Y el ordenador hizo paff
O crash. No lo sé, porque yo no estaba allí. Me estaba pegando una ducha para refrescarme. Cuando volví a mi lugar de trabajo, no funcionaba. No había manera de arrancarlo. Y eso que diez minutos antes parecía que todo estaba normal.
El técnico que vino a arreglarlo me explicó que había sido por el calor. Pasó ayer.
Llevamos unas semanas en Rusia que esto parece Écija. No bajamos de los treintaitantos por el día, de noche apenas refresca y a las cuatro de la mañana es practicamente de día. Dormir se ha convertido en misión imposible.
La gente combate el calor como puede. En Moscú, lo más normal es refrescarse en las fuentes.
En otros lugares la gente se baña donde puede. Muchas veces no en el lugar adecuado. Así que la semana pasada, según datos oficiales, se ahogaron 285 personas por eso, por bañarse donde no debían. También por meterse en el agua borrachos. Y, menos mal, que los servicios de socorro consiguieron rescatar a otras cien que estaban en peligro
El calor también se deja sentir en el campo. En varias regiones agrícolas las cosechas están a punto de perderse. Demasiado calor para las plantas.
Estos días he recordado viejas filmaciones de la Segunda Guerra Mundial (aquí Gran Guerra Patria), en las que se veía a soldados alemanes semidesnudos avanzando por Rusia en el verano del 41. Cuando las ví por primera vez, llegué a pensar que se trataba de propaganda. Pues no, real como la vida misma
Tampoco debemos quejarnos demasiado de esta ola de calor, que ya llegará el invierno. Resulta que teniendo en cuenta las temperaturas extremas del año, soportamos una variación máxima de unos 70 grados.
En fin, otro tópico que hay que desterrar. En Rusia cuando hace calor, lo hace de verdad. Como lo de la copla, ya saben aquella que decía "la española cuando besa..."
Miguel Ángel dijo
Carlos, me has llegado hondo con esta entrada al blog. Te diré que alguno de los mejores recuerdos de mi vida son las fuentes Park Pobeda mientras me torraba al sol de julio, por ser un sueño hecho realidad el estar allí.
Llegar a Moscú una tarde de julio y salir de la parada de metro Tretiakovskaya, caminar hasta el rio y ver el espectáculo de fuentes, las parejas de recién casados poniendo candados en la barandilla del puente. Caminar hasta la estatua de Pedro I, ver los lugares donde se rodaron las pelis de Bourne. Todo esto sudando a chorros y viendo a las chicas en minifalda y camisetitas correr como locas al desatarse la tormenta perfecta al llegar a Gorky Park.
Eso será Moscú para mí mientras viva. El frío, es algo menor.
09 jul 2010
MZ dijo
Después de mes y algo de la entrada, lo que cuentas del ordenador (claro que para ti un fastidio en el momento, aunque se solucionara al poco el tema) pecata minuta y las imágenes que nos muestran los periódicos y otros medios de información ni parecidas a las que incluyes en el comentario, desgraciadísimamente.
11 ago 2010