En Sudán del Sur, otra buena noticia
martes 9.oct.2012 por Ricardo Olmedo 0 Comentarios
Ayer contaba la buena noticia de los acuerdos de paz en Filipinas y me acordaba del misionero español Ángel Calvo. Hoy llegan noticias esperanzadoras de los acuerdos de Adis Abeba, entre Sudán y Sudán del Sur. Aún hay muchísimo camino negociador por recorrer pero, al menos, Sudán ha decidido reabrir su frontera con el sur.
Las fronteras, por sí mismas, son rayas malditas en los mapas que separan, dividen y crean problemas siempre a los mismos, es decir, a los más pobres. Si esa frontera se cierra con ánimo de hacer daño, más aún. Eso fue lo que ha pasado -y lo que vimos- durante los últimos meses. Como consecuencia del conflicto por las zonas petrolíferas cuya soberanía aún no ha sido resuelta, Sudán cerró su frontera con el sur. Dicho así solo son unas pocas palabras. Estando allí, el daño que se provoca es enorme.
En Sudán del Sur no hay carreteras y las lluvias dejan inútiles los caminos durante varios meses al año. Cerrar la frontera del norte significaba condenar a esa región norteña a la desesperación porque los víveres no pueden llegar desde el sur. Lo vimos en el mercado de Leer, una pequeña población a una hora en avioneta desde Malakal. Los precios de los alimentos eran prohibitivos y la gente no podía más. La decisión del norte supondrá un alivio para la gentes del sur y para los propios comerciantes norteños que empezaban a vislumbrar la ruina.
Esto es, si queremos, una minúscula buena noticia, pero buena al fin y al cabo. Las malas ya las sabemos: Sudán del Sur ha sufrido durante años el expolio del Norte, es un país donde todo está por hacer y donde por no haber no hay ni estadísticas fiables que midan la gigantesca situación de miseria de esta nación que tiene un año y medio.
Estamos preparando los reportajes que grabamos allá y cada día nos acordamos, cuando vemos las imágenes grabadas, de los sursudaneses, de sus tragedias y sus esperanzas y de los misioneros combonianos que se están dejando la piel en el empeño de levantar escuelas y proyectos de desarrollo desde hace años, muchos años, con la guerra y ahora en tiempo de paz.