2 posts de julio 2009

Camboya y la explotación de las niñas

Anuncié que escribiría al día siguiente, pero los viajes son así, a veces el tiempo y las conexiones se enredan.

Desde el primer día vemos muchas chicas jóvenes en la calle y en los bares, especialmente para extranjeros. Y nosotros venimos con ojo de occidental, buscando en cada esquina una prostituta. No es así, muchas chicas jóvenes se emplean en los mil oficios que una ciudad del tamaño de Phnom Penh tiene.

Pero no podemos olvidar que estamos en el país de Somaly Mam la camboyana que fue vendida varias veces en su infancia y juventud como esclava sexual. En 1991 consiguió salir de los burdeles de Phnom Penh y desde entonces vive para sacar a otras de allí. Fundó AFESIP , Asociación para mujeres en situación precaria, que le ha valido, entre otros, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación.

Somaly no está en Camboya estos días, pero Ana Nance, la fotógrafa que hace para Marie Claire el reportaje sobre la escuela Happy Chándara que nos ha traido hasta aquí, hizo con ella varios trabajos hace años, se hicieron amigas y ahora aprovechamos esa conexión para que la gente de Somaly nos lleve una noche con ellos en su tarea de apoyo a las chicas que se prostituyen en la capital.



Empezamos pronto el recorrido, y a lo largo de una sóla calle de la capital, encontramos más de dos docenas de chicas jovencisimas. Todas aseguran tener 19 ó 20 años, pero se ve de lejos que son más jóvenes. Y los miembros de AFESIP nos lo confirman. Son adolescentes y no están vencidas todavía, sonríen, les encanta que les hagan fotos, y reciben encantadas el paquete de condones que les damos. De vez en cuando se acerca un tipo en una moto. Unos a controlar, otros a iniciar el negocio.

La Asociación no adoctrina, no trata de sermonearlas, ni siquiera les pide que dejen la calle. Dicen que es su medio de vida, el de ellas, y el de sus familias. Y por eso, solo las apoyan, les dan preservativos, las escuchan, y si ellas quieren, entonces sí, ponen en marcha todos los mecanismos para sacarlas de allí.

Hoy la noche está tranquila, nos dice Tyra, solo ha tenido dos clientes. Confiesa 19 años, yo no le echaría más de 16. Su familia, de una aldea rural, no sabe a qué se dedica.

Nos llevan a un local de copas. Ellos son todos extranjeros,rubios, morenos, altos, bajos, gordos, flacos...imposible establecer un fenotipo. Ellas todas camboyanas y jovenes. Ya casi nada nos sorprende...hasta que aparece por la puerta una pareja con una niña de seis o siete años. Lleva un vestido de fiesta muy pretencioso, lleno de lazos que le da aspecto de princesita hortera. Llega a la barra y la sientan en una taburete.

Todos pensábamos qué hace esa niña ahí, y a la vez todos nos negamos a creer la evidencia. Se lo preguntamos a la gente de Somaly y nos reponden con una naturalidad que nos corta la respiración que sí, que es lo que parece. Que a la niña la han traído para ser ofrecida, que probablemente el trato ya está hecho.

¿Y por qué no intervienen?, les pregunto, ¿por qué no llamamos a alguien? ¿Por qué no lo impiden? Impedir qué...de momento, está jugando en la barra y acompañada de dos adultos...La policía ha estrechado el cerco en los últimos meses en torno a los guetos donde tradicionalmente se explota sexualmente a las niñas...Y por eso ahora los tratos se hacen en estos locales, y de manera mucho mas sutil...

Nos vamos con el cuerpo revuelto y el conocimiento exacto de lo que significa la palabra impotencia.

Camboya y la educación de las niñas

Es época de Monzón en Camboya, pero no llueve mucho. No le echaré también la culpa al cambio climático, sólo digo que los de aquí aseguran que debería llover más para ser julio.

¿ Y qué hago en Camboya? No estoy de vacaciones, no. He venido, invitada por la revista Marie Claire que abandera un proyecto de educación para niñas camboyanas que viven en situación de extrema pobreza.

Inició el proyecto Marie Claire Francia hace tres años y ahora mismo hay ya más de 300 niñas estudiando en un Colegio construido a las afueras de Phnom Penh, la capital del país. Y en octubre se suma a la experiencia la edición española. Su directora Joana Bonet nos convenció a muchas con su explicación apasionada: no se trata de turismo solidario sino de entender el periodismo también como activismo social."En Marie Claire tenemos por un lado contactos con los poderosos y por otro la posibilidad de llegar al gran público, usémoslo para hacer una obra concreta que mejora la vida concreta de niñas concretas en Camboya. Y con ello combatimos la violencia, la desigualdad y formamos las líderes del futuro"

Y aquí estamos, conociendo el país y conociendo el proyecto que en España se llama como la Asociación que lo gestiona Escuela para Todas. En 70 países del mundo no está garantizada la educación de las niñas, Camboya es uno de ellos. Aquí se vive con 30 dólares al mes para una familia que nunca tiene menos de cuatro miembros, lo normal son 8 ó 10. Y a las niñas las ponen a trabajar en cuanto se sostienen sobre sus pies y sobre sus cabezas...Algunas acaban en la prostitución; Camboya es uno de los países señalados por la explotación sexual de niñas pequeñas. (Mañana os contaré el horror que presenciamos en un garito para extranjeros, lleno de prostitutas, y donde apareció de repente una niña de seis o siete años )



En la Escuela conocimos a Chark Sieng Mai y a Chark Srey Hay, dos hermanillas, una de 10 y otra de 6, recien llegadas a Happy Chándara. La pequeña es sonriente y rápida como una ardilla, pero la mayor tiene una mirada tan triste, tan opaca, un rictus tan amargo...Hemos salido del colegio con ellas y las hemos acompañado a su casa. El contraste es brutal: Ellas tan guapas, tan limpias, con el uniforme tan gracioso y de repente su casa: una chabola, junto a otras muchas, rodeando una ciénaga. La chabola es un único espacio mínimo e insalubre, cuatro tablas sobre las que duermen los seis miembros de la familia: ellas, dos hermanos pequeños, el padre alcoholizado e indolente, como un fantasma amenazante y la madre, una mujer de aspecto fuerte y sonrisa permanente que cuida del chamizo y sostiene a toda la familia pescando peces que vende con una motillo. Y allí sobre aquella tablas podridas que les sirven de paredes, los dibujos escolares con aquel papel tan blanco, tan bueno...

Me ha costado un triunfo sacarle a Chark Sieng Mai, qué quiere ser de mayor, pero al final me lo ha dicho: trabajadora de una fábrica textil. ¿ Qué ha pasado en este país para que sus niñas no sueñen con ser actriz o profe o bailarina, o doctora...? No, trabajadora de una de las muchas fábricas de las marcas occidentales que producen aquí, porque la mano de obra es infinitamente más barata. Aunque le hayan robado los sueños, espero que Chark Sieng Mai pueda aprovechar lo que le están enseñando en esa escuela preciosa que unas soñadoras francesas construyeron hace tres años,con las aportaciones de muchos ciudadanos: inglés, francés, informática...


No es la única realidad que nos ha hecho reflexionar. Os iré contando, de momento, ahí van un par de fotos, una en la Escuela de Marie Claire que se llama Happy Chándara...Un lugar limpio y fresco en medio de un barrio muy pobre, como se ve en la otra foto.


Pepa Bueno


Pepa Bueno es la presentadora y editora del Telediario 2 de Televisión Española. Antes, fue directora del programa Los Desayuos de TVE.
Ver perfil »

Síguenos en...

Últimos comentarios