Haití: recuerdos entre escombros

Las noticias que nos están llegando no hacen sino aumentar el horror de lo que está pasando. Los de PUEBLO DE DIOS estuvimos en Haití hace unos años y estamos ahora recordando los días pasados en el barrio de O'soleil, uno de los muchos barrios asombrosamente pobres de Puerto Príncipe. Era un barrio asolado por la violencia y la droga. Los vecinos les decían a las misioneras que no abandonaran ese lugar porque las monjas españolas eran su tabla de salvación. "El día que se vayan las misioneras españolas, quemarán nuestro barrio", contaban los vecinos.

Allí tenían un centro para niños desnutridos, un ambulatorio y un colegio. Los únicos servicios sociales del O'soleil eran los de estas Hijas de la Caridad españolas.

Como siempre, nos encontramos que los únicos que comparten su vida con los más pobres son los misioneros y misioneras.

"Haití, un país olvidado", "Niños color esperanza" y "Niños de ninguna parte" fueron los reportajes que salieron de aquel viaje.

Cáritas Española y Manos Unidas ya se han puesto manos a la obra y han abierto cuentas para hacer frente a la debacle.

Dado el colapso de las comunicaciones terrestres, las comunicaciones con Cáritas Haití son sumamente precarias. A pesar de ello, la red Cáritas ha activado sus mecanismos de respuesta a las emergencias, con objeto de identificar, mano a mano con el personal y los voluntarios locales de Cáritas, cuáles son las áreas prioritarias de intervención y movilizar las partidas de ayuda humanitaria necesarias para socorrer a las víctimas, además de evaluar los daños causados por el terremoto para diseñar de manera preliminar los futuros planes de rehabilitación y reconstrucción.

Por su parte, Manos Unidas no es una organización de ayuda de emergencia, pero la trayectoria de colaboración en este país caribeño, y la magnitud del desastre, les han llevado a abrir una cuenta cuya recaudación se destinará a la adquisición de productos de primera necesidad y, posteriormente, a labores de reconstrucción del país.