Haití: del cólera a la cólera
jueves 16.dic.2010 por RTVE.es 0 Comentarios
La hermana Isabel Sola continúa relatándonos la situación en Haití desde su casa de Puerto Príncipe. Los disturbios tras las últimas elecciones han puesto de nuevo el país caribeño en otra situación catastrófica. Este es el relato de Isa.
Hola a todos.
Sois muchos los que me estáis escribiendo para saber cómo estamos por aquí, por este Haití sufriente y doliente. Me decís que las imágenes de la tele son terribles. No las he visto más que en directo... aunque no me hallo en medio de los disturbios, pero bueno.
Nuestra calle está cortada con escombros, las calles están vacías o llenas de ruedas quemadas, la basura corre por todas partes, los restos de los disturbios sí los veo. Los tiroteos, gritos y jaleo los oímos de noche (casi siempre) y de día, a ratos...
A veces hay un silencio que estremece y nos decimos a nosotras mismas: "Esto no nos gusta nada... a veces oímos un rumor lejano que sale de los disturbios..."
La radio la escuchamos a todas horas y van dando el parte en cada punta del país o de la ciudad...
No salimos. Sólo vamos a la parroquia o damos una vuelta por el barrio si vemos que está tranquilo. Todo esta cerrado: Los comercios... que no son muchos, y los bancos, que desde el terremoto son menos, y las gasolineras. Todo está cerrado. Con lo cual, ni comprar podemos. Ya llevamos cuatro días así y nos dicen que puede ir para largo...
Esto es lo que le faltaba a Haití... del terremoto al cólera y del cólera a la cólera en los disturbios por los resultados de las elecciones...
Es complicado hacer una lectura de todos estos sucesos dolorosos -uno detrás de otro- que van llevando al desastre a un pueblo que tiene tanta fe, que es tan fuerte, que lucha por sobrevivir cada día.
No lo justifico pero lo entiendo. Y más después de comprobar que yo he sido incapaz de controlar mis instintos por algo de comida, después de descubrir una Isa diferente ante estas circunstancias, entiendo por qué ellos se vuelven agresivos, especialmente los jóvenes con menos recursos, pero con mucha fuerza física, son los que dominan las calles. Para mí es como un grito de justicia, de socorro, o de hartura, de dolor...