Rumbo a Mozambique
jueves 19.sep.2013 por Santiago Riesco 0 Comentarios
El lunes, 23 de septiembre, retomamos las grabaciones. Y lo hacemos poniendo rumbo a Mozambique. Allí nos esperan los Misioneros Combonianos para guiarnos en el descubrimiento de este pueblo de Dios.
El camino de ida será largo. Haremos escala en El Cairo (Egipto) y en Johanesburgo (Sudáfrica) antes de llegar a nuestro destino: Nampula, la cuarta ciudad del país, en el norte, cerca del océano Índico.
Allí tenemos previsto grabar las actividades de la misión que coordinan los combonianos: las celebraciones cristianas en un contexto musulmán, la escuela parroquial, el orfanato de las Misioneras de la Caridad (las de la madre Teresa de Calcuta) y el campo de refugiados que atienden los misioneros Scalabrinianos.
Otro de los reportajes que tenemos previstos es el que queremos grabar con el comboniano español Arístides Holgado en la localidad de Carapira. Aquí, en mitad del campo, levantaron estos religiosos una Escuela Industrial en la que se forman los jóvenes de toda la región en régimen de internado. Y veremos cuáles son los frutos que ha producido visitando alguno de los antiguos alumnos en los talleres de mecánica y carpintería que han ido montando en sus pueblos.
En Nacala, Nacucha, Cabaçeira y la Isla de Mozambique también hemos planificado distintas secuencias que ayuden a entender el sentido de la misión católica en un contexto musulmán. Grabaremos con el párroco de la Isla de Mozambique donde apenas hay cristianos, y visitaremos la escuela agraria de los paúles que hace nueve años, en otro de nuestros viajes al país, estaba en proyecto. Y trataremos de sacar tiempo para visitar a las monjas españolas de las Hermanas de la Purísima que trabajan en la promoción y educación de menores.
Pero todo esto es lo que dice la planificación sobre el papel. Cuando lleguemos a Mozambique, cuando miremos a los ojos a los mozambiqueños, a los hombres y mujeres que viven, sufren, aman y mueren en esta tierra, entonces veremos si nuestros planes son también sus planes. Entonces, como en cada viaje, trataremos de meternos en la piel de nuestros hermanos para contar lo mejor que sepamos sus alegrías y sus penas. Su esperanza en un mañana mejor. El latir del pueblo mozambiqueño de Dios.
Os lo iremos contando (si la tecnología nos lo permite)
Seguimos en contacto.