circula por la carretera de Maryland cuando los agentes se percatan de la existencia de un turismo con un diseño poco habitual y sin matrícula. Deciden pararlo para identificar tanto a su conductor como al vehículo. Cuál es su sorpresa cuando aparece ante ellos el mismísimo Batman quien, como buen agente de la ley, saluda a sus colegas y rápidamente les muestra los papeles. Esta vez ha tenido suerte, no hay multa.

La realidad es que tanto Batman como los policías son viejos amigos, y no por un tema profesional, sino porque su Lamborghini con un murciélago pintado en la parte trasera es de sobra conocido por todos los agentes de la zona. Leonard Robinson es un filántropo y millonario de Maryland que dedica su tiempo libre a visitar a niños enfermos en hospitales. Y qué mejor forma de hacerlo que vestido como el "caballero oscuro" y a bordo de su "batmovil".

María Jesús Vigo.

Herramientas para cultivar el futuro

"El Gobierno de Sudán del Sur es un enemigo y todas las agencias estatales sudanesas deben tratarlo como tal". Esta era la última declaración realizada por el Parlamento de Sudán, en un día que podía ser decisivo en las relaciones entre ambos países.

Un conflicto desgraciadamente basado en una cifra: 550.000 barriles de petróleo diarios. El deseado y odiado oro negro, causante de tantas disputas, guerras, crisis económicas y riqueza, puede que vuelva a ser el detonante de una tensión acumulada desde la independencia de Sudán del Sur hace ahora un año.

La disputa por el trazado de las fronteras y fundamentalmente por el control de la producción petrolífera de la región ha provocado, de momento, el desplazamiento de miles de personas, procedentes en su mayoría de la región de Agok, hacia Sudán del Sur.

Familias enteras que han tenido que abandonar sus casas y su ganado mientras dejaban atrás a sus familiares y amigos fallecidos a manos de las tropas de uno y otro bando. Han tenido que renunciar a su tierra, a su medio de vida, en el que el petróleo no desempeña ningún papel.

El miedo a un futuro incierto en una tierra desconocida es la fotografía que describe los campos de refugiados de Sudán del Sur. De momento, la Cruz Roja ha repartido más de 1200 herramientas y semillas para que los desplazados puedan comenzar a labrar unas tierras cedidas por las comunidades locales. Son herramientas para cultivar su futuro.

Un futuro que, se espera, sea de cooperación y diálogo en el que los recursos naturales de ambos países se exploten con la racionalidad debida y en beneficio de su población.

Ana Santamaría.

"Danza de la muerte" (Dansa dels morts)

Todos los Jueves Santo por la noche se repite la misma escena en Verges, Girona: cinco esqueletos saltan siguiendo una danza circular marcada por el ritmo de los tambores. El silencio y los flashes de las cámaras de los vecinos y turistas son los otros acompañantes de la conocida como 'Danza de la muerte' (Dansa dels morts) donde se anuncia que ha llegado la hora final.

A los esqueletos les acompaña un séquito vestido con túnicas negras que portan unas velas que ayudan a ambientar esta oscura danza que recupera una tradición medieval y cuyo mensaje es la igualdad de todos los seres ante el juicio final.

Declarada de Interés Nacional, la danza se desarrolla primero en la plaza del pueblo, el escenario real de las murallas y torres de fortificación medievales, y finaliza con la llegada del cortejo fúnebre a la iglesia.

La rompida de Calanda

La Semana Santa dibuja en España un paisaje pintoresco conformado por colores variopintos que se confunden con la gran variedad de formas de celebrar la Pasión de Cristo. La sobriedad y el silencio de Castilla entroncan con el folclore del sur, donde la Semana Santa suena a saeta y a lágrimas.

En Aragón esta festividad suena a redoble de tambor. Desde el siglo XVI el ruido que causan las tamborradas del bajo Aragón claman el dolor por la muerte de Jesús, al que acompañan en la procesión del Santo Entierro en municipios como Híjar. Cada noche de Jueves Santo los vecinos, vestidos de riguroso luto, lucen sus tambores de piel de cabrito o ternero, los que hacen doblar a la par durante las veinticuatro horas siguientes, que simbolizan el tiempo que Jesús estuvo muerto.

La rompida de Calanda, otro municipio del bajo Aragón, comienza a las 12 de la mañana del Viernes Santo, y en esta ocasión el color predominante es el morado púrpura. El mismo ruido ensordecedor que se extiende durante veintiséis horas, hace retumbar los muros de este municipio, al mismo compás al que se derrama la sangre de las manos de los músicos provocada por el incansable golpear del tambor.

Esta magnífica tradición pone de manifiesto la intensidad con la que viven los habitantes de esta región la Semana Santa, a pesar de que no abra los Telediarios en los que el ojo del espectador está acostumbrado ya a ver a la Virgen de la Macarena de Sevilla.

Ana Santamaría Justo.

Una hora a oscuras para salvar el planeta

En el año 2007 el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) apagó las luces de la Ópera de Sidney durante una hora para llamar la atención del (mal)trato al que sometemos al planeta. Los australianos se unieron a la buena causa y también sumieron sus casas en la oscuridad por 60 minutos. Se trataba de una iniciativa local, algo que no se iba a volver a repetir, pero la repercusión internacional del evento lo ha transformado en una cita anual que se extiende por todo el mundo.

La Torre Eiffel, la Sagrada Familia, la Torre de Pisa o la Gran Muralla China son solo un pequeño ejemplo de importantes monumentos que, desde entonces, dejan de brillar bajo los focos durante una hora al año. Construcciones más modestas, como pueden ser sus casas o la mía, deciden acompañarles en esta hora de luto lumínico por el planeta.

El pasado 31 de marzo unos 1.800 millones de personas de 6.500 ciudades situadas en 147 países diferentes  apagaron la luz para encender el planeta en un símbolo entrañable pero que, por si solo, se queda corto. Estamos seguros de que la Tierra sonríe ante este grito oscuro de apoyo moral, pero también lo estamos de que no es suficiente. Todos conocemos los pequeños gestos que ahorran energía; el primer paso ha sido apagar la luz, de nosotros depende que no sea el último.

Beatriz Esparcia

Recuerdos del tsunami

El tsunami que el 11 de marzo del 2011 provocó la muerte de 15,845 personas y millares de desaparecidos, heridos y damnificados a lo largo de 18 prefecturas de Japón, fue también el mayor accidente nuclear sin resolver después de Chernóbil. Un año después, miles de personas siguen sin poder regresar a sus casas o enterrar a sus familiares.

La misma agua que se llevó a sus seres queridos y gran parte de sus propias vidas es en la que se sumerge ahora el fotógrafo Yasuaki Kaki. Ya lo hizo un mes después del desastre, y el fértil paisaje de la región de Iwake que él recordaba no estaba allí: los restos del desastre copaban el fondo submarino.

Semejante visión le pareció deprimente, pero luego pensó que esa situación significaba que la vida regresaría, que los recuerdos barridos por el tsunami se convertirían en los hogares  de las especies marinas.

Así, del mismo modo que los peces saben que se puede regresar tras la tormenta, muchos deberíamos aprender que son los recuerdos y las historias las que perdurarán en las generaciones futuras, no los objetos.

Miguel F. V. F.

OnOff


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