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Contra la gripe agua helada

Haga frío o mucho frío, Evguenia empieza el día con el mismo ritual. Se echa por la cabeza dos cubos de agua helada. Y en el pueblo de Evguenia frecuentemente hace mucho frío. Vive en la región de Chelabianks, en la zona de los Urales donde los 10 y los 20 bajo cero son moneda corriente.

Para Evguenia no es ningún incoveniente. Sale de su casa semidesnuda, se vuelca sus dos cubos y se da un paseito por la nieve. Descalza, naturalmente. Luego entra en la cocina y se toma un té caliente con unas hierbas que ella misma prepara. Dice que es un remedio infalible contra los catarros y las gripes. Antes tenía problemas de garganta cada dos por tres, pero desde que empezó con sus baños helados, ni un resfriado.

Y Eveguenia no es una jovencita precisamente. Ha cumplido los 70. Tiene dos hijos y cinco nietos. Pero ninguno la acompaña. Ni siquiera su marido Nikolai. Dice que le impresiona ver como sale vapor del cuerpo de su mujer cuando se vuelca el agua helada. Le da miedo. Así que se limita a mirar. También le prepara los dos cubos, que en esta época del año tienen una capa de hielo que hay que romper antes del baño.

Evguenia lleva 17 años con su particular frigoterapia y su esperanza que su bisnieta le acompañe todos los días con sus cubos de gau helada por la nieve.

2 Comentarios


Donde vivo, con hielo y con nieve no (porque, dicho sea de paso, ha hecho dos nevaditas de nada y no se podría hacer como en el caso de esta mujer) , pero una conocida -sea invierno o verano- se ducha y se lava el pelo, incluso, con agua fría, fría y tampoco coge gripes o se acatarra. Y por lo visto es como deberíamos hacer todos.
Una vez leí que la manera de hacer lo de las duchas es: en invierno con agua fría, para que luego la diferencia con la temperatura del exterior no la notemos tanto, además de para reforzar el organismo; y en verano, con caliente para no sentir tanto el calor cuando aprieta. Yo lo hago con templada todo el año y, a veces, me animo a pasarme luego la fría, por lo de activar la circulación, pero en invierno no es muy agradable el cambio, la verdad.

Carlos, es la primera vez que entro a tu blog y he estado leyendo algunas de tus narraciones sobre ese interesante pais.
Mi abuelo se duchaba a las seis a.m. con agua helada fuera invierno o verano. Decia que eso templaba sus nervios, le revitalizaba el alma y le hacia mas fuerte. Y era cierto, pues a su edad era un hombre muy sano y generaba una paz y tranquilidad que ya quisiera para mi.
Hoy en dia estamos tan acostumbrados a la comodidad que cualquier cambio nos saca de nuestros esquemas y empezamos a quejarnos de todo y de nada.
Posiblemente en el llamado "primer mundo", necesitamos sufrir un poco, no solo para apreciar lo que tenemos, sino para hacernos menos pusilanimes ante los retos de la vida.
Un saludo.

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Carlos Salvador


Creo que llego con retraso. Es algo que me pasa con frecuencia. Creo que debía haber explicado el título del blog al inicio. Pero, bueno, más vale tarde que...
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