Cuando la hermana Beatriz, mexicana que lleva en Sudán del Sur más de diez años, abrió la vieja biblioteca se encontró con lo que temía encontrarse. El polvo se acumulaba por toneladas sobre los libros y muchos de ellos estaban medio comidos por ejércitos de termitas, termitas gourmet del conocimiento a las que les había dado por las enciclopedias. Con muchas ganas, un par de guantes de látex y mucha paciencia, Beatriz está poniendo orden en la vieja biblioteca del Comboni Secondary School. Mientras, los alumnos se asoman ansiosos preguntando cuándo se abre la vetusta biblioteca.
Este colegio lo abrieron los misioneros combonianos en la cap...
Llegar a la gran isla de Marajó, en la desembocadura del Amazonas, es toda una aventura. Nuestra grabación ha comenzado en la localidad brasileira de Salvaterra. Salimos el lunes, 14 de mayo, desde Madrid en avión hasta Lisboa (55 minutos), otro avión hasta Fortaleza (7 horas y media) y un tercer despegue com su correspondiente aterrizaje hasta Belen, en el Estado de Pará (2 horas más). Allí embarcamos para cubrir los 65 kilómetros de río Amazonas que nos separaban del puerto más cercano a Salvaterra (3 horitas de barco). En el puerto nos recoge una furgoneta y recorremos los 40 kilómetros hasta nuestro primer destino en media hora. Llegamos ...
El pueblo nuer, en esta región del Alto Nilo, adora a sus vacas. Su vida, su filosofía, su religión está relacionada íntimamente con su ganado. El ganado es un símbolo de dignidad, de riqueza, de estatus social...sin vacas no son nada. Lo mismo les pasa a los dinka, tribus ganaderas que secularmente se pelearon entre sí por robarse vacas. En Leer, desde donde escribo a casi cuarenta grados, los misioneros han abierto un más que necesario centro de formación donde los chicos aprenden agricultura y ganadería. Entre otras cosas, se les enseña a roturar la tierra con un arado tirado por toros. Insólito, tratándose de gente nuer. Los nuer aman sus...
La misión de Leer, desde donde escribo, en el norte de Sudán del Sur, es reciente. Bueno, viene de mediados de los noventa, cuando se asentaron los misioneros combonianos. Poco tiempo después, la guerra los echó y la misión y la ciudad quedaron arrasadas. Hace cuatro años volvieron a empezar de nuevo (esta gente tiene una moral a prueba de bombas). Aquí no hay espacio para todos y Roberto y yo tenemos que dormir en sendas chozas, las que se construyeron los primeros misioneros a su vuelta. Primera conclusión: en la choza puede haber de todo, incluso escorpiones. Estos avisos nunca vienen mal, sobre todo porque hay que mirar donde pisas cuando...
Los sábados les toca a los misioneros combonianos. Cuando llegue la avioneta de Naciones Unidas, la pista debe estar libre de vacas. Menos mal que Nicola cumplió bien su trabajo esta mañana y las vacas nos miraban desde la sombra de los árboles cercanos al trozo de tierra donde aterrizó el aparato del WFP que nos traía desde Malakal. Unos cuantos niños, varios pajarracos, un sol de justicia y las dichosas vacas, además del coche del misionero nos recibieron en Leer, en la tierra de los nuer.
Leer (pronúnciese "ler") es una ciudad donde sólo hay chozas -dormiremos en una de ellas-, arena y unos cuantos misioneros que tienen para una películ...
Dio aviso de que íbamos a ir por la tarde si cesaba la lluvia que durante toda la mañana caía fuerte y sin cesar, anegando los caminos y formando los charcos más grandes que imaginarse puedan. Y así fue. El sol se abrió paso entre el tapiz gris de las nubes y pudimos cumplir nuestra promesa de ir a Panakar, un pequeño poblado a media hora de Yirol.
Quien avisó es José Javier Parladé, al que hemos acompañado durante todo el día. Misionero sevillano con una vida de película y que sólo necesita alguien que llegue a este fin del mundo llamado Yirol para que escriba la biografía de este personaje. Siempre quiso ser misionero, y además en Sudán, u...
Ponerse en camino en África es toda una lección vital. Y absolutamente recomendable. También es una metáfora de la vida misma: no sabemos lo que vamos a tardar en llegar, no sabemos lo que nos vamos a encontrar ni a quienes nos encontraremos en el camino. La de hoy ha sido una de esas clásicas jornadas de viaje de un equipo del programa. Después de preparar y colocar los equipajes, nos acomodamos en el coche del misionero. Pero, claro, siempre aparece alguien al que llevar y siempre aparecen sacos, bidones y todo tipo de mercancías que llenan el espacio disponible. Conclusión: seis horas largas para recorrer los 280 kilómetros que separan Jub...
Este país tiene 10 meses. Si fuese un bebé aún estaría gateando. Y en cierto sentido es así. Son 10 meses de independencia y 50 años anhelando esa independencia del vecino del Norte. Por tanto, no sólo queda todo por hacer sino que lo que se va haciendo va formando parte de la historia de los primeros tiempos de este recién nacido que es Sudán del Sur.
Digo esto porque demasiadas veces los colegas del gremio utilizamos muy a la ligera el adjetivo "histórico". Así nos ponemos rimbombantes y le damos importancia a lo que estamos contando. Bueno pues yo no voy a ser menos. En esta, creo que con cierta razón.
Estamos en un país donde el analfab...
Cuando estuvimos aquí, en 2005, era el sur de Sudán. Ahora es Sudán del Sur. Desde julio de 2011, cuando se proclamó la independencia después de una veintena de años de guerra, un acuerdo de paz y un referéndum que confirmó los deseos de cortar lazos con el vecino del Norte.
Hemos traído la lluvia a Juba (pronunciar Yuba). Y eso es una buena señal para las gentes de esta tierra. Ojalá lo sea también para nosotros y nuestro objetivo. Después de 28 horas de viaje desde Madrid, cuando nuestro avión aterrizó en la única pista asfaltada de este país, comenzó a llover mansamente. Calor y humedad, el cóctel clásico e insoportable de esta África tro...