Mostar: Un puente entre dos mundos
miércoles 2.nov.2011 por Santiago Riesco 0 Comentarios
Estamos en Mostar (Herzegovina), uno de los epicentros de la guerra de los Balcanes, donde serbios, musulmanes y croatas se olvidaron de que durante muchos siglos vivieron pacíficamente.
La guerra arrasó mezquitas e iglesias, algunas de estas últimas reconstruidas por la Asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada, así como arruinó casas y causó muchas bajas de uno y otro lado.
Hemos cruzado el histórico Puente Viejo (Stari Most), sobre el río Neretva, que fue volado por los croatas (9-11-1993) para evitar el paso del ejército musulman a la zona católica. El Puente Viejo, fue lazo de unión entre la orilla derecha (croatas católicos) y la izquierda (musulmanes) y quiere seguir siéndolo en el futuro, aunque en una calle del barrio musulmán hemos encontrado una placa que dice 'Don´t forget (No olvidar)', lo que nos deja un tanto perplejos.
También hemos visitado la Plaza de España, en remodelación, donde está el memorial a los militares españoles muertos en acto de servicio mientras realizaban labores humanitarias en el país.
Medugorje
A 30 km de Mostar está la localidad de Medugorje, donde la Virgen viene apareciéndose diariamente desde 1981. Más de millón y medio de peregrinos, muchos de ellos españoles, visitan este lugar anualmente.
Nos ha sorprendido la multitud que asiste a la misa internacional de las seis de la tarde, en la explanada del templo y las largas colas que se forman para poder confesarse en diferentes idiomas.
A las afueras de Medugorje nos encontramos la Comunidad del Padre Misericordioso a cuyo frente está el franciscano Padre Svetozar donde se rehabilitan treinta jóvenes adictos a las drogas. El programa de desintoxicación dura tres años. En los últimos cinco han pasado más de 400 jóvenes.
Muy cerca de ésta Comunidad, está la Aldea de la Madre, un orfanato con 56 niños y niñas de entre 20 meses y 18 años. Las Franciscanas Escolásticas de Cristo Rey son “las madres” de estos niños. La aldea la forman siete casas en las que reina un estupendo ambiente de familia.
Mañana remontaremos el río Neretva hasta Sarajevo, una ciudad que intenta olvidar el pasado cercano para restablecer la convivencia pacífica de otros tiempos.
Julián del Olmo Director de Pueblo de Dios