Nos vamos a Bosnia-Herzegovina
miércoles 26.oct.2011 por Santiago Riesco 0 Comentarios
Los de Pueblo de Dios nos vamos, ahora, a Bosnia-Herzegovina, un país en pleno corazón de Europa, con una larga historia de encuentros y desencuentros que a veces han acabado en guerras fratricidas. En la última (1992-1995) murieron más de 250.000 bosnios, 17.000 fueron dadas oficialmente por desaparecidas y se produjo un éxodo de dos millones y medio de personas (50 por ciento de la población). Ahora, la situación está tranquila pero todavía hay dos millones de minas antipersona sin desactivar y una tensa convivencia entre etnias y religiones.
Este pequeño país (51.000 kilómetros cuadrados y apenas cuatro millones de habitantes) fue una de la seis repúblicas que formaban la antigua Yugoslavia. Actualmente Bosnia-Herzegovina está formada por dos Estados autónomos: Federación de Bosnia y República de Srpska. Hay tres presidentes, uno de cada religión, que se van turnando en la presidencia en plazos de ocho meses. Los musulmanes son el 49 por ciento de la población; los ortodoxos, el 34 por ciento y los católicos, el 15 por ciento. Los musulmanes se definen como bosnios, los ortodoxos como serbios y los católicos como croatas.
En la actualidad, Bosnia-Herzegovina ocupa el puesto 104 en la escala mundial de la pobreza. El 40 por ciento de la población no tiene empleo y el sueldo de un trabajador no supera los 400 euros.
Pueblo de Dios recogerá testimonios directos de las víctimas de la persecución étnica (genocidio) y religiosa. Visitará algunas “comunidades de paz”, escuelas multiétnicas y multiconfesionales, residencias de Cáritas, orfanatos de la Iglesia, monasterios de monjas y el santuario de Medjugorje.
Este viaje de Pueblo de Dios ha sido posible gracias a la colaboración de AIN (Ayuda a la Iglesia Necesitada). Esta organización, dependiente de la Santa Sede, que tiene una de sus oficinas en España, financia anualmente más de 10.000 proyectos sociopastorales.
Les iremos informando sobre la marcha de lo que vayamos viendo y oyendo.
Julián del Olmo, director de PdD