Daniel Gebremedhin dice tener doce años. Probablemente, tenga algunos más. Nació en alguna pequeña aldea rural del Tigray, al norte de Etiopía, donde la pobreza extrema le impidió recibir tratamiento para su enfermedad que le afectó a los ojos y, en poco tiempo, le dejó completamente ciego. Tenía cinco años y ante él un futuro envuelto en tinieblas. Huérfano de padre y madre y sin hermanos o parientes cercanos, Daniel estaba destinado a mendigar por las calles para conseguir un sustento, como tantos y tantos ciegos en Etiopía.
Pero la vida actual de Daniel es otra. Vive en Wukro, una ciudad del Tigray cercana a la frontera con Eritrea, acogido en el Programa de Huérfanos del padre Ángel Olaran. A pesar de su ceguera, es uno de los alumnos más brillantes de la escuela pública en la que estudia 5º grado. Cada tarde llega al patio de la misión de St. Mary guiándose con su bastón. Bajo el brazo, un montón de papeles blancos, encuadernados rústicamente. Es la hora del estudio. Daniel pasa incansable la yema de los dedos por las hojas. Y mueve los labios sin cesar. Estudia y estudia, y sus compañeros respetan su soledad. Nunca falta un brazo que, tras el estudio, le acompañe a casa.
Daniel sabe que todavía le quedan muchos cursos para terminar la escolarización. Deberá pasar en 10º grado un examen nacional con el que se decidirá si es apto para estudiar el bachillerato o si, por el contrario, tendrá que abandonar la escuela. Pero, por ahora, todo indica que su esfuerzo diario y sus calificaciones de 10/10 en todas las asignaturas le permitirán alcanzar su sueño: ser abogado, y no descarta ser médico general, aunque sabe que eso “le costará mucho”. Por ahora, recibe apoyo constante de sus profesores y el aliento de todos los que le rodean.
Esta historia nos le envían los amigos de Manos Unidas, recordando que hoy, 8 de septiembre, es el Día Mundial de la Alfabetización.
En el mundo hay unos 776 millones de adultos analfabetos. Las dos terceras partes son mujeres. Un último dato: más de 72 millones de niños no van al colegio. De ellos, 32 millones viven en el África subsahariana.
A pesar de que el desarrollo y la erradicación de la pobreza están estrechamente relacionados con el nivel de educación de la población, y que el cumplimento de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio depende en gran medida de este factor, la tendencia actual indica que, dentro de cinco años, cuando se alcance la fecha fijada por 189 naciones del mundo para que se alcancen las metas de desarrollo del Milenio, más de 700 millones de personas seguirán siendo incapaces de algo tan básico como leer y escribir.
También hay historias como las de Daniel que dejan abierta una puerta a la esperanza.
María Rosa dijo
Enhorabuena por esta entrañable historia. Gracias por abrirnos a otra realidad.
Cristóbal dijo
La aventura misionera del padre Olaran es espectacular. Lástima que sea español, si fuese norteamericano ya habrían hecho una película sobre su vida
lidia cariman dijo
gracias señor`por darnos a conocer el servicio del P . Angel Olarán y enseñarnos tu propósito....ayúdanos a encontrar a los Daniel faltos de luz de nuestro alrededor..
Anónimo dijo
http://www.youtube.com/watch?v=44kityInDvM&ob=av2n