Con el perro a cuestas
Axel no es un perro cualquiera. Este labrador de cinco años trabaja cada día para ganarse el pan. Bueno, en realidad sólo acompaña a su amo al trabajo desde que tenía siete semanas. Es tanto el cariño que le tiene su dueño, Richard Haughton, que se lo lleva con el allá donde va, incluso al trabajo.
Haughton se dedica a reparar los típicos tejados de paja que se ven en los pueblos ingleses mientras que Axel parece vigilar a su amo, por si se le olvida poner algún clavo o necesita que le ayude con el bocata durante el descanso.
Su dueño explica que encontró al animal con sólo seis semanas y pensó en llevarlo a un centro para animales abandonados, pero en el último momento decidió quedarse con él y no dudó en convertirlo en su nuevo compañero de trabajo.
Y la idea no es mala, que todos sabemos lo duros que son los lunes, así que si nuestro mejor amigo nos hace compañía durante la jornada laboral, todo es más llevadero. Ahora bien, en lugar de irse de cañas después de trabajar, se lo llevará de paseo, que es una práctica más sana.
Cristina Cebrián
Miko dijo
Humanizar a los perros, (de paso hagan de peón) llevarlos a peluquerías caninas, concursos de belleza, comida gourmet, abrigos y chubasqueros son algunos ejemplos. Otra opción es hacer perrerías a los humanos.
24 may 2012