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El Cangrejal: rafting y frijoles

    jueves 2.may.2013    por Santiago Riesco    2 Comentarios

TVE Cangrejal
Chema es un claretiano de Haro (La Rioja) que viene renovando los papeles de su residencia en Honduras -una vez al año- desde hace nada menos que 42 años. Siempre ha trabajado con campesinos, en las zonas rurales. Y es feliz. Mucho.
Desde hace casi nueve años su área de trabajo pastoral está en la Cuenca del Cangrejal, un valle absolutamente espectacular cuyo río están explotando turísticamente algunas empresas dedicadas al turismo de aventura. Pero esto es sólo en la parte más baja. Cerca ya de la desembocadura en el Atlántico, en la ciudad de La Ceiba. Si uno comienza a subir por la carretera que serpentea junto al río Cangrejal en dirección a la montaña se da cuenta enseguida de que está en un lugar con un potencial turístico fuera de lo normal para los amantes de la naturaleza y los deportes de aventura: hoteles, lodges, cabañas, zonas de acampada, restaurantes, bares, tiendas especializadas, alquiler de todoterrenos, kayak, rafting, descenso de cañones, tirolinas, paseos guiados... una maravilla. Eso sí, la mayoría de los empresarios son extranjeros. Y la mayoría de los usuarios también.
A Chema, sin embargo, lo que le preocupa es lo que hay cuenca arriba. Cuando uno sigue ascendiendo por la carretera (o lo que queda de ella) una vez pasada la cuenca baja donde se concentra el turismo, la cosa cambia mucho.  Además de que la carretera -o lo que queda de ella- está en unas condiciones calamitosas, se ve cómo las montañas comienzan a aparecer deforestadas, cada vez vamos encontrándonos con más ganado y la gente es mucho más tímida ("penosa" dicen acá).
Para recorrer en coche los 23 kilómetros que separan La Ceiba del centro misional en El Cangrejal, hemos tardado dos horas. Echando cuentas se puede uno hacer idea de cómo es la carretera -o lo que queda de ella-.
TVE Cangrejal 2

Al llegar nos estaban esperando algunos de los líderes campesinos más implicados en la pastoral de la zona para explicarnos que la cuenca de El Cangrejal está compuesta por 24 aldeas. No existe ningún censo fiable sobre población, porque las familias viven desperdigadas por la montaña, en las quebradas y cerca de sus cultivos de frijoles y sus animales. Don Eugenio sostiene que hay dos centros de salud y que han hecho un censo con la gente que ha ido al médico. En total salen 7.190, pero ellos creen que no todo el mundo va al médico y que estarán más cerca de los 10.000 que de los 20.000 que cacarean los políticos cuando suben a pedirles el voto y a prometerles todo lo que no tienen. Porque de las 24 aldeas aún hay dos que no tienen escuela y menos de la mitad tienen luz eléctrica -sólo 10-. Y no insistimos en el tema de la carretera...
La iglesia, con Chema al frente, ha construido seis puentes-hamaca para que la gente no se quede incomunicada y los niños puedan ir a la escuela (aún así, a día de hoy, algunos tienen que caminar diariamente 40 minutos desde su casa hasta el punto donde un autobús les recoge para llevarles al colegio). Con ayuda de la ong española PROCLADE han levantado un centro comunal que se utiliza para reuniones y, sobre todo, para dar formación específica en temas relacionados con la vida en el campo. Y en una aldea donde el gobierno había destinado un maestro pero no había construido la escuela, también han sido los católicos los que se han organizado para levantarla. 
Chema le quita importancia a todo lo que ha hecho. Es un misionero que habla poco y sonríe mucho. Que escucha a su gente y la apoya pero que respeta sus ritmos y sus formas. Y son los laicos los que nos explican que ya tienen agua en las casas. Que la ayuda que ha ido recabando el padre Chema ha sido importantísima para conseguirlo. Y que ya tienen taza del báter. Es una letrina que aquí llaman "baño lavable". Y que ahora los promotores de salud formados por la iglesia católica notan que ha disminuido el número de casos de diarreas y enfermedades estomacales. 
Cuando les decimos que somos un programa católico nos cuentan orgullosos que han construido doce capillas y que son ellos, los delegados de la palabra, los que celebran cada domingo en todas ellas. "El padre Chema nos visita una vez al mes y celebra la misa para nosotros. Y siempre que puede viene hasta dos veces". Pero las condiciones de los caminos no siempre lo permiten. Para llegar a la comunidad más lejana del centro misional hay que cabalgar a lomos de mula tres horas. Tres horas de ida y otras tres de vuelta, claro.
Después de escuchar a todos los líderes campesinos que nos han recibido como hermanos en El Cangrejal, tuvimos la suerte de conocer a varias de sus familias y de compartir con ellos su casa, sus alimentos y su conversación. Queremos dar las gracias a la familia de María y Mario por los jugos de piña y las tortillas con frijoles. También acordarnos de la familia de Berto y Salvadora por habernos dejado compartir con sus cuatro nietas de 10, 12, 14 y 16 años, una mañana de muchísimo calor junto al río Cangrejal. Y, por supuesto, al bueno de Matías por habernos prestado su caballo para grabar una secuencia con Chema y así poder explicar en la tele cómo viven y cómo construyen el Reino de Dios en la tierra. 
Categorías: Actualidad , america-latina , Viajes

Santiago Riesco    2.may.2013 15:16    

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