Qatar “te da alas”
Nervios, emoción, caras nuevas… más y más caras nuevas… Son muchas las sensaciones que me llevo de mi “estreno” en Qatar. Pero sobre todo una: ENERGÍA. La energía -mezclada con dosis de impaciencia- que desprendían en boxes los más jóvenes, los debutantes de 125cc, ansiosos por subirse a la moto y empezar a competir… O los llamados a disputar el título, hambrientos por confirmar cuanto antes que sí, que van a estar dando guerra ahí delante. De ahí el “enfado”, todavía en caliente, de Pol Espargaró por haberse quedado a las puertas del podio (¡menuda carrera!, eso sí que fue energía en estado puro). Algo más que comprensible cuando hablamos de pilotos luchadores y autoexigentes al máximo…
Pero no fue el único. También vimos así a Dani Pedrosa cuando las cosas no salieron como tenían que salir en los entrenamientos. Sorprende quizá algo más, porque “choca” con la imagen a la que nos tiene acostumbrados. Pero imágenes como éstas no hacen sino confirmar que estamos ante un piloto con carácter, concentrado en sacar el máximo rendimiento a su trabajo y el de su equipo, y que se rebela cuando los resultados no acompañan… Vamos, los rasgos de cualquier campeón…
Esa energía que lo envolvía todo se desató también en la carrera de MotoGP. La salida de Dani, la caída de Stoner, la remontada de Jorge Lorenzo, la lucha con Dovizioso… Y si a eso le añades poder disfrutarlo hombro con hombro con todo un maestro como Ángel Nieto al lado, no tiene precio.
Impagable también vivir en el muro con el “equipo-familia” de Alex Debón la alegría por su segundo puesto en la carrera de Moto2. Valeriano Rodríguez, el responsable del equipo, temblaba de principio a fin de la carrera… Adrián Martín, su piloto de 125cc, lo celebró, orgulloso, por todo lo alto. Da igual que Álex sea uno de los más veteranos, la emoción le dejó sin palabras en el parque cerrado…
Mudos nos dejó a todos Toni Elías. Ver sus heridas de cerca me impresionó. Hablar con su fisioterapeuta me impactó. Y eso que sólo podemos hacernos idea de una décima, bueno, de una milésima parte de lo que ha sufrido en Qatar. Pero su motivación es más fuerte que el dolor: este año quiere el título.
Son muchas las “fotos”, las lecciones, las personas que, a mí también, me han contagiado su energía… Salgo con fuerzas renovadas y, si cabe, más ganas de seguir trabajando y aprendiendo de este mundo que ya me tiene “enganchada”. Y vosotros, ¿qué decís? ¿Este primer premio de Qatar os ha cargado todavía más las pilas? Espero que sí, porque, después del imprevisto de la ceniza volcánica, os tienen que durar, al menos, hasta Jerez. Allí estaremos para contarlo.