Nunca olvidaré a aquel "poli"
No, no era un bulo, una leyenda urbana. Es verdad. Me lo habían contado, pero no lo podía creer.
Sucedió este domingo por la tarde, noche cerrada en Moscú. Nevaba con las ganas del debutante y, para volver a casa, necesitaba un taxi.
Como ya saben, en esta ciudad taxis oficiales apenas hay. Lo normal es ponerse al borde la calzada, extender la mano y esperar que para algún coche. Se negocia el precio del trayecto y ya está. A veces, paran conductores que no saben como ir al destino elegido y tienes que ir dándoles instrucciones.
Volvamos a la historia. Allí estaba yo congelándome y con la mano más triste que la cara de mi buen amigo Daniel después de ver ganar al Barça en Abu Dabhi su sexto título consecutivo. No paraba nadie, hasta que, surgido de la nieve se acercó hasta mí un coche patrulla de la Policía. Un BMW de gama alta.
Al principio pensé en una nueva experiencia. En los más de tres años que llevo en Rusia nunca me ha parado la Policía ni para pedirme la documentación. ¿Qué querrá de mí? Y mientras ensayaba mentalmente algunas respuestas que dejara el hipotético incidente en una anécdota, apareció la sorpresa. Se abrió la ventanilla del copiloto y pude escuchar un rotundo KUDÁ?. ¿Adonde?
Glupss! Así que era eso. Que sí, que pasa. Que no hay ningún problema! Que no tendré que llamar al Cosulado! Breve conversación rutinaria para regatear el precio, y la voz del interior aceptando con un DABAI, vamos.
Y allí que me encuentro en el asiento trasero de un coche patrulla de la Policía. Conducía un tipo de 2x2, sin uniforme y con el pelo al uno. Típica imagen de agente ruso.
A su lado iba una chica con un abrigo de piel blanco. No paraba de fumar cigarrillos delgadísimos. Pensé que era su diebushka, a la que trataba de impresionar con el poder de su vehículo, a la vez que le demostraba como se ganan unos cuantos rublos en una tarde a cuenta del departamento. Tal vez no fuera así, pero me lo pareció.
El tráfico estaba fatal, como casi siempre. Pero, ni una palabra. Una vez hizo sonar la sirena de su coche para abrirse paso. Y condujo sin error hasta la puerta de casa. Ya en el barrio preguntó por donde quería ir. Se le notaba que dominaba el plano de la ciudad.
Llegamos, pagué y ya está.
Cuando llegué a casa, tuveque pellizcarme. No había sido un sueño, ni una película. Ee verdad... Así que, parafraseando a Guillermina Motta, nunca olvidaré al policía que una tarde me hizo de taxista.
PD.- No pude hacerle una foto. Esta mañana se la he hecho a otro coche patrulla. Estoy seguro que éste u otro parecido puede convertirse en taxi
Miguel Angel dijo
Alucinante. De Rusia me creo todo, pero esto es de lo mejor que he oido. No se bien que decirte. Enhorabuena, no se. Una historia genial. Casi de ciencia-ficion, que la policia haga algo para ganarse el dinero que le saca a los extranjeros, en lugar de sencillamente quitarselo.
21 dic 2009
antonio larrosa dijo
Es una historia insólita. A mi se me ofreció un marroquí a llevarme desde el aeropuerto del Prat a Barcelona por la mitad del precio de tarifa, pero no me fié y preferí coger un taxi normal aunque me costase el doble.
Clica sobre mi nombre
21 dic 2009
José Carlos Gallardo dijo
Hasta a mí, que estoy acostumbrado a las sorpresas de Moscú, me ha dejado alucinado tu historia. ¡Y seguimos superándonos! Bueno, Carlos, ¡feliz Navidad! Nos vemos el año que viene... ya sabes, aquí!
21 dic 2009
1789now dijo
Russia Today en Español
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youtube.com/watch?v=JT14mKHalqU&feature=player_embedde
06 ene 2010
Anónimo dijo
Hola, solo quería saber si Salvador es nombre o apellido. Permiteme la curiosidad, porque yo soy Carlos Salvador de nombre, mis apellidos son H. F. Y solo habia conocido otro Carlos Salvador, Bilardo, el entrenador argentino de futbol. Siempre que conectan contigo creo que voy a aparecer yo hablando.
Gracias anticipadas.
13 ene 2010
Jesus dijo
Yo he vivido en Moscú y en 2004, pagando 50 € a una pareja de policias consegui ir al aeropuerto Sheremetyevo y llegar a tiempo a pesar de los atascos tipicos en Moscú. Iba en el tipico Lada de la policia y a veces hicieron uso de la sirena para abrirse paso. Cuando se lo contaba a mis amigos rusos se les ponian los ojos como platos. Sinceramente, en Rusia cualquier cosa es posible pagando y teniendo a los amigos apropiados.
24 mar 2010