Tunick rinde homenaje a la ópera
Estaba amaneciendo y la temperatura no superaba los trece grados, cuando una marea roja inundó la avenida de Ludwigstrassen, en el centro de Münich. Se trataba de cientos de voluntarios desnudos, con sus cuerpos cubiertos de pintura roja. que escenificaban una llama en alusión al emblemático inframundo de Richard Wagner, "el hogar del nibelungo". Era el comienzo de una serie de escenificaciones con las que el fotógrafo Spencer Tunick pretendía rendir homenaje a la tetralogía del compositor alemán, centrada en las luchas entre dioses, héroes y criaturas mitológicas en torno a un anillo mágico que otorga el poder sobre el mundo entero.
Megáfono en mano, Tunick dirigó a los 1.700 voluntarios, unos pintados de rojo y otros de oro, hacia la Max-Joseph Platz, donde alrededor del monumento a Maximiliano I representaron el objeto principal de la famosa ópera, el anillo.
Tunick lleva desde 1992 retratando a numerosos grupos de personas desnudos. En Münich, el fotógrafo se mostraba confiado en que la gente vea sus obras y entienda "que hoy el cuerpo esta superando la dura censura a la que estaba sometido".
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