No se llama exactamente así. Pero por ese lado se lo han tomado los moscovitas.
Lo puso en práctica hace unos días el alcalde de la ciudad, Yuri Lushkov. Lo empezó llamando el banco de la reconciliaciación. Era para que las parejas en dificultades se sentaran allí, se contaan sus cuitas, y se arreglaran. O, no.
El caso es que ha tenido éxito. Pero no entre las parejas baqueteadas por las circunstancias, sino entre los recién casados. Todas las parejas de nuevos matrimonios quieren una foto allí. Tal vez, la idea del alcalde, modificada por la cero kilómetros costumbre, haya tenido éxito.
Me explico. Uno de los problems más graves que sufre Rusia es el de la despoblación. Como Castilla y León, por poner un ejemplo cercano.
Aquí se mueren cada año batantes más de los que nacen. Hay que animar a la procreación. Lo hacen de muchos modos (ya les contaré otro día), y nada mejor que incitar a las jóvenes parejas a que enseguida tengan su primer hijo.
Así que, en cuanto termina la cermonia, una de las fotos obligadas hoy en día es en el famoso banco de Lushkov, un personaje del que les prometo hablar en breve. Bueno, si las vacaciones me lo permiten.
El banco, como pueden ver es de lo más kitsch. Creo yo. Una foto en el banco vista dentro de unos añitos dará para salir corriendo. Pero esto es Rusia. Y, junto al famoso banco, han puesto unos árboles metálicos para que los recién casados fijen allí un candado. Es un símbolo de su amor eterno... de momento. Quizá sea un poco cínico este comentario. Pero, como dice un tango, la experiencia demuestra que nada dura eternamente. Qué más quisiéramos.
Recuerdo que hace unos cuantos años, los chavales que se licenciaban de la mili ataban los candados de sus taquillas en lugares singulares de las ciudades donde habían perdido un año de su vida. Creo que en San Sebastián lo hacían en un puente sobre el Urumea.
Qué diferentes son las cosas en Rusia y en España! Aquí los candados se usan para atar el amor, y en España se hacía para celebrar la vuelta a la vida civil. Aunque algunos no tuvieran mucho que celebrar. Hablo desde mi experiencia y sólo yo soy responsable de loque escribo y digo. Pero estoy seguro que algunos de ustedes estarán de acuerdo conmigo. ¿O, no?
PD. Mi teclado no tiene el signo inicial de admiración. Por eso no he podido ponerlo. Cuido mucho el resultado final de estos comentarios. No quiero equívocos.